El comienzo

144 3 2
                                    

Aquí estaba yo, en una tienda de muebles, la mejor de la ciudad e inaugurada hace poco,comprando un sofá para mi casa con mis tres amigos, Daniel, Sandra y Sol.

-¿Cuál creéis que contrasta mejor con las cortinas del salon? - dije yo

-Pues creo que estas de aquí -respondió Sandra señalando rápidamente un sofá rojo y de cuero

Aquel sofá me convenció bastante, pero también necesitaba cambiar la puerta del dormitorio, asi que, me dirigí a ojear las que había.

-¿Qué te parece esta Mark? -dijo Daniel

-¿¡Esta?! -respondí sorprendido

La puerta que eligió Daniel era azul y de un estilo muy viejo. A mi no me convenció mucho.

-Pues a mi me gusta. Además, ¿os habéis fijado en el símbolo que tiene? -dijo Sol

-Sí. Es un símbolo de un pájaro bastante raro. -respondió Sandra

El símbolo se podía ver muy bien ya que era de color dorado y resaltaba en el color azul de la puerta. Era un pájaro con las alas abiertas, pico pequeño y con una mirada fijamente puesta en el pomo de ésta.

Mis amigos me insistieron demasiado y a pesar de lo rara que era, la compré.

Nos montamos en el coche y nos dirigimos hacia mi casa. Había invitado a los tres a merendar.

Llegamos. Lo primero que hicimos fue poner el sofá. Nos costó mucho ponerlo, por lo que, les ofrecí a todos una limonada bien fría, ya que era verano y hacía calor.

Nos terminamos las bebidas y nos pusimos a montar la puerta en mi dormitorio.

-Uff. Estoy muy agotada -dijo Sandra

-Venga no te preocupes que ya queda poco -dijo Sol

Terminamos de montar la dichosa puerta y acabamos mirándola fijamente, sobre todo al símbolo del pájaro.

La cerramos y nos dirigimos hacia el salón para descansar en el nuevo sofá.

Encendí la tele y charlamos un buen rato y al cabo de dos horas hablando....escuchamos una melodía de un pájaro muy bonito aunque espeluznante.

Yo cogí el mando a distancia y le quité todo el volumen a la tele.

-Viene de tu cuarto Mark —dijo Sandra

Los cuatro salimos corriendo hacia mi cuarto.

Llegamos, y el sonido procedía del pájaro de la puerta. Sí, del pájaro que había en aquella puerta. No nos lo podiamos creer.

-¡Pe...pero si está cantando! -gritó Sol

-¡No puede ser! -dijo Sandra

Daniel se dispuso a darle golpes a la puerta para que el pájaro dejara de cantar.

Pero no hizo efecto.Al contrario, lo empeoraba. Cada vez que le daba golpes, el ave seguía cantando y cada vez mas fuerte.

La puerta empezo a emitir unos rayos de luz que casi nos dejaba ciegos.

-¿¡Pero que está pasando!? -dije atemorizado- ¡No tendría que haber comprado esta puerta!

No sabia que hacer. Estaba asustado y a la vez asombrado al ver todo lo que estaba pasando. Y aún así, me lancé a abrir la puerta y ........

Las seis puertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora