다섯

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—Veo que hay una chica que te busca. —Habló Beomja después de servirse un poco más de arroz

Yoongi asintió mientras daba otro bocado: —Yangmi. —Pronunció con tono tedioso.

—Ella es...

—Irritante. —Completó Yoongi y Beomja rió levemente: —Comprendela un poco. —Intervino el mayor. —No suele tener muchos amigos.

—No me pregunto porque. —Rodó los ojos el pelinegro. —Es muy insistente. —Soltó.

Beomja juntó los labios y ladeó la cabeza levemente: —Hay muchas chicas irritantes e insistentes en este pueblo y aún así tienen muchos amigos. Yangmi no tiene muchos amigos por el hecho de ser medio hueso.

Yoongi dejó de masticar y miró al que habla: —¿Quienes son sus padres?

—Su madre sirvió a tu madre, pero al quedar embarazada debió salir del palacio para cuidar de su familia. —Comenzó a relatar Beomja con una mueca a medias. —Su padre era de la capital.

—¿Y como es que terminó aquí? —Preguntó Yoongi aún más interesado en la situación de aquella, para él, extraña chica.

—Ambos murieron después de que la epidemia llegara a la capital. —Dijo y el pelinegro solo guardó silencio juntando los labios y recordando todo lo que sus padres lidiaron en ese tiempo. —No era tan pequeña pero aún necesitaba de una figura de autoridad en su vida, y no había nadie más que su abuelo; con quién vive actualmente.
Un viejo ciego es lo único que le quedó a Yangmi, creo que deberías comprender el porque crear relaciones no es tan sencillo para ella.

Después de que Yoongi escuchara tan lastimosa historia, sus pensamientos sobre Yangmi comenzaban a tener otro rumbo.
Es irritante y muy insistente, si, incluso ella lo sabe; pero muchas veces trata de no serlo con tal de parecer amigable y conversar un rato con alguien a quien no le importe el que sea medio hueso.

Yoongi seguía disfrutando de la sombra de aquel árbol que hizo que ambos cruzaran sus caminos, a veces Yangmi trataba de decir algo que hiciera que el pelinegro sonriera o tan solo la mirara, pero él solo cruzaba los brazos y miraba hacia otra parte.
Cosa de la que ahora comenzaba a arrepentirse el desterrado príncipe.

A la mañana siguiente, Yoongi le pidió a Beomja regresar a casa sin él al terminar con su jornada diaria, ya que intentaría conocer un poco más el pueblo y a Yangmi.

—¿Ya tienes un nuevo nombre? —Preguntó el hombre. Yoongi negó: —Siento que no puedo ser alguien más que Yoongi.

—Pues deberías buscar uno sino quieres que tu hermano te encuentre con más facilidad. —Terminó y caminó lejos del de ojos pequeños.
Aunque Yoongi entre los suspiros que da, sabe que lo que Beomja dice es cierto, también quiere que deje de repetirlo una y otra vez.
Elegir una nueva identidad resulta más complicado de lo que cualquiera piensa, no solo es renunciar a tu vida, sino también dar por hecho que esa vida puede morir, junto con la persona que solías ser, por lo que tienes que olvidar tu pasado y lo que soñabas para el futuro.

Yoongi comenzó a caminar por las calles de ese pequeño pueblo, todos ejercían su labor o alguna tarea que se han dispuesto para el día de hoy. Algunas tiendas rebosaban de clientes y otras rogaban porque alguien si quiera las mirara al pasar.
Carretillas y personas en masa, caminaban tranquilamente al rededor del pelinegro que observaba su entorno siendo iluminado por el fuerte sol que los últimos días ha tenido que vivir la población.

Yangmi no está tan lejos de Yoongi, ahora que este último se ha adentrado más al pequeño mercado. Ella ahora rondaba por las calles en busca de un poco de medicina para su abuelo, el cual ha enfermado por tercera vez en todo el mes. Cuando Yoongi la miró, caminó a ella sin dudar; trató de cambiar su postura por una más amigable y con cada paso que daba pensaba en que podría decir para saludarla.

—Hola. —Dijo al no encontrar otro saludo. Yangmi dejó de mirar con atención las hierbas medicinales que tenía en las manos y giró a mirar Yoongi, quién sorprendentemente para ella, le sonreía.

—Gong, ¿Te has golpeado la cabeza? —Preguntó mirándolo extrañada. Yoongi frunció el ceño y miró detrás de él; al no ver a nadie, comprendió que la de cabellos largos si hablaba con él: —¿Por qué lo dices? —Preguntó él levantando una ceja.

—Bueno, siempre que camino hacia ti pareces molestarte. —Comenzó a hablar mientras alzaba la cabeza y con ojos atentos miraba a contraluz del sol el líquido amarillento de la botella que tomó. —Y ahora, estás aquí, hablándome mientras sonríes tiernamente. Lo más lógico es que te hayas golpeado la cabeza. —Le dijo riendo. —O tal vez, el sol te ha dejado atarantado; deberías hacerle caso a tu tío y usar el sombrero.

El pelinegro se mostró apenado en cuanto Yangmi dijo que su sonrisa le parecía tierna y el que ahora lo mirara con una sonrisa burlona, hacía que sus mejillas comenzaran a sentir mucho calor: —Es molesto y estorba mucho. —Desvió la mirada rascando su nuca. La castaña sin quitar su sonrisa comenzó a caminar lejos de Yoongi para continuar con su búsqueda; este cuando lo notó, apresuró sus pasos para alcanzar a quien da pasos rápidos.

Yoongi jamás pensó en Yangmi como una chica fea, aunque lo intentara no podría porque no lo es. A diferencia de como lucía cada que terminaban de recolectar arroz,  en este momento se veía igual a todas las chicas del pueblo; su ropa parecía menos costosa y elaborada a primera vista, pero de igual manera le hacía ver bonita.
Su cabello no era una trenza despeinada y su rostro no parecía haber sido solo lavado con agua y un poco de jabón; sus labios sonrientes eran rosas y combinaban con la leve sombra que pinta sus párpados. Su vestido largo le hacía ver alta y delgada, incluso parecía que su piel era un poco más palida.
Si su sociedad no se guiara por el linaje, claramente Yangmi sería codiciada por muchos jóvenes nobles.

—Pareces muy empeñada en encontrar medicina, ¿Estás enferma? —Supuso Yoongi caminando a la par de Yangmi. —¿Por eso no fuiste hoy a los cultivos?

—Mi abuelo está enfermo. —Contestó suspirante. —Lleva varios días enfermo y debo encontrar algo que lo ayude a mejorar, pero no hay mucho en el pueblo. —Formó una mueca con sus labios.

—¿Y en la capital? —Preguntó Yoongi.
Yangmi levantó los hombros y asintió: —Seguramente hay algo que le ayudaría, pero no puedo dejarlo solo. Ni tampoco creo tener suficiente para poder gastar.

Yoongi dejó que Yangmi comenzara a caminar de nuevo sin él después de haber hablado. A pesar de que su relación no era ni siquiera una amistad todavía, Yoongi comenzaba a pensar en como podría ayudar a la castaña en la situación que parece atormentarle.
Hyukan iría dentro de unos días a visitarle para saber cómo está y saber si es que necesita algo que ni ha encontrado ahí; en todas las visitas anteriores ha dicho que se encuentra bien y que por lo tanto no hay algo que necesite realmente. Pero esta vez, Yangmi será la razón por la que Yoongi dirá por primera vez si a las preguntas de su visitante.

 Pero esta vez, Yangmi será la razón por la que Yoongi dirá por primera vez si a las preguntas de su visitante

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Larga vida al ¿Impostor? | 𝐌.𝐘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora