Capítulo 29

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‐¿Sabes?- pregunta, llamando mi atención- Desearía que pudiéramos estar aquí para siempre.

Beso su cabello nuevamente.
Esta vez coloco mis manos sobre sus hombros y los acaricio con cuidado.
Estremeciéndome por el contacto del agua en nuestros cuerpos.

-Yo también- confieso. Lejos de todo lo que planeé en un momento, e incluso lejos de mí mismo.

Mi miedo a perderla es más grande que no cumplir con lo que alguna vez le juré a papá luego de su muerte, honrar su nombre.

-¿Volverás a vivir con tus padres cuando volvamos?

Le pregunto.
Ella asiente, poniéndome algo triste en mi interior.
Ya no podría dormir con ella por las noches.

-Sí- responde, con pesadez‐ No quiero, pero papá dijo que debemos de mantenernos unidos para que la imagen de la compañía cambie, ya sabes.

Asiento.
Colocando mis manos sobre su abdomen desnudo, lo acaricio con tranquilidad.

-¿Crees que sea una buena idea que conozcas a papá? bueno, ¿quieres hacerlo?

Un nudo toca mi garganta.
Haciéndome atorar.
____________ se endereza, y me observa, con una sonrisa preciosa sobre su rostro. De esas que me encantan.

-Cuidado- sonríe, tocándome el pecho- Entendería perfectamente sino lo quieres conocer.

Niego.
Para no quedar como un maleducado.
Si Robert llega a saber que salgo con su hija, sabiendo que ella es menor de edad y nos llevamos unos buenos años de diferencia. Sin dudarlo, me enviaría a la cárcel, cueste lo que cueste.

Poniendo una denuncia por violación, o lo que sea. Pero lo haría, no dudo de ello.

-No es eso- explico, tomando sus manos, las entrelazo con las mías. Tratando de no bajar mi mirada hacia su cuerpo- Sino que ya sabes, luego de todo lo que me contaste, sería raro.

-Lo entiendo.

Acaricia mi rostro.
Y me deja un pequeño beso sobre los labios.
Alegrando aquel momento a tope.

____________ voltea la mirada hacia el pequeño estante que hay en el baño. Y se estira para lograr alcanzar el anillo que le regalé. Se lo coloca, sin dejar de observarlo.

-¿Te gusta?

Le pregunto.
Con todas las ganas del mundo de tomar una cámara fotográfica y sacarle una foto. Se ve preciosa.

-Me encanta- me mira- Muchas gracias.

Vuelve a besarme.
Y yo le correspondo.
¿Cómo no hacerlo?

-No me lo quitaré nunca- asegura, ilusionada. Casi tanto como yo lo estoy desde ya hace un tiempo- Ni cuando discutamos, aunque casi nunca lo hacemos.

Sonrío.
Mis manos acarician su cintura, atrayendola hacia mí pero sin una intensión morbosa.

-Te quiero tanto ___________.

Digo con pena.
Creo que nunca antes esas palabras habían salido de mi boca con tanto sentimiento.

-Yo también Ross- me besa- Mucho, muchísimo- río- ¿Y sabes? A penas las cosas mejoren con la compañía de papá, le comentaré de lo que tenemos.

*

Camino por las calles de Francia con una terrible sensación en mi estómago, me detengo en una pequeña tienda llena de periódicos y revistas. Busco la que Germán me indicó hace unos minutos con la mirada, y cuando la observo, mi corazón vuelve a agitarse.

"Empresario agresor"

Mi cuerpo se estremece al leer las primeras líneas de aquel pedazo de papel que narra que un anónimo les enviaría pruebas donde muestran lo hijo de perra que es Robert Thomas.

Tal y como le indiqué a Germán cuando escuché de la boca de ____________ que su padre había mandado a matar, o matado al mío. Suspiro.

Debería sentirme bien por esto.
Y definitivamente lo haría de no ser por ___________. Cuando la noticia comience a expandirse, quedaría impresionada, se supone que su padre había pagado para que no publicarán esta noticia. Y pensaba no hacer nada hasta que me sentí mal por la injusta muerte de mi padre.

Volví a llamar a Germán, y le dije que mandara aquella información a otra compañía. Que tal y como pensamos, publicó la información en un abrir y cerrar de ojos.

Sigo con mi camino hasta llegar al restaurante de comida francesa. Insistí en decirle a ___________ que podía venir a comprarla para que no viera lo que hay en los periódicos ahora mismo. Se enteraría de esto a penas regresaremos a Estados Unidos, para ser exacto, en un día y medio.

Saco mi celular al entrar al restaurant y leo la comida que quería ____________, y luego de ordenarlo al mozo. Me siento, a seguir leyendo los mensajes que no había leído en un par de horas.

Estoy por ingresar al chat de Riker.
Pero una llamada suya me interrumpe.
Frunzo el ceño. Contesto.

‐¿Ross?

Río.

-No, tu abuela.

-¿Puedes explicarme por qué carajos me acaban de enviar fotografías tuyas al lado de ____________ Thomas en París?

Trago saliva.
¿Qué?

-¿Qué?

Es lo único que llego a decir.
Pongo la llamada en altavoz y me dirijo al chat de Germán.

"Riker me está diciendo que tiene fotos mías con __________"
"¿Qué demonios?"

-No te hagas el reverendo imbécil- suspira. Se siente en su voz que esta completamente agobiado- ¿Cómo demonios la conoces?

-No sé de qué me estás hablando.

Riker ríe.
Cínico.

-Deja de hacerte el idiota de una maldita vez, ¡me haz metido en problemas!- exclama, al parecer golpeando algo- A penas Robert se entere de esas fotos o salgan a a luz, nos pondrá la jodida contra.

Miro hacia la pantalla de mi celular.
Rogando para que Germán responda ahora mismo.
Pero no lo hace.

-Riker...

-¡Habla de una jodida vez! Ross, ¿tuviste algo con ella?

Llevo mi mano derecha a mi frente, comenzando a entrar en un manojo de nervios.

-¡Joder Ross, es menor de edad!

"Yo se las envié, no son comprometedoras. Necesitamos a Riker dentro del plan de una vez. Tengo algo que mostrarles a penas llegues a casa"

Responde Germán.
Bufo.
Golpeando la mesa del restaurant.
Llamando claramente la atención de las personas que están cenando a mi lado.

-No tuve nada con ella- le digo al fin- Me la encontré y caminamos un poco, es todo.

"Nadie más tiene las fotos. Descuida"

-¿Sabes en qué clase de problemas te puedes meter por "encontrartela y caminar"? Ross, sabes muy bien la clase de persona que es Robert... maldita sea.

-Riker cállate- protesto- Hablamos cuando llegue a casa.

Y cuelgo.
Aún con el corazón en la boca.
Se supone que no involucraríamos a Riker en el plan, a menos que Germán haya encontrado pruebas contundentes de que Robert haya matado a mi padre, pruebas contundentes como, su firma en un papel, o un video.

Pruebas que definitivamente ya Germán tiene en sus manos.

Frustrado; Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora