"Canta hace mucho el tiempo perdido entre susurros, mira las curvas sombreadas de una sonrisa feliz.
La caricia de un sueño domina su mundo; todo el corazón carente de calor se aleja como pétalos secos por el viento..."Algo anda mal, pensó de repente. El mundo a su alrededor se había vuelto oscuro y opaco, nada quedaba de los cálidos colores del verano; todo era azul, celeste y negro. Se levantó del banco y giró buscando a alguien que estuviera jugando o hablando en la plaza, pero la brisa fresca del viento era su única compañía. Frunció el ceño mientras tomaba la cartera y no se permitió sucumbir ante la terrible sensación que lo mantenía tenso y corpóreo.
Tangible.
No había luz en su entorno, ni siquiera una lámpara de calle. La gente había desaparecido y no había rastros de vida a su alrededor, solo la plaza y la luna brillante en el cielo le hacían creer que no estaba loco. Caminó y abandonó el lugar, dando pasos secos y sonoros; todo se sentía duro y extrañamente sólido, ni siquiera la tierra se sentía blanda, ni los charcos de agua se movían bajo la pisada de su zapato de tela azul.
Pero algo brillaba a lo lejos. Sus ojos lo percibían con claridad. Brillante y lejano, un local con forma de jaula para pájaros se había plantado frente a su camino, brillante y estático. Frío intento dejar su inquietud de lado; notaba que dejaba muchas cosas de lado, como forzando a algo más que su pensamiento a creer en lo que estaba viviendo.
Cada paso que daba le brindaba un tono más de color. Su ropa cambió, sorprendiendolo. Llevaba una camisa naranja y unos pantalones de color marrón, sus zapatos seguían igual de azules pero los cordones ya no eran blancos sino rojos. Se asustó al notar que la cartera ya no estaba en su mano, lo reemplazaba una caja de regalo extraña de color celeste. No se paro ni siquiera a ver lo que había dentro, solo deseaba llegar a aquello que lo atraía, que le hacía sentir...
Calor, pensó asustado. ¿Cuántas veces había querido volver a sentir algo más que solo frío? La palma de su mano izquierda estaba caliente y suave. Cuando al fin llegó a la puerta de aquella extraña jaula, sentía el raro calor de su mano presionada gentilmente sobre su cara.
Brillante en los bordes pero empañado en las ventanas. No se veía nada dentro, solo un leve resplandor. ¿Qué había ahí dentro? Sintió que su tobillo hormigueaba y su mano hervía de calor. La caja cayó al piso y su color cambió a rojo, mientras la puerta se abría y los cascabeles resonaban sobre su cabeza.
Han pasado 84 años xdxdxdxd
Voy a estar remodelando por aquis, se los quiere mucho ♡
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Tazas de té en verano
Short StoryAunque la vida parezca dura, aunque las ilusiones sean sólo sueños sin futuro y los días se hayan convertido en simples y cortos minutos...