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CAPITULO 5 - HEART OF GOLD

Gracias por su apoyo a mis poquitas lectoras, siento que el chisme con ustedes en los comentarios está más cool que la historia y solo por eso la sigo publicando. Las quiero y espero disfruten este capítulo.

Besos 💋 con amor su amiga escarlata haha ✨

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Viajamos hasta el suroeste de Noruega, el clima seguía siendo frío, pero la población era tan poca, que fácilmente podríamos quedarnos ahí un buen tiempo.

Natasha y Steve habían tratado de conseguir un lugar apartado del pueblo para pasar unos días. Las estancias jamás serían permanentes, pero buscábamos estar más de un mes en algún sitio sin levantar sospechas.

No habíamos tenido noticias de absolutamente nada, a excepción de los emails que Vis mandaba en el jet. No decía demasiado, solamente era un modo de no perdernos el rastro, aunque juraría que Tony sabía dónde estábamos, el hablar algunas veces con Vis me hacía sentir mejor.

Natasha había propuesto para ambas cambiar de look, al menos por el tiempo que estuviéramos en este lugar. Había teñido mi cabello de rubio y a comparación de el suyo, el mío era demasiado corto. Natasha lucía una melena castaña y larga, que a mí parecer la hacía lucir totalmente diferente, en cuanto a mí, sentía que llamaba más la atención.

Todas las mañanas le escribía a Vis, pero esta mañana era la quinta vez que no contestaba, y aunque creía que podría estar ocupado, aún así me sentía mal por no recibir respuesta de su parte, pero no quería presionarlo, al final de cuentas él tenía todo el derecho de seguir molesto conmigo, así que dejé de insistir y fui a ayudar a Sam con el mantenimiento de la casa.

Las habitaciones eran compartidas; Natasha conmigo y Steven con Sam. La mayor parte de la casa tenía mal aspecto, humedad, madera podrida, ventanales rotos, y un pasto tan grande que cualquier cosa podría vivir ahí. Pero quizá entre los 4 podríamos hacer que no luciera tan tétrica y lúgubre.

—Empezaremos hoy con el jardín —Sam a comparación de Steve, evitaba salir. El clima era muy frío para poder disfrutar de un día afuera, pero el trato con Steven y Nat era que un día ellos trabajaban fuera y un día nosotros. Ahora que ya no éramos parte de los Vengadores, teníamos demasiado tiempo libre como para dejar esta choza en algo digno dónde vivir.

—¡Odio los martes! —Sam me miró y sonrió.

—Odio cuando Steve y Nat están adentro, porque es justo cuando los días son horribles para estar fuera. —Ambos reímos.

Sam y yo habíamos comenzado a ser más cercanos, casi de manera forzada, Steve y Nat pasaban todo el tiempo pegados el uno al otro, iban al pueblo juntos, trabajaban unidos y algunas veces dormían en el sofá que estaba en el pasillo para poder estar a solas. Aunque al principio a Sam se le hacía una estupidez, con el paso del tiempo entendió que lo que ellos sentían era más grande que las circunstancias.

—¡Odio la lluvia!

—¡Odio esto!

—Así, pues yo odio la jardinería —Sam comenzaba a bromear.

—Yo odio tu chaqueta.

—¡Yo te odio a ti!

—¡Eso ya lo sabía! —Sam se reía ante mis respuestas, ahora éramos amigos y esa era nuestra manera de demostrarnos afecto.

—¿Te contestó hoy? —mi sonrisa se borró en un segundo.

—¡No! —bajé la mirada y dejé de juntar las hojas húmedas de la entrada.