Capítulo 28

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Nuevo oneshot: "Riesgo; Ross Lynch" disponible en mi biografía (hot).

Mi mirada se conecta con la suya, haciéndome entrar en una desesperación innotable. En cualquier momento las caras de sus padres volverían a estar en televisión, y no precisamente para dar una buena noticia.

–¿Estás bien?

Pregunta.
Bajando la mirada hacia el anillo que le regalé ayer.

–Sí, ¿por qué?

–Estás muy serio- ríe, poniendo sus pies desnudos sobre mi regazo. Sonrío, tratando de ocultar los nervios que tengo encima– ¿Es por qué no pudiste venirte?

Niego de inmediato.

–¿Por tu trabajo?

Asiento.
Esquivando su mirada.

–Tengo unos asuntos pendientes- le explico– Pero no es nada del otro mundo.

___________ se acerca hacia mí, coloca sus brazos al rededor de mi cuello y me besa con una pasión extremadamente fascinante. Le sigo el beso a pesar de lo distraído que me siento.

¿Cómo reaccionaría al enterarse de que en algunos minutos u horas se revelaría que su padre agrede a su madre?

–Estás muy tenso.

Susurra despegándose de mí.
Palmeo su trasero, haciéndola reír.

–¿Sabes que necesitamos? Entrar al jacuzzi, te haré masajes allí.

Lamo mis labios.
A punto de volver a besarla.
Pero no lo hago al escuchar su teléfono celular vibrar.

–Es mamá- me dice luego de ver la pantalla. Se aleja de mí, y contesta el teléfono– ¿Hola?

La observo caminar hacia el baño con una tranquilidad completa mientras charla con su madre, logrando que los latidos de mi corazón aumenten en un par de segundos.

Joder.
Le estoy haciendo mucho daño.
Y aún no soy capaz de decirle a Germán que una parte de mí realmente desea dejar todo esto atrás.
Pero cuando estoy a punto de hacerlo, es cuando recuerdo las noticias de hace un par de años atrás, confirmando la injusta muerte de mi padre.

Cosa que me hace querer destruir a Robert.
Y mucho más ahora que sé que es un maldito agresor.

Y lo destruiría sin pensarlo tanto de no ser por ____________... después de todo es su padre, y sea lo que sea o haga lo que haga, lo seguirá amando.
Y no la culpo por ello.

Me levanto de la cama y camino sin hacer mucho ruido hacia el baño, coloco mi oreja sobre la puerta.
Tratando de poner toda la concentración del mundo en la conversación que están teniendo ahora, pero no logro oír nada.

Me despeino.
¿Acaso la maldita culpa que siento en mi corazón por mentirle no se iría nunca?

Me alejo del baño y vuelvo hacia la cama, me pongo la sudadera color gris que acabó en el piso luego de nuestro encuentro sexual, y por último, me coloco las zapatillas.

–Ross- la escucho llamarme, se ve seria, me pongo de pie de inmediato– Mi padre es un idiota.

Bufa.

–¿Qué sucedió?

–Al parecer alguien captó imágenes de mi casa donde papá gritaba y le levantaba la mano a mamá- suspira, pasando las manos por su rostro– Y las mandó a un canal de televisión.

Mi corazón se congela.
Su expresión no es tan preocupante, gracias a Dios, pero aún así, puedo ver los nervios que la noticia causa en ella.

Frustrado; Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora