A pesar de ser un príncipe, Yoongi siempre conoció el trabajo duro. Y no solo el que su padre ejercía, también el que muchos en el pueblo ejercían todos los días desde temprano.
Cosa que sorprendió a Beomja.
Esperaba que Yoongi aceptara hacer lo que él dijera, por el hecho de que la personalidad de este refleja ser la de un hombre que quiere ser hábil en todo; pero no esperaba que Yoongi no solo aceptara, sino que también lo hiciera con cierta experiencia.
Recolectar arroz no es cosa de otro mundo, pero si es algo que Yoongi jamás creyó hacer como nueva forma de vida.—Deberías usar el sombrero. —Dijo Beomja detrás de Yoongi. El pelinegro giró y miró a quien ahora debe llamar tío: —Parece estorbar. —Respondió pasando el sombrero de paja de su espalda a su cabeza.
—Lo es. —Dijo Beomja continuando con su trabajo. —Pero el sol podría matarte con su intensidad.
La jornada terminó un par de horas después. Yoongi y Beomja no eran los únicos recolectores, por lo que varios salieron de los cultivos de arroz; Yoongi caminó hacia algunos árboles después de que, su ahora tío, le dijera que le esperara un par de minutos.
La frescura de los árboles provocó un enorme descanso en el pelinegro por lo que rápidamente optó por sentarse y al haberlo hecho, hizo su cabeza hacia atrás con el motivo de dormitar un poco.
Pasados varios minutos, Yoongi escuchó pasos hacia él y el dueño de estos tomó asiento al llegar a dónde se encuentra.
—Creí que tardaría más. —Dijo aún con los ojos cerrados y el sombreo de paja cubriendo la mitad de su rostro.
Silencio fué su respuesta.
Yoongi frunció el ceño al no escuchar más que una leve respiración a su lado, abrió sus ojos y con su mano derecha levantó el sombrero para ver a quien tiene a su izquierda.
Definitivamente no es Beomja.
Era una chica. Una chica bastante linda.
Su cabello estaba hecho una larga trenza que caía sobre su ropa, la cuál luce como la de Yoongi. Su mirada está en sus pies, lo cuales se mueven un poco. Sus manos caían sobre sus piernas y sus labios parecían suspirantes.Ni siquiera se veía con la intención de hablar, solo estaba ahí sentada.
Junto a alguien que no conoce y no tiene idea de quién es, o de quien fué en el pasado.—¿Hola? —Habló Yoongi mirando a tal chica. Esta giró su rostro un poco y lo miró en silencio. —Hay más árboles por allá. ¿Por qué no vas a alguno?
—Este es mi árbol. —Respondió seria. —Quién debería ir a otro árbol eres tú.
El pelinegro levantó una ceja molesto al escuchar el tono despreocupado de la de pies inquietos: —¿Quién te crees para ser así de irrespetuosa? ¿Que acaso no sabes quién soy?
—El sobrino de Beomja. —El tono enojado y reclamante de Yoongi dejó de existir en el momento en el que ella respondió.
Claro que sabe quién es él, es nadie.Hyukan se lo dijo al primer día que pasó fuera del palacio, su vida como príncipe había terminado.
Al no poder argumentar más, su cabeza regresó a descansar sobre el árbol, solo esta vez no cerró los ojos ni puso de nuevo el sombrero sobre su rostro; ahora solo miraba hacia el frente como la chica desconocida a su lado.
—¿Cómo te llamas? —Preguntó la femina sin apartar la mirada del frente. —Muchos te han visto pero nadie sabe cuál es tu nombre, ni de dónde vienes. Eres el nuevo tema de conversación. —Rió mirando un par de aves pasear por los cielos.
—No veo la necesidad de decirte mi nombre, ni de dónde vengo. —Soltó Yoongi cruzando sus brazos y girando su rostro en busca de Beomja, quien comenzaba a tardar más de lo que dijo.
—¿Por qué? ¿Acaso crees que alguien querrá secuestrarte por no ser de aquí? -Yoongi no contestó. —Como quieras. No creo que seas más importante que el rey. —La de larga trenza se levantó y después de sacudir su vestido, miró a Yoongi por un largo rato.
—¿Que? —Preguntó el otro ya incómodo por la mirada que tiene encima.
—Soy Yangmi.
—No pregunté tu nombre. —Respondió Yoongi con una expresión de disgusto bastante notoria.
Yangmi solo sonrió con cierta burla en su mirada: —Con esa actitud seré tu única amiga aquí, Gong. Supongo que Gong es tu apellido, ¿No? —Yoongi asintió. —Entonces, adiós, malhumorado Gong. —Se despidió Yangmi riendo.
El antiguo príncipe bufó al estar solo, ahora no solo debía vivir fuera del palacio, sino que también debía soportar el ser tratado como si su vida no fuera relevante: —Niñata estúpida. —Volvió a bufar mientras la miraba caminar más lejos de él.
En Sagikkun, Yoongi comenzaba a vivir así. Enfrentando la situación de aceptar que ha dejado de ser un príncipe y ahora debe trabajar y hablar con los aldeanos sin autoridad.
Pero, en el palacio, Jawang comenzaba a conocer el verdadero poder.
Después de mandar mensajeros a pueblos cercanos para confirmar la muerte de su padre, Jawang se proclamó como el nuevo y único rey después de también confirmar la muerte de su hermano gemelo.
—Cualquier madre lo habría hecho. —Jawang acarició el rostro de su madre sonriendole con ternura. —No hay manera de hablar en la reina Gidae sin mencionar su gran corazón y compasión. Ayudaste a escapar a uno de tus hijos apesar de lo que hizo.
—No dejes que la cicatriz tome poder sobre tus acciones. —Interrumpió la reina con lágrimas secas en su mejilla. El rubio asintió a las palabras de su madre y suspiró después; sabía que aunque su progenitora haya hecho la peor cosa en contra de él, de ninguna manera podría lastimarla. —Yoongi es tu hermano, no puedes querer lastimarlo. No lo hagas.
Pero si podía contradecirla: —Yoongi jamás fué mi hermano realmente, querida madre. Y ten por seguro que pagará por todo lo que hizo.
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Larga vida al ¿Impostor? | 𝐌.𝐘
Fanfiction❛❛ Ambos son valientes como un león, pero solo uno tiene su marca. ❞ Min Jawang y Min Yoongi dejaron de ser la alegría y esperanza del reino después de que hasta el más pequeño de sus cabellos comenzara a señalar que ambos verdaderamente son el...