열셋

918 176 75
                                    

Aunque para Jawang era indignante el encontrarse sentado sobre la sucia tierra, también le era tonto tener como primer pensamiento algo así; su padre siempre le enseñó a que no debía importar el lugar donde estuvieran sus pies, lo importante es la manera en la que piensa en como dar el siguiente paso.

Antes del primer amanecer ahí, el rubio ya reconocía todo los sonidos y ruidos del lugar; los pasos de los guardias, algunos gritos de los prisioneros, la toz de otros que comienzan a morir ahí y Boho aclarando su garganta. Bueno, esa última es nueva.

—Boho. —Habló Jawang sin levantar siquiera la mirada, pero seguro de que es él. —Cuando dije que tu lealtad era tanta que hasta yo me sentía en deuda contigo, no mentí.

—Joven príncipe... —Las palabras del guardia real cesaron en cuanto el rubio le detuvo al levantar la mano.

—No tiene sentido que estés aquí. —Continuó hablando Jawang entre la oscuridad que la celda poseé. —Tu trabajo es proteger al rey y debes cumplirlo hasta el último día de tu vida.
Así que, ahora mismo deberías estar con el rey.

—Por eso estoy aquí... —Habló Boho con seriedad provocando que Jawang por fin levantara la mirada hacia él.

☁️☁️☁️

—¿Aún te escondes al ver que ellas están ahí?

Los pies de Yangmi se separaron varios centímetros al escuchar la voz de Yoongi en su hombro, al girar y mirarlo, frunció el ceño: —¿Qué haces aquí? ¿Acaso no te gusta ser rey? —Preguntó con los labios medio abiertos.

Yoongi sonrió y negó con la cabeza: —No es eso. —Dijo.

—¿Entonces? No puedes volver aquí, todos ya te han olvidado.

—Solo han pasado 4 días. —Rió el pelinegro y la castaña hizo de sus labios una línea. —¿Que acaso no me extrañas? —Preguntó haciendo una mueca.

—Solo han pasado 4 días. —Repitió Yangmi provocando la risa de Yoongi.

El ahora rey, miró por encima de los arbustos que las chicas de las que Yangmi se oculta siguen ahí, riendo y mostrando su belleza; Yangmi al notar que la mirada de Yoongi no salía de ellas, suspiró levemente.

—¿Ya te vas? —Le preguntó Yoongi cuando ella comenzó a caminar lejos. Yangmi giró y asintió. —Pero, el camino a tu casa es por allá. —Señaló la dirección donde las bellas jóvenes estaban.

—Quiero ir por aquí. —Respondió ella y continuó con su camino.
Yoongi caminó los cuantos pasos que su amiga dió y hasta alcanzarla, tomó su brazo. —¿Qué haces? —Preguntó la castaña extrañada.

—Iremos por allá.

—No puedes obligarme.

—Soy el rey, claro que puedo.

Yangmi miró a Yoongi unos segundos y después de bufar ligeramente, tomó camino hacia donde el pelinegro insistía en ir: —Te odio, Gong. —Murmuró Yangmi, el nombrado solo rió detrás de ella.

Las risas de todas aquellas radiantes jóvenes se detuvieron en cuanto miraron a Yangmi caminar sola, ella creía que iba Yoongi a su lado pero la verdad es que no.
Sus ojos caían al piso y sus manos estaban tomadas entre si, estando sobre la boca de su estómago, en cuanto escuchó su nombre salir de tan bellos labios, suspiró.

Larga vida al ¿Impostor? | 𝐌.𝐘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora