No puedo luchar más

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Daryl no podía creer lo que estaba escuchando. Demasiada información que procesar. ¿Su exmarido? ¿Le plagiaron su historia?

–¿Pero por qué...? -Carol suspiró mientras Daryl se adelantó para sentarse enfrente de ella al mismo tiempo que empezó a narrar.

–Teddy había sido mi profesor de literatura contemporánea en la universidad. También dirigía un curso sobre escritura creativa. Allí fue donde nos conocimos más. Él decía que le encantaba mi forma de narrar. Teníamos gustos literarios similares, empezamos a pasar mucho tiempo juntos y entonces, nos enamoramos. Él tenía 12 años más que yo y yo apenas 21 cuando empezamos a salir. Todo iba muy bien entre nosotros, nos casamos casi a los dos años de empezar a salir y él me animaba a escribir, pero cuando le dije que quería publicar mis libros Teddy no le gustó la idea, nunca me impidió que los publicara pero sé que no le agradó. Además, él siempre solía menospreciar mis escritos porque eran de género romántico...

–¿Por qué?

–Creo que era envidia o miedo a que yo vendiera libros y él no. Teddy había publicado varios libros: unos académicos y otros literarios. Pero los literarios apenas se vendían. Y ese era su sueño: ser un reconocido escritor de novelas. Cuando le conocí, la editorial no quería que publicara sus novelas, solo le interesaba los libros académicos y esto lo tenía muy frustrado. Finalmente tras varias negociaciones, la editorial permitió que publicara más novelas, aunque no tuvo mucha suerte tampoco.

–¿Pero tú lograste publicar los tuyos?

–Sí, tras hablar con su editor Mark, que es su hermano también, llegamos a un acuerdo con la editorial. Apenas iban a sacar una tirada de mis libros y muy era inferior a la suya. No confiaban en que mis libros gustaran, así que apenas apostaron por mí. Me lo pusieron difícil. Pero para sorpresa de todos, incluida yo, se vendieron más que los suyos.

Carol se levantó, caminó hacia la estantería del fondo a recoger un libro que prácticamente estaba escondido, y se lo tendió a Daryl.

–Este fue mi primer libro.

Daryl lo agarró observándolo. En la portada quedaba reflejado un hombre y una mujer que se abrazaban. En mitad de la portada, con las letras de color blanco el título: "Imposible". Mientras debajo remarcaba el nombre de la autora: "Carol Davis".

Daryl levantó la mirada al ver que ella se había quedado en silencio, y él quería saber qué fue lo que pasó. Aunque en su cabeza, las piezas del rompecabezas empezaban a juntarse poco a poco. Carol suspiró bajando la mirada antes de seguir con la narración.

–Vendí muchos libros de éste, Daryl. No como ahora, pero muchos más que Teddy. La editorial vio que podía sacar dinero conmigo, y me ofreció seguir escribiendo. Me iban a pagar más dinero por los siguientes libros. Yo estaba pletórica, estaba cumpliendo uno de mis sueños. Ni siquiera me lo creía, así que escribí "El palacio" en menos de un año. Iba a publicar mi segundo libro. –Tomó un suspiro largo, antes de continuar.

–Así que al terminar de escribirlo, le pedí a Teddy y a Mark que lo leyeran, para qué me dieran su opinión. Ni siquiera pensé... –Masculló ella al ver la mirada de él, pues entendió enseguida cómo le había robado su novela–. Ellos eran expertos, y confiaba plenamente. Ahora sé que debo patentar cualquier historia que escriba antes de que cualquier persona lo lea, pero en aquella época ni lo pensé. Eran mi marido y mi cuñado. Eran mi familia. No era la primera vez que les enseñaba mis novelas o mis escritos; era algo natural para mí.

Carol suspiró y Daryl pudo ver como los ojos se llenaron de lágrimas.

–Apenas un mes después, Teddy desapareció de un día para otro. Recogió sus cosas y se fue. Mark tampoco me respondía. Y todas las copias, o borradores, absolutamente todo en referente a mis libros se lo habían llevado. Casi el mismo día, me llegó la demanda de divorcio junto con la demanda de plagio.

Compañeros de trabajo (Caryl fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora