❛❛ Ambos son valientes como un león, pero solo uno tiene su marca. ❞
Min Jawang y Min Yoongi dejaron de ser la alegría y esperanza del reino después de que hasta el más pequeño de sus cabellos comenzara a señalar que ambos verdaderamente son el...
Después de haber sido humillado frente a todos en el desfile dedicado a él, Jawang fué llevado como si fuera el peor de los criminales al palacio. Lo que sería una gloriosa ceremonia de presentación, terminó siendo un juicio para el rubio.
—¿No había dicho que su hermano murió? —Reclamó uno de los tantos consejeros. —No podemos dejar que reine un mentiroso al cual no le importa su pueblo, ¡Su padre jamás fué así!
—¡Mi padre está muerto! —Interrumpió Jawang sin importarle la sentencia que se le está imponiendo en ese momento. —Que me reclamen todo lo que hice en esos días de crisis me hace saber que a quien no le importa su pueblo, es a ustedes. Hice lo que hice y dije lo que dije, porque este cobarde huyó.
Ahora los ojos de todos cayeron sobre Yoongi. Este en definitiva no iba a dejar que Jawang lo hiciera ver cómo un cobarde y con furia respondió: —¿¡Cobarde!? —Su voz sonaba fuerte y grave. —Huir jamás fué plan mío, pero nuestra madre me lo pidió al saber cuáles eran tus intenciones.
—¿Y según tú, cuales eran mis intenciones? —Preguntó el rubio pasando su lengua por el interior de su mejilla mientras levantaba las cejas.
Yoongi resopló ante la actitud de su gemelo: —Matarme. —Soltó y todos los hombres viejos comenzaron a discutir entre ellos.
Jawang no intentó hablar más y solo dió la vuelta; esperar a que todos aquellos que discuten con fuerza terminen y den una solución, tardaría más de lo que ambos desean. Sobre todo cuando ambos saben ya cuál será el veredicto. Boho, mostrando fidelidad como siempre, estaba ahí, escuchando y mirando todo lo que los príncipes león eran capaces de hacer.
Su vida le pertenecía al rey, sea quien sea, pero su aprobación solo la tenía uno de ellos.
—Principes. —Sil Haengja, considerado como uno de los más sabios consejeros del rey, habló. Los mencionados se levantaron de su lugar con la espalda recta, el pecho levantado y sin una pizca de miedo en los ojos, escucharon a aquellos que están a cargo de tomar decisiones que beneficien al reino y a sus habitantes. —Su padre nunca nos decepcionó, ni siquiera cuando dudamos sobre alguna de sus acciones. Siempre nos demostró que lo más importante para él era nuestro bienestar, lo menos que podemos hacer en su honor es continuar con ese deseo. —Su nombre no parecía ser en vano, al menos no esta vez, pues Sil Haengja sería el verdugo de Jawang apartir de este momento. —Debido a sus acciones y palabras faltas de sinceridad, usted, joven príncipe Jawang...
El rubio al ser nombrado, respiró profundamente.
—Usted no merece ser el rey. Por lo que, su hermano, lo será; y confiamos en que será competente en todo momento, así como lo fué su padre, su majestad el rey Joheun. —Haengja giró la cabeza y al chocar la mirada con los guardias de la entrada, hizo un pequeño movimiento que les hizo saber que era el momento de actuar.
Jawang de un momento a otro se vió rodeado por los que antes estaban para protegerle, estos con fuerza lo tomaron de los brazos y antes de salir, dejaron que Haengja terminara de hablar.
—Debe pagar por su traición al trono, príncipe. La prisión del palacio será el lugar donde lo hará.
El que aún vestía ropas costosas, desvío la mirada de la del que ha dictado su sentencia y miró a su hermano: —Actua como el rey que todos esperan, no como el que realmente eres. —Soltó para después ser llevado hacia la prisión del palacio.
Yoongi pasó saliva al escuchar a su hermano pero de inmediato retomó su postura firme, el nuevo rey no podía mostrarse nervioso ni intimidado por un par de palabras vanas.
—Confiamos en que será un rey tan justo, sabio y bueno como...
—Mi padre. —Interrumpió el pelinegro. Haengja asintió, después Yoongi lo imitó. —Seré un rey que recordarán tanto como al rey Joheun.
☁️☁️☁️
—Me alegra que no te hayas ido. —Yangmi dió un pequeño salto al escuchar la voz de Yoongi.
—¡Me asustaste! —Exclamó la castaña riendo.
—Lo siento. —Rió también Yoongi.
Después Yangmi regresó su mirada hacia el frente, Yoongi dió un par de pasos para estar cerca de su amiga ambos se quedaron en silencio, contemplando el atardecer acompañado del melodioso viento con fresca brisa, tal como lo hacían debajo de algún árbol después de recolectar arroz.
—Lo lograste. —Dijo Yangmi con una sonrisa después de mucho tiempo en ese pacífico silencio.
El pelinegro de inmediato negó con la voz: —Lo logramos. —Contestó. —Sin ti, no habría llegado hasta aquí. —Un leve golpe cayó en el brazo izquierdo de Yoongi interrumpiendo la calma con la que hablaba. —¡Auch! —Se quejó. —¿Eso que fué?
—Es mi forma de agradecer tus palabras. —Contestó sonriendo tanto que sus ojos se convirtieron en dos líneas.
El nuevo rey, después de sobar su brazos con ojos acusatorios hacia Yangmi, regresó su mirada un momento más el cielo: —Quédate esta noche, mañana a primera hora yo mismo me encargo de que llegues a casa sana y salva, ¿Si?
Yangmi se paró frente a Yoongi el inclinó la cabeza un poco: —Como usted mande, su majest... ¡Auch! —Interrumpió sus palabras al Yoongi golpear su brazo con la misma levedad con la que ella le golpeó. —¿Eso que fué? —Preguntó como él lo hizo hace rato.
—Soy tu amigo, no me digas su majestad.
—Pero ahora eres el rey. —Respondió la castaña. —Además, creo que suena demasiado bien.
La sonrisa de Yoongi salió: —La verdad, me gusta más Gong.
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