II

1.4K 233 79
                                    

🥃

La mañana siguiente al peor día de su vida, no fue mucho mejor que la anterior. Su cabeza aún dolía como los mil infiernos y sus recuerdos no parecían querer regresar. Al menos la fuerte resaca había desaparecido; sin embargo, sus ojos hinchados de todos modos se resintieron con la luz proveniente de la ventana. Caminó con pies de plomo al baño y se contuvo de largarse a llorar con la demacrada imagen que le devolvía el espejo. Se veía terrible, con los párpados enrojecidos y abultados por dormirse entre sollozos, además de unas violáceas ojeras adornando su pálido rostro, le hacía ver como un vampiro para una película de bajo presupuesto. Su cabello negro estaba opaco y convertido en un nido de aves, y todo en él gritaba "depresión". Sin muchos ánimos, lavó su rostro, deseando que el agua fría se llevara su malestar con ella. Acomodó un poco su pelo y cepilló sus dientes.

Estaba empeñado en buscarle la solución a su gran dilema emocional, porque era consciente de que, si no lo hacía, terminaría muy mal. La tarde y noche anterior, sólo eran una muestra de lo hondo que podía caer en la depresión sin Taehyung a su lado. Le amaba a tal punto que sólo respiraba y existía por él. Le necesitaba demasiado, ahora más que nunca.

Intentando espantar los pesimistas pensamientos que rondaban su cabeza, tomó su móvil y algo de dinero, saliendo de casa, dirigiéndose al único lugar donde podría encontrar consuelo y apoyo. Además, si era suertudo, un par de respuestas también.

El complejo de departamentos donde residían sus amigos, era bastante lujoso, con más de veinte pisos y un aspecto imponente. Jin soltó un suspiro, cruzando los dedos dentro de los bolsillos de la sudadera que llevaba puesta, rogando porque Kim Namjoon fuera su salvavidas. Él había sido su amigo desde el primer día de universidad, y después de cuatro años de amistad, lo sentía como un hermano, al igual que al hermoso chico que se había robado su corazón dos años atrás, y actual pareja con la que compartía su departamento, Park Jimin. Ellos eran su ejemplo a seguir, de cómo una relación debía funcionar. Eran tan perfectos juntos que actuaban como si ya se hubiesen casado.

Presionó el timbre con nerviosismo, no porque no supiera la clave de acceso, sino porque algo dentro de su pecho le advirtió que no era prudente, en caso de que Taehyung hubiera decidido pasarse por ahí. El ajetreo del interior se colaba claramente hasta los oídos de Seokjin, quien esperó pacientemente a que la puerta se abriera.

- ¿Es Jin? – la voz ligeramente más aguda de Jimin fue percibida por el pelinegro, oyéndose enfadado - ¡Ese patán! ¿Cómo se atreve? – el aludido se encogió en su lugar. Debió suponer que ya estarían enterados de lo que él desconocía por completo – Más te vale dejarle en claro que estamos del lado de Taehyungie... ¡No me importa que sea tu mejor amigo, Nam! ¡Sólo díselo, o tendré que hacerlo yo! ¡Y no quieres eso! – terminó Park, subiendo el tono cada vez. Namjoon respondió algo en un murmullo bajo que Seokjin no logró comprender, justo antes de que la puerta se abriera con brusquedad y su amigo saliera, mirándolo con expresión molesta.

- ¿Qué demonios estás haciendo aquí? – soltó con voz potente, para luego cerrar la puerta tras de sí - ¿Quieres que Jimin me mate? – susurró luego, apartándolo de la entrada, para tener algo de privacidad.

- Nam... yo... necesito tu ayuda, no sé qué está pasando – balbuceó Jin, al borde del llanto – Taehyung me dejó... Y yo... sólo quiero saber por qué...

- ¿En serio me estás preguntando eso a mí? – Namjoon parecía indignado ahora - ¿Después de todo lo que hiciste en la fiesta? – alzó una ceja, viendo al pelinegro desconcertado.

Cubriéndose el rostro con frustración, Seokjin rompió en sollozos, porque ya no podía soportar esa situación tan desesperante. Kim Namjoon sólo le había visto llorar una vez desde que le conocía, y fue porque sin querer lo golpeó en la entrepierna con su rodilla, mientras jugaban basquetball; por lo que se conmovió y palmeó su espalda en consuelo.

- N-no ten-go... id-dea de q-qué pa-só... - lloriqueó, pasando los puños de su sudadera por su cara, para secar las lágrimas, intentando hablar – Todos dicen que... hice algo horrible... - sorbió su nariz sonoramente, volviendo a restregar sus ojos, quitando los restos de humedad – Pero yo... no puedo recordarlo... - la incredulidad en Namjoon fue reemplazada por confusión y empatía.

- No debiste beber tanto – comentó el más alto, pasando una mano por su cabello violeta. Jin alzó la mirada hacia su amigo, para que éste pudiera ver la sinceridad en sus ojos antes de hablar.

- Sólo bebí una cerveza... - recordó – Yo... me acerqué a la barra y Taehyung pidió dos cervezas, pero yo sólo bebí la mía... es todo lo que recuerdo... Después de eso, todo está en negro... - Seokjin aspiró grandes cantidades de aire, para calmar su llanto – Por eso, no entiendo que le ocurre a Tae, ni porqué me dijo que me odiaba... O porqué me dejo sin decirme nada – una nueva ola de lágrimas amenazó con derramarse, y el pelinegro hizo su mejor esfuerzo por retenerlas.

- Hyung... - Nam apoyó una mano sobre el hombro del mayor – Las cosas están realmente mal con Tae – comentó con pesar – Llegó aquí en la madrugada y Jimin estuvo hablando con él toda la noche... Él estaba destrozado de verdad, y no dejó de llorar hasta la mañana – Jin boqueaba, controlando las enormes ganas que tenía de romperse – Jimin le aconsejó que mejor se diera un tiempo para pensar las cosas, y creo que por eso Taehyung se fue del departamento...

- Entonces... ¿Sí sabes lo que pasó? – preguntó acongojado el pelinegro.

- No, en realidad... - Nam se rascó la nuca, apenado – Fue Jimin quien estuvo con él, yo estaba durmiendo y... después de que se fue, sólo me comentó que era algo horrible... que no entendía cómo habías sido capaz de hacerlo y que merecías la muerte por romperle el corazón a alguien como Tae – recitó, sintiéndose mal por su amigo,

- Nam... - soltó Jin en un sollozo - ¿Qué voy a hacer?

La garganta del pelinegro se cerró dolorosamente con el nudo que le ahogaba, forzándolo a respirar irregularmente, mientras las lágrimas calientes le bañaban el rostro. Él sinceramente deseaba morir.

- Hyung... hyung... - Nam lo sostuvo para evitar que cayera al suelo, en medio de su desasosiego – No debes darte por vencido... Seguramente ahora esté en casa de Jungkook... - intentó animarle – Él es el único con un cuarto extra, y es su mejor amigo... No es como si se fuera a otro país... Sólo, busquémosle una solución a todo esto, ¿sí? – propuso, envolviendo en un abrazo al mayor – No te rindas... Tae es esa clase de persona capaz de perdonar lo que sea...

- Nam yo... yo te juro, de verdad... por lo más sagrado que... yo no miento cuando digo que no recuerdo nada... - se apartó para mirarle, llameando sinceridad – Y es... es muy extraño, ahora que lo pienso, porque... tú sabes que soy un buen bebedor – los ojos de Nam se removieron, analizando lo que el pelinegro decía – Siempre que hacemos competencias, soy el que gana... el que no se emborracha con nada... No tiene sentido que haya perdido la consciencia con sólo beber una cerveza... no para mí.

- Eso es cierto – Namjoon asintió, recordando las veces que proponían beber y el primero en desmayarse debía pagar la cuenta, y Seokjin jamás era vencido, incluso algunas veces era quien conducía de regreso, casi como si fuese inmune al alcohol – Tsk... – chasqueó la lengua, confundiéndose - ¿Sabes qué pienso? Creo que esto es más complicado de lo que parece... y que necesitamos averiguar más.

- ¿Vas... a ayudarme? – dudó Jin, sintiendo un atisbo de esperanza entre su tormentosa existencia.

- Por supuesto que te ayudaré, eres mi amigo – afirmó, palmeándole la espalda.

- Gracias, Namjoon... en serio, lo aprecio – agradeció el pelinegro, terminando por secar su cara mojada de llanto.

🌸🌸🌸

.
.
.
.
.

Vamos a pasitos de caracol, pero pronto van a saber qué fue lo que pasó.

Gracias, por cierto, por el gran apoyo que tuvo el primer capítulo...

Nos leemos.

𓅪

¨Forgetting¨ [JinTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora