No más secretos

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Daryl sintió que su mundo se venía abajo en una fracción de segundo, su secreto mejor guardado acababa de salir a la luz. La vergüenza y la culpa se apoderaron de él mientras la mujer de su vida estaba enfrente de él, mirándole y exigiéndole una explicación. ¿Qué podía hacer? ¿Negarlo? Se maldijo a si mismo por haberle pedido a ella que hubiera respondido a esa llamada. Solo quería volver unos minutos atrás y cambiar sus palabras.

— ¿Daryl? —Volvió a preguntar ella confundida.

Abatido, Daryl se sentó junto a Carol, mientras agarraba fuerzas para enfrentar la situación.

—Hannah es mi exnovia. Le pillé en la cama con Scott uno de mis mejores amigos en Canadá. —Empezó a narrar Daryl, mientras sentía que no le salía la voz.

Era la primera vez que iba a hablar de su problema en voz alta, a excepción de Jim, su otro amigo, quien le había ayudado a salir de esa situación. Daryl hizo una pausa en su relato mientras su mirada vagó por toda la casa. Nala aprovechó para acercarse y él le acarició con suavidad, intentando relajarse.

Carol escuchaba la historia; le hubiera gustado que se hubiera enterado por él y no por boca de esa tal Hannah.

—Nuestra relación era complicada y yo, estaba demasiado enganchado emocionalmente de ella. La traición tanto de Hannah como la de Scott fue duro para mí. —Volvió a suspirar de nuevo, antes de seguir hablando—. Mis amigos y yo solíamos ir a casinos para pasar el rato y entretenernos, pero tras lo que sucedió, yo encontré en las apuestas una forma de evadirme.

—Hasta ese momento, había ahorrado mucho, porque ganaba muchísimo dinero en la empresa en la que estaba. Pero prácticamente lo perdí casi todo. Toqué fondo cuando empecé a llegar tarde al trabajo por ir al casino, e incluso, falté varios días por lo mismo. En cuanto mi jefe supo que era lo que ocurría, me despidió. Mi otro amigo, Jim me hizo ver que tenía un problema y me metí en rehabilitación, nada más salir decidí volver a Savannah.

Carol escuchaba a Daryl sin saber que decir. Era evidente que lo que estaba contando le atormentaba bastante, podía notar como le evitaba la mirada por la vergüenza y por la culpa.

— ¿Le debes dinero a Hannah? —Preguntó Carol, haciendo que Daryl levantara la mirada y la clavara directamente en sus hermosos ojos que le miraban entre confusos y preocupados.

—Hannah miente. No le debo ni un duro, porque no llegué a ese extremo, yo tenía mucho dinero ahorrado. Y aunque gasté un dineral en las apuestas, por suerte no lo gasté todo.

— ¿Cómo estás ahora?

—Ahora estoy bien, tuve un momento de debilidad cuando creí que me engañabas con Rob, pero me supe controlar y acudí algunas reuniones para adictos. Y además llamé a todos los casinos de la zona para que me pusieran en la lista negra y así no poder entrar.

Carol sintió un nudo en el estómago al comprender que Daryl estuvo a punto recaer por ese malentendido. Sabía que no era la culpable, pero aun así no pudo evitarse sentirse mal.

—Yo... puedo entender que después de esto... no quieras... saber nada de mí. —Tartamudeó Daryl, mientras sentía que poco a poco se iba desmoronando a medida que hablaba.

—Daryl... no voy a dejarte. ¿Por esto no me lo habías contado?

—Creí que si te enterabas, no querrías saber nada de mí. —Su tono de voz era triste y cuando levantó la mirada hacia sus ojos, estos estaban llorosos. Carol levantó la mano y acarició el rostro de Daryl, apartando los cabellos de sus ojos. Él movió su rostro contra su mano, mientras dejó que las lágrimas cayeran por su cara.

Compañeros de trabajo (Caryl fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora