CAPITULO 24 (Léase también como relato erótico independiente)

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Lo primero que hice fue ir por un par de latas de cerveza a la tienda de licores de la esquina. Luego comencé a caminar pausadamente y sin rumbo fijo. Mientras tanto iba bebiendo y mirando el paisaje de aquel barrio que era hermoso en otoño o en invierno. Era mí terapia personal para encontrar paz y cada vez que cumplía con aquella rutina las cosas parecían mejorar en mí vida.
Sonó mí teléfono y miré la pantalla. Decía Roniv. El hijo de puta de Javo me había entregado el teléfono con los contactos sincronizados. Me propuse hablar sin cuidado, puesto que a esas alturas hubiese sido bastante ingenuo de mí parte el no sospechar que el aparato estaba intervenido o algo parecido. De todos modos ya estaba jodido y nada de lo que hiciese iba a lograr revertir la situación.
Adiós terapia de paz.
-¿Sí?-Contesté.
-Alo. ¿Hablo con Mak, alias el winner cierto?
-No-Respondí-¿Que necesitas, Roniv?
-Mi nombre es Terla, no Roniv-Dijo-Y lo estoy llamando desde el centro médico de su barrio. Hay una hora agendada por usted para media hora más y este llamado es para confirmar la asistencia.
-Ya-Respondí, sarcásticamente-¿Y de que se trata la supuesta hora a médico?
-Se trata de un exámen para detectar a tiempo una grave enfermedad de transmisión sexual. Y para estás circunstancias, se trata de un trámite de alto riesgo ¿En serio usted no lo pidió? Son exámenes que uno debe hacerse cuando se mantienen periódicamente relaciones sexuales con putas.
-Espereme un segundo-Dije-¿Me deja consultarlo con mí lata de cerveza?
-Consultelo con quién usted quiera, señor Mak. Solo le diré que el servicio que usted contrató es muy difícil de conseguir en estos tiempos de pandemia. Por lo tanto no le conviene ausentarse si no quiere perder la hora.
Encendí un cigarro. Estaba seguro que la voz era de Roniv, pese a que las diferencias en el tono y color tenían leves diferencias que tal vez podían ser fingidas.
-¿Y dónde tengo que ir?-Pregunté.
-Esto queda al otro extremo de su barrio, hacía el norte. Por mensaje de texto le hemos enviado las coordenadas. El doctor Caks necesita hablar con usted.
¿Así es que ahora Caks es doctor? Me pregunté.
-Winner-Dijo-Aparte de lo ocurrido con Sus. ¿Has tenido relaciones sexuales durante las últimas cuarenta y ocho horas?
-Si-Respondí.
-Javo lo suponía-Dijo-Vas a tener que venir a tomarte un exámen. Supongo que estás al tanto de que el hijo de puta violador de Tamur estaba gravemente enfermo y pudo haber contagiado a la prostituta que vive contigo.
Tomé aire y lo expulsé, apreciativamente.
-No quiero que hables así de Mika, Caks. Me importa una mierda si muero o no, pero no quiero oírte hablar así de ella. ¿Estamos?
-Así es que defendiéndola, winner. ¿Acaso no sabías que por culpa de ella te está costando eyacular? Puede haberte pegado algo en todo este tiempo y tal vez no lo sepas y esos problemas a la próstata son los primeros síntomas. Yo ahora te estoy hablando en mí calidad de doctor y necesito que vengas.
-Está bien-Respondí.

No tardé en llegar rápidamente al lugar que me apuntaban en el mensaje de texto. Más que centro médico parecía una casa particular. Toqué largo rato el timbre y cuando pensé que todo aquello se trataba de una tomadura de pelo una voz de mujer me respondió por el citofono.
-¿Usted es Mak, verdad?
-Sí-Respondí.
-Adelante.
Atravesé un frondoso jardín, repleto de árboles. También había una pileta con pececitos nadando. Al final de un camino que parecía interminable logré llegar a una especie de recepción.
-Tome asiento, señor Mak-Dijo.
La chica a la cuál reconocí por su voz en el teléfono desapareció. Tenía el pelo corto de un indefinido tono rubio y cejas prominentes. Regresó casi de inmediato.
-El doctor Caks ha tenido una emergencia-Dijo-Tal vez tenga que esperarlo un rato. Acompañeme, por favor.
Terla me llevó hasta una sala. Había un sillón, un televisor con videojuegos, una máquina dispensadora de bebidas y un piano y una guitarra eléctrica con el amplificador encendido.
-Puede esperar acá al Doctor Caks-Dijo-Si necesita alguna cosa, lo que sea, simplemente me llama.
Me dí vuelta a mirar a la chica y tenía unas piernas preciosas. Si bien no eran ni largas ni con personalidad eran de esas que causaban ternura
Tal vez es Roniv, pensé. Y tras pensar que podía ser ella me puse al teclado e intenté tocar lo mejor posible. De pronto me sentí ridículo por hacer lo que hacía y me detuve. Luego comienzo a escuchar un par de aplausos y más me arrepentí de hacer todo aquello. En eso aparece un tipo más o menos gordo. Tenía una barba completamente poblada y aún pertenecía a la categoría de adulto joven. Me extiende una mano y saludé, pese a que soy de los que evita tocar a la gente de manera innecesaria.
-Hola Winner-Dijo- ¡Yo soy Caks! Solo me viste encapuchado esa vez, igual que a Roniv ¿Te imaginaste alguna vez verme con esta pinta? ¿Te imaginaste alguna vez en tu pobre y triste vida que yo era un exitoso doctor?
Solo tenía una bata blanca. El resto eran ropas normales.
-Salgamos de aquí-Dijo-Debo llevarte a la consulta.
Entramos a una habitación. Había una especie de biombo con una camilla por un lado. Por el otro había otra camilla y un tipo de mueble al lado de esta, en el cual habían diversos objetos. Aquello era una consulta médica de verdad y sentí que era momento de ponerse serio.
-¿Cuanto tarda el examen?-Pregunté.
-Quince o veinte minutos después de que logra tomarse la muestra-Dijo Caks-El problema es obtener la muestra. En fin, querido amigo. Necesito que te recuestes en esta camilla. Sácate toda la ropa, por favor. Luego de eso te tapas con esta manta. Yo voy y vuelvo, para que lo hagas tranquilo.
Una vez que obedecí busqué mí teléfono. Comencé a taparme en el momento justo que regresó Caks, quien no llegaba solo.
-Ella es mí asistente, winner-Dijo-Ella te va a colocar unas pulseras eléctricas. Esto no dolerá y no te va a pasar nada.
Mientras la asistente trabajaba, simplemente no podía dejar de mirarla ¡Era hermosa! Tenía la piel muy blanca y su hermoso pelo adornado con ese tipo de chasquillas que me encantaban era de color rojo. Sus ojos eran grandes y su nariz recta. La boca era pequeña, aunque sus labios no eran precisamente delgados. Lamentablemente el estado de inmovilidad en el cual estaba solo me permitía verle el rostro. Además su sonrisa era de lo mejor y pese a que no hablaba nada, se le notaba extremadamente amable.
-Bien, winner-Dijo Caks-Ahora vas a intentar sentarte, mientras mí asistenta va a regular el estado de la camilla.
Una vez que me acomodó la pude mirar mejor, mientras conectaba unos cables a una especie de monitor y al mismo tiempo que encendía una pantalla. Simplemente no podía con tanta exquisitez. No era ni tan alta ni tan delgada ni tan voluptuosa, pero a cambio de eso todo estaba bien puesto, senos firmes, exquisita cintura y un trasero que pese a no ser prominente, estaba lo suficientemente erecto como para no necesitar nada más en la vida respecto a aquellas materias. Además de que tenía el rostro de novia ideal, así como ideal para presentarsela a los padres.
-Pobre winner-Dijo Caks-Todos los tipos que ven a mí asistenta se enamoran de ella. ¡Es increíble!
La pantalla comenzó a mostrar unas luces en movimiento. Todo indicaba que era una recreación de mis latidos del corazón. Caks apoyó su espalda en la otra camilla y cruzó los brazos. La asistenta, con pantalón y delantal de enfermera, se le puso al lado.
-Eres una zorrita linda bastante eficiente-Le dijo, acariciándole el cabello- A veces pienso que te mereces mucho más de lo que te doy.
Acto seguido la tomó de la cintura y ella lo besó en la boca. Siguieron así y comenzaron a tocarse, mientras me preguntaba si todo aquel espectáculo que daban lo era a propósito o no. La fuerza en los brazos de Caks hicieron que se resaltaran aún más aquellas curvas de una asistenta que comenzaba lentamente a desabrochar la cotona del supuesto doctor.
-Atento al monitor, winner-Dijo Caks, mientras se sacaba el cinturón en el momento justo que su asistenta lamía su ombligo-Si ves algo raro me avisas.
Me concentré en la asistenta, quien bajó los pantalones de Caks de un solo tirón, dejando al descubierto una verga erecta que si bien no era monstruosa, era de aquellas de gran tamaño. No tardó en comenzar a pasar la lengua por el glande, mientras el doctor le acariciaba las mejillas con ambas manos.
De pronto noté mí erección. Comenzé a contorsionarme lentamente, mientras la asistenta le regalaba una mamada muy elegante al supuesto doctor, quien tenía un rostro muy sereno, así como que si simplemente estuviese supervisando la labor de una chica que le estaba entregando un servicio previamente contratado. Pese a lo exitado que estaba con toda aquella escena, la actitud de Caks me pareció bastante patriarcal.
-Sigue en lo tuyo, zorrita linda-Le dijo.
La asistenta continúo chupandosela con algo más de velocidad. Era bastante torpe en aquello y se notaba que lo hacía por compromiso, pero cuando decidía tomarse unos pequeños descansos para masturbarlo y al mismo tiempo pasar la lengua por un glande que estaba cada vez más hinchado su actitud y compromiso cambiaba bastante. Cómo que se concentraba demasiado en el placer del Caks, quien tras un brusco ademán retiró la verga de su boca. Ella se puso de pié y comenzaron a besarse nuevamente.
-Winner. ¿Cómo va el monitor?
-Bien-Respondí.
La asistenta comenzó a rozar su culo con la erección del supuesto doctor, quien la sostenía de la cintura para frotarse mejor. Cada vez iban mejor aquellos movimientos y yo no podía parar de moverme. Necesitaba urgentemente masturbarme o algo parecido y aquella sensación se incrementó bastante cuando Caks decidió bajarle el pantalón. La asistenta llevaba unas bragas negras que hacían resaltar todos aquellos atributos; unas piernas que hallaba cada vez más maravillosas y un culo que simplemente era perfecto.
Caks comenzó a penetrarla con los dedos, mientras la asistenta lograba alcanzar una silla, con el fin de acomodar sus manos y dejarse poseer por una verga que entraba y salía a un ritmo bastante normal y que comenzó a actuar sin mayores preámbulos. La asistenta comenzó a gemir y eso me excitaba aún más, puesto que todo aquello lo hallaba muy real. La verdad es que me estaba desesperando bastante ahí, viendo eso, oyendo unos agudos gemidos y estando ahí sin poder moverme. Cerrar los ojos me era peor, puesto que involuntariamente lograba que aquello se concentra en mí erección, cuya independencia y fuidez era algo completamente ajena a toda clase de cuestionamientos y reflexiones de índole moral. Caks seguía metiéndosela de una forma más o menos rutinaria, mientras la asistenta era como experta en manejar la actitud de su culo que pese a no hacer ningún movimiento, permanecía firme en aquella actividad que consistía en mantenerse erguido para simplemente proporcionar placer, ya sea a quien la estaba mirando o a quien se la estaba metiendo.
-El monitor, winner-Dijo Caks, mirando la hora en su reloj de pulsera.
-Está todo bien-Respondí.
En ese momento la asistenta se incorporó. Beso en la boca a Caks, quien comenzó a abrir el delantal de ella, quien sin mucho esfuerzo completó el trabajo para dejar ver unos senos formidables. Era imposible creer que detrás de aquél trozo de tela se anduvieran escondiendo aquel par de redondeces que simplemente eran majestuosas, superiores a toda clase de fantasía. Recién en ese momento pude disfrutar otra cualidad más de la exquisita asistenta, quien adornaba gran parte de su cuerpo con unos originales y refinados diseños de tatuajes.
Ella volvió a echarse la verga de Caks a su boca, esta vez sentada en la silla. Intentaba hacer que entrara a sus senos, pero al parecer el supuesto doctor había perdido el control y comenzaba a enterrarsela en la boca con mucha fuerza. La asistenta se pasaba los dedos por el clítoris, y una vez que logró liberar su boca de aquella grotesca invasión me miró por primera vez. Me dio lástima aquella mirada llena de sumisión, sobretodo al estar consciente que yo no era precisamente el destinatario de aquellos grandes ojos claros.
-Un minuto más-Le dijo Caks.
La asistenta se acomodó en el piso y se puso a cuatro patas. El doctor no tardó en arrodillarse y volver a penetrarla, esta vez con mucha más fuerza. Era un deleite mirar sus senos rebotar por los aires, pero para Caks era mejor tenerlos firmemente en sus manos. Ella volvió a gemir, cuyo volumen era directamente proporcional a la velocidad y brutalidad de Caks, quien se detuvo de un momento a otro y sin previo aviso.
-Bien-Dijo Caks, subiéndose los pantalones-Muchas gracias, zorrita linda.
Tras darle a Caks un beso en la boca, la asistenta tomó su delantal y se lo puso rapidamentente. Los pantalones los dejó por ahí, tirados. Las bragas no se las había sacado en ningún momento y ambos se acercaron a mí. Mientras el doctor tomaba nota de los índices que arrojaba el monitor, la asistenta iba sacándome las cosas que me mantenían amarrado.
-¿La tienes dura aún, winner?-Me preguntó Caks.
-¿Por qué?-Pregunté-¿Acaso eso es relevante?
-Por supuesto que sí-Me respondió-Tienes que avisarme en cuanto vuelva a su estado de reposo. ¿Comprendes ahora?
-Vale-Respondí.
Me daba la impresión que la asistenta se reía de mí en ese momento, acercándose demasiado, cada vez más y más. No se había preocupado de abrocharse bien el delantal y en un momento llegué a estar demasiado cerca de sus senos, a tal punto que roce uno de ellos con la punta de mí nariz.
-¿Y winner?-Preguntó Caks-¿Cómo vamos?
-Necesito ir al baño-Respondí.
-No puedes masturbarte por ningún motivo, querido amigo. En ese caso tienes que vestirte e ir a la sala de espera. Puedes tocar piano o hacer cualquier cosa. En cuanto logres aliviarte tienes que avisarme inmediatamente.

Estuve alrededor de una hora tocando piano en la sala de espera. No hubo ningún aplauso y el cielo ya se estaba oscureciendo. En eso apareció Caks, de la nada.
-¿Aún no puedes, winner?
Miré a mí alrededor y tras comprobar que no había nadie por ahí decidí desafiarlo. Ya estaba harto de bromas pesadas como aquella.
-¿Que clase de estupidez es está?-Pregunté.
-Así se hace este exámen, winner. No vas a venir tu aquí a decirme cómo tengo que obtener mis muestras.
-¿Que clase de muestras?-Pregunté.
Tras bostezar, Caks hizo un gesto de poca paciencia.
-Acompáñame-Dijo-Ya no puedo esperar más.
