Por ti, Wei Ying.

Capítulo 7: Corazón obstinado.

Por ti, Wei Ying.

Capítulo 7: Corazón obstinado.

Sentado en el anexo principal de su habitación, Lan QiRen esperaba pacientemente la inminente llegada de su sobrino menor; WangJi.

Los recuerdos del caos que resultó ser la noche anterior, cuando su sobrino al fin se dignó en volver a casa después de una búsqueda sin sentido y llena de desesperación, daban vueltas alrededor de su mente sin cesar, golpeándolo una y otra vez.

Estaba furioso, indignado... y terriblemente decepcionado.

Aquel WangJi que sus ojos habían observado la noche anterior, ese que arrasaba con todo a su paso, gritaba y hacía oídos sordos a su autoridad... ni siquiera era capaz de reconocerlo. No era su WangJi. No era su sobrino. No era el aprendiz que más orgullo le había hecho sentir en la vida.

Era... un desconocido. Alguien a quién no podía comprender, alguien que lo desconcertaba de sobremanera.

QiRen no había sido capaz de sentir ese grado de distanciamiento con quién había criado como a su propio hijo. Lo había observado en completo silencio por un momento en la Habitación de Tesoros, intentando asimilar lo inédito de toda la situación, y entonces había sentido que de pronto se extendía entre él y WangJi una infinita separación que se hacía cada vez más grande, empujándolos a ambos en direcciones totalmente opuestas.

Eso lo asustó. Terriblemente.

No recordaba la última vez que se había sentido asustado. Ni siquiera estaba seguro de que un momento así hubiera ocurrido en su vida. Después de todo, había tenido que tomar el mando de su vida y de quienes le rodeaban a muy temprana edad, lo que le había llenado de seguridad siempre. Pero esa noche, mientras observaba los ojos vacíos de WangJi y su rostro sumido en agonía pura, sintió y experimentó por primera vez lo que era el terror puro.

Tuvo miedo de perderlo.

Y fue ese sentimiento tan desconocido para él lo que lo llenó de furia y le hizo explotar... porque no sabía cómo lidiar con él.

Antes de que pudiera darse cuenta, había avanzado en dirección a WangJi con la firme convicción de poder ser capaz de hacerlo entrar en razón... o al menos intentando convencerse a sí mismo de ello. Jamás hubiera imaginado que fuera Lan XiChen quién se interpusiera en su camino y propósito, con una mirada tan firme y desafiante que QiRen quedó congelado en su lugar.

No pudo entenderlo. Realmente no lo comprendió.

Sus dos sobrinos, los que había visto crecer y convertirse en hombres, aquellos a los que había educado, enseñado y guiado desde pequeños, a quienes les había dedicado casi toda su vida para convertirlos en los grandes cultivadores y pilares del clan que eran, en ese instante que le pareció infinito e inexorable, de pronto parecían ser dos completos extraños frente a él que no le reconocían ni le escuchaban en absoluto.

Del mismo modo en que había ocurrido con su hermano.

De sólo pensarlo y recordarlo le hacía sentir que la sangre hervía en sus venas como lava ardiente.

No. No estaba dispuesto a dejar que a su sobrino le sucediera lo mismo que a su hermano. No iba a permitir que WangJi se deteriorara hasta ese punto. No importaba cuán grande fuesen los sentimientos que WangJi afirmaba tener ni el poder que estos ejercían sobre su sobrino. QiRen iba a encontrar la forma de hacerlo entrar en razón, de traer de vuelta a su más grande orgullo. Después de todo, tanto WangJi como XiChen eran parte de su creación, él los había llevado a lo que eran ahora, él los había formado... si no era capaz de hacerlo regresar al camino correcto, ¿quién más podría?