VI

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Los recuerdos continuaron atormentando a Taehyung el resto del día, impidiéndole concentrarse en sus clases, a pesar de que él intentaba alejarlos, estaban grabados a fuego en su corazón roto.

La imagen de Jimin, consolándolo de madrugada, vino a él, consiguiendo que volviera a sumirse en sí mismo, dejando de lado su aburrida clase de algebra.

Jimin le había abrazado como un hermano mayor, sin emitir el más mínimo sonido, a pesar de que su curiosidad llameara por saber qué le había llevado a decir algo como eso, con tanta seguridad. Park Jimin le conocía prácticamente desde su día uno en Seúl y también había estado presente en todo el proceso de conquista y enamoramiento de él y Seokjin. Era parte de esa relación y, sus sabios consejos, lo habían llevado a terminar ennoviado con el chico de cabello azabache y actitud tranquila. Jimin, además, se tomó el tiempo de conocer en profundidad a Jin, antes de que él le pidiera a Tae que se mudaran juntos, porque él necesitaba asegurarse que no perdería a su compañero de piso, sólo por alguien que no valiera la pena y que a las semanas regresaría con un corazón destrozado. Le dolía que después de más de tres años, eso fuera exactamente lo que estaba pasando y no entendía por qué. Necesitaba una explicación, más no la pidió.

Esperó con templanza a que el llanto bajara su intensidad y se puso de pie, prometiéndole al rubio que regresaría pronto. Así lo hizo, poniendo una caliente taza de té, que le calentaría el entumecido cuerpo al chico y le calmaría los nervios. Taehyung bebió en pequeños sorbos, intentando regular su respiración y controlar sus emociones. Se sentía destrozado, era cierto, pero también le debía a su amigo una explicación de qué ocurría.

- Gracias por consolarme, Jiminnie – murmuró con un hilo de voz – Y, lamento llegar así, en mitad de la noche... Pero, necesitaba ayuda.

- Hiciste bien, no necesitas disculparte – le restó importancia el aludido – Cuando prometí que podías contar conmigo para lo que sea y a la hora que sea, hablaba en serio – los ojos azules de Taehyung brillaron, con lágrimas formándose nuevamente. El chico las quitó con su puño.

- Eres un amigo grandioso – afirmó, y su voz se quebró ligeramente.

- Entonces... - Jimin pasó una mano desde el hombro, hasta el brazo del otro, acariciándolo y consolándolo - ¿Qué fue lo que pasó?

- No lo sé... - dijo, y su mirada se centró en un punto muerto, como si su espíritu hubiera abandonado su cuerpo, y sólo funcionara en modo automático – Aún no entiendo nada de lo que pasó... sólo sé que duele mucho – puso una mano en su pecho, arrugando la camiseta en el lugar donde estaba su corazón.

- Tal vez duela menos, si sacas todo lo que tienes dentro – le aconsejó.

- Seokjin... - Tae carraspeó al notar lo difícil que era mencionar su nombre ahora – Él... se comportó como un imbécil conmigo, Minnie... creo que jamás me habían humillado tanto en mi vida – comentó.

- Jin puede ser torpe a veces, y hacer bromas pesadas, pero...

- No fue nada de eso – lo interrumpió – Él no me hizo sentir mal porque molestara a mis amigos, yo... agradecería si sólo hubiera sido eso, pero... él estaba fuera de sí, no lo reconocí... no era él – Jimin frunció el ceño en confusión – Se emborrachó con un completo extraño, mientras yo estaba en el baño con Kookie... - narró – Y cuando quise decirle que nos fuéramos a casa, él salió a la pista a bailar con ese tipo... - la vista se le nubló una vez más y un par de lágrimas cayeron lentamente por sus enrojecidas mejillas. Kim no se molestó en quitarlas – Bailó con medio mundo... se les encimó – su rostro se comprimió en una mueca de asco y dolor – Se restregó contra ellos, Minnie... fue horrible de ver... pero, a él ni siquiera le importó una mierda que yo estuviera allí, mirándolo como coqueteaba y se les insinuaba a los chicos...

¨Forgetting¨ [JinTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora