Miradas

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Daryl se despertó temprano con ganas de enfrentar el segundo día. Se vistió con unos vaqueros oscuros, una camiseta blanca y una chupa negra. A pesar de que era su segundo día, puede sentir los nervios florecer en su estómago. No es la primera vez que trabaja con adolescentes, pero aun así él sabe que hay aspectos de su nuevo trabajo que le resultan novedosos, pero está contento de enfrentarse a esta nueva época.

El primer día en la escuela tuvo muy buena sensación de la gran mayoría de compañeros y de los alumnos. Debía adaptarse, pero por el momento todo parecía ir bien. De todas formas, su intuición le decía que debía tener cuidado con algunas de sus compañeras. Apenas podía juzgarlas, pues no las conocía pero sus sensaciones respecto a ellas no eran muy buenas.

Sentado en un taburete de su vacío apartamento, revisó su móvil mientras se tomaba un café bien cargado.

Daryl suspiró al ver un mensaje de su antigua novia, Hannah. Ella le había sido infiel con Scott, uno de sus mejores amigos en Canadá y él había sufrido mucho por la deslealtad de esas personas a las que había tenido un gran aprecio. Daryl viró los ojos al cielo al ver su mensaje diciéndole que había cometido el mayor error de toda su vida. Borró el mensaje intentando olvidarse de esos hechos del pasado. Había pasado más de un año de estos y aún le lastimaban. Solo quería centrarse en su nueva vida y olvidar todo.

Volvió a centrar la mirada en el apartamento que se encontraba demasiado vacío. Sabía que debía decorarlo y darle un poco de color, pero por ahora piensa dejarlo como está. De mientras, Nala le observa con la cuerda entre sus dientes, queriendo jugar con él. Daryl niega con la cabeza, mientras mantiene un pulso con esa perrita adorable. Finalmente, se deja vencer y empieza a jugar con ella.

Tras sacarla a pasear para que haga sus necesidades, Daryl se monta en su coche y va a la escuela, mientras se maldice a si mismo por estar a punto de llegar tarde a su trabajo en su segundo día en él.

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Con un puñado de hojas fotocopiadas bajo su brazo, Daryl caminó entre los jóvenes que se dirigían al patio para su hora de descanso. El hombre esquivó un par de pelotas de rugby y regañó a unos adolescentes por quitarle el bocata a un tercero. Y entonces se dirigió a su aula.

La sala constaba de más de treinta computadoras y era dónde mayor tiempo pasaba durante su jornada laboral. En aquel momento, él tenía varias horas de descanso, que iba aprovechar para prepararse las siguientes clases.

Se dispuso a abrir la puerta cuando se percató, a través de la ventana pequeña que alguien se encontraba en el interior. Apenas podía ver nada de esa persona, puesto que estaba sentada mirando hacia la pared. Solo podía visualizar una larga cabellera rizada y pelirroja.

Daryl pestañeó confuso, aunque intuía que se trataba de la profesora de literatura: Carol. A excepción de otros profesores, con ella no había tenido ningún tipo de conversación. Aquella mañana se había cruzado con Rosita y Tara en la sala de profesores, quienes le habían hecho un interrogatorio sobre su vida profesional y personal, de las cuales algunas no quería responder: ¿Qué había estudiado? ¿Dónde había vivido? ¿Si tenía pareja? ¿Si tenía hijos?

Sin embargo, Carol parecía esquivar a cualquier persona que se acercara a ella.

Abrió la puerta, y se adentró en el aula. Carol seguía mirando la pantalla del ordenador, mientras apretaba repetidamente algunos botones del teclado, y parecía bastante ofuscada. Daryl frunció el ceño y a medida que se acercaba a ella descubrió que problema tenía. La pantalla del ordenador había cambiado de dirección y estaba del revés. En él podía ver una página de Word abierta y varios párrafos escritos.

-¿Qué te ha hecho para que te pelees con él? –Dijo el hombre con diversión.

Carol se sobresaltó y giró el rostro asustada, pero se tranquilizó al ver que se trataba de él. Por un instante, las miradas de ambos coincidieron, pero apenas pudo profundizar en sus hermosos ojos azules cuando ella volvió a centrar la mirada en la pantalla del ordenador.

Compañeros de trabajo (Caryl fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora