Sasha Lane:
De un día para el otro mi vida cambió... Gracias a dicho chico que me hizo chocar contra los casilleros hasta el punto de casi perder la conciencia.
¿Lo conocía? No
¿Era guapo? Sí
¿Me dolía todo? Sí, ¡y mucho...!
¿Su razón ? ...
Creo qu...
Di varias vueltas en la cama media dormida, hasta que por fin abrí los ojos para ver que por la ventana estaba todo oscuro. Mi mamá de seguro había llegado, pronto lo iba a confirmar.
Me levanté de la cama, fui al baño para enjuagarme la boca y así poder bajar al primer piso a ver si mi madre había llegado. Fui directo a la cocina, donde la encontré preparando su típico té.
Desde que tengo memoria mi madre siempre me preparaba té, no hay un día que no lo he bebido, me ayuda mucho a estar relajada, concentrada y de cierta forma me ayuda con la extraña enfermedad de las hormonas descontroladas. Se que eso no es extraño, pero lo que pasa es que eso solo dura par de meses y yo tengo muchos años. Están revisando mi caso porque no es normal y es totalmente nuevo. Ya estoy un poquito acostumbrada.
- ¿Le falta mucho? - mi mama dio un pequeño salto, creo que no se había dado cuenta de mi presencia.
-Si sigues haciendo eso te quedaras sin madre- una pequeña risa salió de mi- y no, ya casi está listo.
-Genial!
-¿Cómo sigues de la cabeza?
-Ya no me duele tanto, quizás si me pongo la mano.
-Que bien.
Después de un rato, Julie (mi mamá) me dio el té, la cena y las buenas noches. Me di un baño, me limpie la herida que tenía en la cabeza, me puse mi pijama y me tire a la cama, donde inconscientemente a mi mente llego aquel chico de ojos verdes que conocí hoy.
Las preguntas seguían volando por mi mente, y de tanto pensar quede nuevamente dormida.
[...]
Me levante antes de que suene la alarma, se supone que podía faltar hoy, pero ya estaba levantada y casi casi lista, tenia mucho que no me peinaba, pero para que no se me notara la herida decidí intentar hacerme una cola rizada.
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Me puse un jean, tenis, una blusa rosa pastel y por encima un abrigo negro.
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