INTJ x Laito (ESFP)

511 55 7
                                    

-¿No te cansas de juntar las cejas como un duende enfadado?- Preguntó Laito, enroscándose uno de sus suaves mechones de pelo alrededor del dedo índice.

-¿Y tú no te cansas de molestarme? ¿No tienes nada mejor que hacer?- Respondí, de mala gana.

-Claro que sí: verte trabajar.

Me guiñó el ojo y aparté la mirada, asqueada. ¿Por qué siempre me toca faenar con los parásitos de turno? Cansada, dejé escapar un leve suspiro y me recosté en el respaldo de la silla. Miré la pantalla de mi ordenador y comencé a repasar todo lo que había estado escribiendo, consolándome al saber que al menos mi parte ya estaba terminada. De repente, escuché un "Bzbzbz" en mi oreja derecha, parecido al sonido de una mosca. Confundida, me giré y vi a milímetros la cara de Laito. Dejé escapar un leve clamor y me aparté rápidamente.

-Para de una vez.- Regañé.

-Pero me aburro muchísimo...- Quejó el vampiro de vuelta, haciendo pucheros.

-Pues trabaja y te entretienes.

Volví a enderezar la espalda y continué con el proyecto. Laito, por su parte, comenzó a peinarse el pelo con la mano, deslizando su melena rojiza entre sus finos y delicados dedos. He de confesar que aquel momento me hizo perder la noción del trabajo y permanecí con la mirada puesta en él por un buen rato. Fue tan obvio que el propio muchacho dirigió su atención sobre mí y levantó las comisuras de sus labios en una sonrisa de lobo. Se estaba divirtiendo.

-¿Pasa algo?- Preguntó, con tono inocente.

Sacudí suavemente la cabeza.

-No.

-¿De verdad?- Insistió.

Ignoré sus últimas palabras y me concentré en el ordenador que tenía delante. Aun así, noté cómo se movía lentamente y se colocaba detrás de mí. Cautelosa, tensé los hombros y aguanté unos instantes la respiración. 

-¿Te pongo nerviosa?- Susurró mientras pasaba sus dedos a través de la piel de mi nuca.- Estoy seguro de que sí. Mira cómo reacciona tu cuerpo ante el mínimo contacto entre nosotros. ¿Te gusta?

-No.

Su figura estaba fuera de mi campo de visión, pero podría jurar que su sonrisa se ensanchó considerablemente debido a mi rotunda negación. Segundos más tarde, su suave respiración acarició el lateral de mi cuello. En acto reflejo, incliné la cabeza hacia el lado opuesto, abriéndole el camino. Su respuesta fue corta y letal; un precioso ronroneo lleno de peligro y pasión.

-¿Estás segura de que no te gusta? Porque a mí me parece que es todo lo contrario.

-A ti te parecen contrarias muchas cosas, y te aprovechas de ello.

Sin embargo, toda su atención se despegó de mí inmediatamente. Me dejó atrapada en un frío invernal y me di cuenta entonces de lo que quería. Deseaba verme de rodillas para implorarle ese fuego que sólo él podía proporcionarme. Deseaba verme rogar por sus labios y sus tan delicados dedos. 

-¿Te gustaría verme suplicar, Laito?- Pregunté, cruzando las piernas mientras me incorporaba en la silla.

Un brillo nació en sus ojos, despertando su interés.

-A veces odio que adivines mis intenciones.

-Es lo que tiene conocerse bien entre compañeros de trabajo, ¿no crees? Pero no has respondido a mi pregunta. ¿Me quieres a tus pies? ¿Quieres que suspire tu nombre entre acalorados gemidos?

Dejó su sombrero en la mesa y se acercó de nuevo a mí. 

-Me encantaría.

Ahora sonreí yo, victoriosa. Me levanté del asiento y cogí el portátil. Avancé hasta quedar a escasos centímetros de su boca; a un aliento de tumbar al juguetón cazador.

-Pues trabaja y tal vez te dé un premio.- Musité en su oído derecho.

Finalizadas mis palabras, giré sobre mis talones y salí de la habitación, cerrando la puerta tras de mí. 

♊DL One-Shots♊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora