Compañeros de trabajo (Caryl fanfic)

Comida familiar

Hey—, dijo con suavidad admirando como los ojos cristalinos de Carol se iluminaron.

—Hola. —Sonrió ampliamente.

Ambos obviaron las miradas de sus compañeros que estaban en ese momento en la sala de profesores. Rick ni siquiera se molestó en disimular y desde la otra punta, Rosita llamó la atención a Tara y Maggie para que les observaran. Se había convertido en costumbre que cada acercamiento entre ellos, fuera el foco de atención de los demás. Daryl dio la espalda a sus compañeros y se apoyó contra la mesa sin dejar de mirarla.

—¿Liada? —Preguntó él señalando los exámenes de tercer curso.

—Un poco. — Suspiró cansada.

—¿Quieres ir al cine esta tarde? Para hacer algo diferente...

—Por supuesto—. Dijo antes de que Daryl acabara de hablar. La sonrisa de Carol, hizo que Daryl sintiera un cosquilleo en su interior—. ¿Quedamos a la salida del trabajo? ¿En el centro comercial?

—Perfecto. —Daryl posó su mano en el hombro dándole una suave caricia, antes de alejarse de la sala para desaparecer.

Carol no pudo ocultar la sonrisa en sus labios, aun cuando él se marchó. Dedicó una rápida mirada hacia la pila de exámenes que debía corregir. Estaba feliz, solo quería acabar el día para encontrarse con él y pasar una tarde a su lado. Estaba tan enamorada que ya no lo podía ni quería esconderlo.

Sin embargo, se sentía observada, al levantar la mirada, casi todos los profesores tenían sus miradas puestas en ella. Por un momento, sintió vergüenza e incluso incredulidad. No entendía por qué el simplemente hecho de hablar les podía molestar.

—¿Ya os podríais cortar un poco? —La voz de Rosita resonó por la sala de profesores.

—¿Qué? — Preguntó Carol totalmente confundida.

—¡Que os cortéis, joder!

—¿Pero qué os importa? —Masculló Carol, mientras empezaba a recoger todas sus pertenencias. —¿Sabéis que? ¡Sois unos envidiosos! Es cierto, tenemos una relación, ¿y qué? ¿Qué os importa lo que hagamos en nuestra vida privada? ¿Acaso me meto en la vuestra? —Hubo un silencio atroz, mientras Carol dirigió la mirada a Rick de manera consciente y él bajó la mirada avergonzado y después se dirigió a las tres mujeres—. Dejadnos en paz de una maldita vez.

Tras esto, Carol desapareció de la sala para ir directa al baño. Estaba vacío, dejó la mochila en el suelo y se apoyó contra la pica mientras dejaba caer la cabeza hacia delante. ¿Qué le había pasado? Ella no era así. No solía contestar de esa manera. Pero una parte de ella estaba tan cansada de ser juzgada por esas personas, ella sabía que no había hecho nada malo.

Escuchó la puerta abrirse y levantó la mirada para ver quien entraba en el baño. Y una inusitada rabia apareció en ella.

—¿Qué? —preguntó Carol mirando a Tara.

—Quiero hablar contigo.

Con el ceño fruncido, Carol se giró para enfrentarla.

—Quiero disculparme. Yo hice la foto. Os vi en el aparcamiento.

—Ah, y te pareció gracioso enviarla a todo el mundo.

—No, solo la envié a Rosita y Maggie, y fue Rosita quien la envió a dirección y a todos los demás.

—Lo debí imaginar. —Suspiró con rabia.

—Nunca quise qué sucediera esto. No me parece bien que vuestros trabajos estén en peligro. No estoy de acuerdo con lo que Rosita hizo.