¨Forgetting¨ [JinTae]

I

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El duro despertar de Kim Seokjin esa mañana, estaba matándolo. Maldijo internamente cuando la luz del día colándose por la ventana, le dio directo en el rostro, haciéndole doler cada parte de su cráneo. Parpadeó desorientado, observando su entorno borroso por la bruma del sueño, reconociendo luego el cuarto que compartía con su novio, en su departamento. Estaba en casa, lo cual lo tranquilizó. Su mente confundida se preguntaba porqué su garganta se sentía tan seca y la cabeza le punzaba de esa forma bestial, pero sus recuerdos de la noche anterior estaban ocultos tras un manto negro de inconsciencia. Se talló los ojos y, haciendo ademán de ponerse en pie, gruñó por el horrible malestar que le atravesó de la mollera, hasta su espina dorsal.

Extraños ruidos llegaron a él, desde la sala, como de ajetreo. Con el cuerpo ligeramente tambaleante, se dirigió en la dirección del sonido, mientras el mundo frente a él giraba vertiginosamente, amenazando con tirarle al suelo en cualquier momento. Grande fue su sorpresa al ver a su adorado novio con el rostro enrojecido por el llanto, metiendo con prisa los marcos de fotos en donde aparecía él en su época de infancia, además de algunos adornos que había comprado para la casa. Seokjin le observó atentamente notando que, junto a la puerta, un bolso y otra maleta le aguardaban, confundiéndolo aún más. Se aclaró la garganta, sintiéndola rasposa por alguna razón, antes de hablar.

- ¿Bebé? - su voz grave, captó la atención del chico rubio, que sólo se limitó a posar sobre él una mirada gélida, carente de cualquier sentimiento de amor. Por el contrario, sus ojos azules estaban cargados de dolor y odio - ¿Qué estás haciendo? ¿Planeas... ir de viaje? ¿Por qué estás empacando? - preguntó con inocencia.

Kim Taehyung, haciendo gala de la gracia natural que poseía, acomodó su cabello con una mano, despejando su frente con este movimiento, antes de soltar la sentencia para su novio.

- Tú sabes perfectamente porqué lo hago - escupió las palabras con ira contenida, terminando por cerrar la última maleta, para caminar hacia la puerta.

- ¿Qué? - Jin era la confusión en persona, no entendiendo qué ocurría ahí - ¿De qué hablas?

- No sé cómo tienes cara para preguntarme - renegó, abriendo la puerta con algo de dificultad, mientras se colgaba el bolso sobre el hombro - Eres un cerdo, y espero sinceramente que te mueras - declaró, saliendo del lugar, dejando a Seokjin pasmado.

Aun con el letargo de una mala noche, se sacudió la sorpresa y corrió tras del rubio, en busca de respuestas, porque no terminaba de entender lo que acababa de pasar frente a sus narices, ni las palabras dichas con tanto desprecio de parte del chico que ama desde hace más de tres años.

Corrió como pudo, deteniéndolo antes de que Taehyung pudiera subirse al elevador, sosteniéndolo por los brazos, logrando con este acto que el bolso se deslizara de su hombro hasta el suelo.

- Hey, espera... ¿Qué... qué es lo que pasa? - pidió, con los ojos picando en frustración. El rostro demacrado de su novio lo miró asqueado - ¿Por qué me dices que me muera y qué... qué es todo esto? ¿Me estás dejando? ¿Es eso? ¿Estás terminando conmigo? - disparó las preguntas, tan rápido como estas acudían a su mente.

- No me toques - murmuró Taehyung como única respuesta.

- Bebé, por favor... necesito... necesito que me expliques qué es lo que está pasando... - rogó Jin, sintiendo el nudo en su garganta formarse.

- Sólo... aléjate de mí - exigió, zafándose bruscamente del agarre que mantenía el otro sobre sus brazos - Ya no quiero tener nada que ver contigo, Kim Seokjin - dijo, consiguiendo que el mencionado retrocediera un paso, completamente abrumado por lo que estaba escuchando de la misma boca que sólo el día de ayer profesaba amor eterno por él - Nunca alguien me había decepcionado tanto como tú... - continuó hablando, mientras sus ojos se cristalizaban, mostrando, tal vez, la imagen más desgarradora que Jin hubiera presenciado en su vida - Así que, te pido que te olvides de mí y que me dejes en paz - la voz se le quebró al final de la frase, por lo que volteó hacia el elevador, entrando con sus maletas, desapareciendo de la presencia de su, ahora, ex novio.