Durante aquel camino a la sala de espera comprobé que la erección había desaparecido mágicamente. La asistenta ya se había ido y el supuesto doctor me pasó una jeringa.
-Ahora encierrate en el baño y trata de extraer la mayor cantidad de muestra de líquido pre seminal que puedas. Nada de semen, por favor. Para cuando lo hagas ya estaremos listos.
Pensando que me iba a costar más logré hacer lo que me pidió. Mientras esperábamos, Caks comenzó a darme conversación.
-¿Y? ¿Winner? ¿Quien folla mejor? ¿La puta de Mika o mí asistenta?
-Te dije que no volvieras a tratarla de puta.
-Pero si es puta pues, winner. ¿O acaso es vendedora de automóviles? Ahora sabes realmente a que es lo que se dedica. Por algo estás acá.
-¿Por algo estoy acá? No entiendo ninguna mierda.
En eso golpearon la puerta. Era Terla, quien traía dos vasos plásticos con café. Caks pareció dignarse a darme explicaciones mientras me alcanzaba uno.
-Mika se la mamó a Tamur, quien tenía una desconocida enfermedad sexual, que pese a no ser letal en primera instancia, es bastante contagiosa. La putita que vive contigo vino a hacerse el exámen está mañana y dió negativo. Aquello no es ningún indicador para que estés tranquilo, de todos modos.
-¿Que es lo que me puede pasar?-Pregunté.
-Pasa que Mika se metió muchas veces más con Tamur. Cuando éramos todos amigos ellos eran novios y cuando tú apareciste en su vida, ella rompió con él. Tamur cayó en depresión y alguien le metió la idea en la cabeza para que regresara a la industria porno, carrera que abandonó tras formalizar su relación con Mika. Nunca nadie supo cómo fue que el la convenció para grabar un par de escenas durante su noviazgo. Después se supo que el viejo quería tener un encuentro sexual con ella antes de morir y ella aceptó por el dinero. Lamentablemente el viejo Tamur ya estaba en bancarrota. Y bueno, no sé si supiste, pero está madrugada logré salvar a Penz. La putita de Mika va a tener que saber devolverle el dinero que le debe así es que te conviene alejarte de ahí.
-¿Y qué diablos tiene que ver eso con toda esta tarde que he perdido encerrado acá?-Pregunté, bastante maihumorado.
-Eso pues winner. Las mujeres no son portadoras de la enfermedad, simplemente la contagian. Eras tú quien corría realmente peligro.
-¿Por qué corría peligro?
-Porque ya no lo corres, afortunado winner. Diste negativo.
Caks se incorporó y parecía echarme de ahí. Sin embargo yo aún tenía muchas preguntas.
-¿De qué se trata esa enfermedad sexual?-Pregunté.
-Tu organismo comienza lentamente a dejar de funcionar. Tienes dos opciones, disminuir el dolor para vivir menos o pasarte la vida completa sufriendo malestares, que no solamente son sexuales. Sus estuvo a punto de morir porque vomitó las medicinas mientras te la mamaba a tí. Ella se llevó la peor parte porque alguna vez se tragó el semen de Tamur y jamás se hizo el exámen. Por suerte la puta que vive contigo dio negativo, así es que puedes llegar a cogertela con tranquilidad. Apenas salga la misión del viernes voy a presentarte una amiga, para que te alejes de esa puta. ¿Te di la receta o no?
-No-Respondí.
-Muy bien-Dijo Caks-Tienes que esperar cinco minutos más.
Mientras intentaba comprender las consecuencias de aquella enfermedad, Terla me extendía unos papeles.
-El doctor tiene un compromiso ahora-Dijo-Siente en el alma que no halla podido despedirse. Dice que lo de la cuenta lo arregla con Javi.
-Muchas gracias-Dije.
Salí de ahí realmente confundido. Decidí que lo mejor que podía hacer era irme a casa e intentar descansar.

A lo perro en cuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora