Muros

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ido a buscar a Carol a la salida de la escuela para ir a tomar algo en uno de sus bares favoritos, Midnight. A pesar de que Carol le había insistido que podía quedarse en su casa a pasar esos días, él había preferido quedarse en un hotel. Sin embargo, Carol no iba a desaprovechar esos días en los que su mejor amigo estuviera en la ciudad, hacía meses que no le veía.

Mientras esperaban a que el camarero les trajera el café y la cerveza, Rob hizo una video llamada con su mujer y su hijo. Carol estaba encantada de poder ver a su ahijado y a la mujer de su mejor amigo. El niño le saludaba y le mandaba besitos a través de la pantalla. Le prometió que iría pronto a verle y Rob Jr se alegró ante sus palabras.

–Está cada día más guapo. –Dijo Carol una vez que terminó la llamada.

–Lo sé... –Rob dio un sorbo de su cerveza, antes de centrar la mirada en los ojos azules de su querida amiga–, así que... ¿me vas a contar que pasa con ese tal Daryl? –preguntó finalmente y Carol suspiró fuertemente dejándose caer contra el cómodo sillón del bar.

–No sé qué hacer. –Confesó amargamente.

–Creo que sabes perfectamente lo que quieres hacer, pero te da miedo dar ese paso. –Rob dijo mirando a su amiga. Carol entrecerró los ojos pues él la conocía perfectamente y era evidente que sus palabras reflejaban sus pensamientos.

–En realidad, es que no sé lo que siento por él. Llevo muchos años sola y realmente no necesito estar en una relación para estar feliz conmigo misma. Mis vibradores me hacen muy buena compañía.

–¿Tienes más de un vibrador?

–No te puedes ni imaginar cuantos tengo...–Rob negó con la cabeza ante las ocurrencias de su amiga. –Por cierto, tienes que comprarle a tu mujer el succionador de clítoris, hazme caso... No va a querer separarse de ese maldito trasto.

–¿Qué quieres que mi mujer no quiera volver acostarse conmigo? –Rob dijo haciendo reír a Carol.

–No te sientas amenazado, solo aprovéchalo a tu favor... ya sabes lo que te digo. Me lo agradecerás, ella sobre todo.

–Lo tendré en cuenta. –Rob se rió, aunque volvió a ponerse serio.

–Carol, volviendo a lo de Daryl, si tú eres feliz sola, yo seré feliz por ti. Pero no te engañes. Si no fuera por ese miedo que tienes a ser traicionada de nuevo, estarías empezando una relación con Daryl. Y lo sabes. –La confesión de Rob hizo que Carol sintiera un poco enfadada, sobre todo porque ella era consciente de la verdad que había en sus palabras. –Hay algo entre él y tú, sabes perfectamente que no es propio de ti acostarte con alguien con quien no tienes una relación.

Carol sintió como las lágrimas se amontonaron en sus ojos.

–¿Y sí él... me hace lo mismo? –Preguntó con el corazón encogido, mientras las lágrimas caían por su cara.

–¿Y sí no? ¿Y sí te estás perdiendo estar con un buen hombre solo por tu miedo a ser traicionada? No podemos saberlo, pero tienes que confiar. Además no todo el mundo es malo.

–Lo sé, lo sé... sé que no todos son como ese cabrón cobarde, pero... cuando intento dar ese paso, me paralizo. Aunque con Daryl me pasa algo tan extraño, es todo tan intenso... He hecho cosas que jamás pensaría.

–¿Qué cosas has hecho? –Preguntó él curioso. Carol se rió y se limpió las lágrimas.

–La primera vez que lo hicimos fue en un aula de la escuela.

–¿Qué dices? –Carol se tapó la cara por la vergüenza al recordarlo.

–Es difícil de explicar, él me nubla la razón. Es... no sé cómo decirlo. Tan intenso. Y además, lo hace tan bien.

Compañeros de trabajo (Caryl fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora