VII

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En el silencio de la solitaria sala, en el departamento que ahora sólo pertenecía a Kim Seokjin, el pelinegro rebuscaba en internet, información respecto a qué tipo de drogas logran borrarte la memoria, que sean accesibles a cualquiera con algo de dinero.

El navegador le arrojaba algunos resultados dispersos y muy poca información clara, referente a precios o dónde adquirirlos. Aunque no debía ser una sorpresa aquello, debido a que se trata de algo completamente ilegal, que no va a estar al alcance de todo mundo.

Jin pasó una mano por su rostro, frustrado, terminando por revolver su cabello. Tomó su celular, y le mensajeó a su amigo, para que se encontraran en alguna cafetería. Aun debían hablar respecto a las fotos que fueron publicadas en la página de la universidad y ver si podían encontrar algo que les indique quién las publicó. Quizás eso les diera una pista de la persona que estaba detrás de todo.

Namjoon respondió luego de diez minutos, disculpándose por la demora, argumentando que Jimin a mantenido un ojo sobre él, amenazando con revisarle el celular. Seokjin no pudo más que sentirse mal por su amigo y los problemas en los que se involucraba por ayudarle. El pelinegro conocía bien a Park Jimin y sabía de primera mano lo aterrador que resultaba cuando una duda lo asaltaba. Podía ser peor que el FBI.

Aun así, se sentía satisfecho de haberlo forzado a asistir a una cita doble con Namjoon, pues ellos eran el uno para el otro.

Tomó una ducha rápida, tu laptop y su cartera, saliendo en dirección a la cafetería que Nam le había indicado por mensajes. Llegó media hora después, buscando una mesa apartada de las demás, para tener la libertad de hablar con su amigo, sin que alguien los molestara.

Nam llegó a la carrera, con el cabello morado y despeinado, evidenciando lo mucho que corrió para llegar allí.

- Dios mío, Jin... - se quejó en cuanto se sentó frente a él – Te juro que, si Jimin me manda a dormir al sofá y me corta los servicios, yo te corto los huevos – Seokjin sonrió, tomándolo como una broma, aunque el más alto no parecía divertido en absoluto.

- También me da gusto verte – bromeó de vuelta, recibiendo un resoplido malhumorado - ¿Viste la página? – fue directo al grano.

- Sí... y ahora entiendo porqué todo mundo te odia – comentó, mirándolo mal – Hasta yo te odio un poco ahora.

- Nam – la voz de Seokjin fue clara y determinante, mientras le miraba a los ojos – Eres el único amigo que tengo... Necesito de tu ayuda, así que no puedes dejarme solo en esto – la súplica implícita en sus palabras, ablandó el corazón del moreno, al instante – Además, sé que eres consciente que la persona que aparece en esas fotos y yo, no somos la misma... No, en un sentido figurado – aclaró, sintiéndose torpe.

- Ya lo sé, era sólo un comentario – le restó importancia. Un mesero se acercó, tomando la orden de ambos, marchándose luego – Estuve pensando en que, las mayores pistas están en esas fotos – añadió, mientras Jin sacaba su portátil y lo acomodaba en la mesa.

- ¿Tú crees? – dudó el mayor.

- Claro que sí – aseguró – Sólo las vi por encima, pero si analizamos los detalles, tal vez la persona que buscamos, esté en alguna parte... y si la ves, tus recuerdos puedan regresar – Namjoon hablaba con pasión, sintiéndose parte de una película policíaca.

- Deberíamos revisarlas, entonces – propuso Jin, cliqueando en la primera, intentando no reparar en la grotesca imagen de sí mismo.

- Son muchísimas fotografías, tardaremos una eternidad – se quejó Namjoon, frunciéndole el ceño a la pantalla, buscando con esmero alguna cosa que les sirviera.

¨Forgetting¨ [JinTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora