♒Acuario x Yuma♒

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Caí rendida en la cama tras un duro día de instituto. Dios, hoy me han machacado a deberes y exámenes. ¿Sobreviviré para las vacaciones de verano? Sin ganas de nada, cerré los ojos.

(...)

Una caricia rozó mis pesados párpados. Perezosa y somnolienta, miré a la persona que acababa de hacer aquel acto y me topé con Yuma.

-Lo siento, parece que te he despertado.

-No pasa nada, es mi culpa por haberme quedado dormida con el uniforme y todo.- Intenté levantarme, pero incluso las fuerzas flaqueaban.

-Espera, te ayudo.- Añadió, poniendo su brazo derecho en mi espalda, para hacer de apoyo.

-Gracias. Ha sido un día muy largo y lleno de trabajo. Además, llevo varias noches sin poder dormir bien completamente por los exámenes. Menos mal que ya he terminado la primera racha.

Con su otra mano acarició mi pelo y el sueño me invadió de nuevo. Sabe muy bien cómo hacer que me relaje. Sin embargo, tenía que ponerme el pijama y, al menos, darme una ducha. Mi peinado actual era una coleta porque así se notaba menos la grasa del pelo. Me lo lavo casi todos los días, pero mi cabello es, por tendencia, graso.

-¿Quieres que te bañe?- Preguntó, con una risa encantadora.

-¿Se puede saber que mosca te ha picado? No sueles ser tan servicial.

-Bueno... Estoy viendo lo cansada que estás y no quiero que mañana te encuentres todavía peor. Y... Tú siempre cuidas de mí. Alguna vez tenía que devolverte el favor, ¿no?

Sonreí como respuesta y dejé que me llevara en brazos hasta el cuarto de baño. Me quité la ropa y entré en la tina. El agua tibia hizo que la tensión abandonara los músculos. Mi pareja se agachó y comenzó a enjabonar mi cabello. Era maravilloso. Como un masaje de peluquería.

-Muchas gracias, Yuma.- Susurré, en éxtasis.

-No hace falta que me lo agradezcas, idiota.- Respondió calmado, mientras continuaba con su tarea.

Cuando aclaró el pelo, le puso encima una toalla y le quitó la mayor parte de la humedad, para posteriormente secarlo con el secador.

Juro que creía quedar dormida ante sus caricias y suaves movimientos. Más me valía disfrutar de aquella noche si quería que permaneciera en mi mente como un bonito recuerdo. Normalmente no solíamos tener muchos momentos románticos como este, pero esos pocos eran muy preciados para nosotros. Veía en el espejo el reflejo de Yuma, detrás mía, secando concienzudamente el cabello que olía ahora a vainilla. La ternura que provocaba en mí era inmensa. ¿Habré ganado la lotería con este muchacho? Sí. Por supuesto que sí. No lo parecía, pero era un chico muy atento. Notaba en cuestión de segundos cuando algo no iba bien o si necesitabas algo de él. Sonreí sin darme cuenta pensando en aquel lado escondido y dulce que poseía.

-¿Por qué te ríes cual boba?- Preguntó, dejando salir una risotada.

-Por nada, por nada. Tú sigue.

Sin embargo, apagó el aparato y lo apoyó en el mueble de al lado.

-Ya había terminado, ¿no te habías ni dado cuenta? Sí que estabas en las nubes. ¿Qué es lo que te roba el pensamiento a estas horas? ¿Yo?

-Puede.

-Me gustaría una respuesta mas convincente. ¿O acaso te da vergüenza admitir que te quedas embobada pensando en mí? No tiene nada de malo, eh. Es más, me sentiría bastante orgulloso.

-¿De verdad? ¿No te burlarías si fuera cierto?

-Lo dices como si te identificaras. ¿Podría ser que he dado en el clavo?

Un ardor penetró en mis mejillas. Odiaba y amaba al mismo tiempo cuando hacía estas cosas.

-Lo tomaré como un sí.- Finalizó.

Se acercó de nuevo y apartó todo el pelo de mi cuello. Posó un suave beso sobre él y luego dio otro cerca de mis labios, justo en la comisura. Hice un puchero.

-¿Qué?

No contesté y me limité a seguir sentada en la silla, sin dejar de mirarle fijamente a los ojos.

-¿Por qué me echas el ojo de esa manera? ¿He hecho algo malo?

Continué sin pronunciar una sola palabra. Oh, vamos, Yuma. Quiero un beso de verdad. Justo en los labios. De esos que con solo uno quedas totalmente satisfecha. Intercambiamos una mirada y al momento pareció comprender lo que pasaba.

-Ahh... Con que te has quedado con ganas de más, ¿cierto?

-Si lo dices así suena fatal.

-¿Miento acaso?

-Técnicamente, no.

-Entonces está bien, ¿sí?

Curvó su sonrisa característica a una más picante y ardiente. Sabía que le quería y le necesitaba. Dicen que en la noche somos más sinceros por el cansancio y la falta de energías para ocultar sentimientos. Corroboro esa afirmación, porque en contadas ocasiones me he confesado de esta manera. Ahora lo quería sobre mí más que nunca. Una pena que el sueño fuera ganando la batalla lenta y progresivamente.

Suspiré, agotada y sin fuerzas. Aquella sesión de "relax" me había dejado completamente en el limbo. Yuma se percató y después de cogerme en brazos y sentarme de nuevo en la cama, comenzó a deslizar mi albornoz para continuar con la acción de ponerme el pijama delicadamente.

-Eres muy temeraria, ¿lo sabías?- Pausó, todavía con aquella sonrisa pícara.- Primero te quedas medio muerta en la cama, te baño, te seco el pelo, y luego, a pesar de que sigues estando medio muerta, decides caldear el ambiente. Haré como que estás prácticamente entre el sueño y la realidad y no eres consciente de la mitad de lo que dices.

-Estoy viva y radiante como el sol, Yuma. Las energías rebosan continuamente de mí.

-Ajá.- Dijo, mientras terminaba de acomodar la ropa.

Justamente cuando acabó, caí de espaldas y cerré los ojos. Parecía una maldita borracha tras una noche de juerga impresionante. Por eso dicen que nunca hay que saltarse las horas de sueño recomendadas. Porque si no, acabas siendo una ebria sin cerebro ni rumbo, como yo ahora mismo. Podría pararme a pensar en lo vergonzosa que era esta situación, sin embargo, estaba tan cansada que hasta me dio pereza poner en marcha los engranajes de mi cabeza.

-Buenas noches, (T/n).- Susurró una voz en mi oído.- Te estaré recordando esto durante los próximos dos meses, así que prepárate.- Pausó.- Y... Toma, te lo has ganado por esforzarte tanto.

Luego, una sensación cálida se posó en mis labios. ¿Un beso? Ah, sí. El beso. El ansiado beso. Juro que desearía que todas las noches fueran iguales que esta. Aunque con un novio así, da igual cómo sean los días y las noches, sé que me lo voy a pasar genial. Y con razón.


♊DL One-Shots♊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora