Sasha Lane:
De un día para el otro mi vida cambió... Gracias a dicho chico que me hizo chocar contra los casilleros hasta el punto de casi perder la conciencia.
¿Lo conocía? No
¿Era guapo? Sí
¿Me dolía todo? Sí, ¡y mucho...!
¿Su razón ? ...
Creo qu...
No era de las personas que ofendían a otra gente, si me ofendían a mí a veces me quedaba callada, pero Ely Cumber tenia un don para hacer que yo explotara en cuestión de segundos.
-Vuélvelo a repetirlo, mosquita muerta-iba a volver a decirlo cuando Moisés me agarro de los pies y me subió como un saco de papas
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-Moisés bájame- estaba pataleando para que me bajara- Moisés!!!!- este me ignoraba-Por amor a Dios bájame!
Comenzamos a salir del comedor todavía en la misma posición, vi a Leslie y esta solo me dijo adiós, vaya amiga.
-Sabes que fue lo mejor-no conteste- Ely es hija de la coordinadora de la escuela, conseguiría beneficios, posiblemente a ti te votarían- tenía razón- Pelear/discutir con ella no vale la pena.
- ¿y ya me puedes bajar? -sentía como se me bajaba la sangre por estar en esta posición.
-ya si- me bajo de un pronto y siento como todo me dio vuelta por un momento.
Estábamos en el gimnasio de la escuela.
-No debiste sacarme de esa forma.
-yo también opino lo mismo- un puño fue dirigido a la cara de Moisés.
Un pequeño grito salió de mí.
-escuchaste muy bien que ella te dijo que la bajaras. - era ese chico Matías él que acababa de golpear a Moisés.
-¿Y a ti que te pasa?- Moisés tenía el labio roto- ¿Quién demonios eres?
-Que no te importe quien soy, la señorita le dijo muy bien que la bajara.
-¿y tu quien eres para venirme a golpear?, porque fue a ella que me lleve y no está diciéndome, ni golpeándome como vos, o es que ¿acaso quieres que te lleve a dar una vuelta en mi hombro también.?
Vi como los dos chicos estaban super cerca, así que me puse en medio de los dos.
-Paren esta discusión-los dos me miraban- Moisés no tenias el derecho de sacarme de esa forma, aunque fuera por mi bien-vi su labio sangrar- y Matías usted no tiene derecho de venir a golpear a las personas.
Mire para abajo, un gruñido sonó por todo el gimnasio, levante la cabeza rápido y mire a Matías, por alguna razón sentía que él fue el dueño de ese feroz gruñido.
