Compañeros de trabajo (Caryl fanfic)

Traspasando líneas

Ante sus palabras, Daryl miró a Rosita. El temor de que sus alumnos estuvieran curioseando sobre la relación de Carol y él, le hizo pararse y escuchar lo que Rosita quería decirle. En otras circunstancias, no le hubiera importado lo que los demás hablaran sobre él, pero temía que el rumor de su relación con Carol se extendiera.

Al mirar hacia ella, pudo ver que ella sonrió con autosuficiencia al darse cuenta de que había captado la atención de Daryl.

-¿Qué es lo que dicen? -Preguntó el rubio con un suspiro. Rosita se apoyó contra el coche antes de hablar.

-Dicen que Aaron y tú tenéis una relación. -Nada más escuchar las palabras de Rosita, Daryl sintió alivio en su interior y negó con la cabeza ante la idea.

-Nah, Aaron tiene marido, y no soy gay. -Soltó él sin darle demasiada importancia.

Rosita sonrió ante su respuesta como si hubiera sentido algún tipo de alivio, y quiso seguir hablando, pero Daryl no estaba dispuesto a seguir con la conversación. Solo estaba pensando en ir a su apartamento donde la pelirroja acudirá en apenas unos minutos. Daryl dejó a Rosita con la palabra en la boca y subió al coche.

*****

Carol llegó al apartamento un poco más tarde de lo que Daryl hubiera esperado. No hubo conversación entre ambos, los besos ardientes y desesperados irrumpieron en el recibidor. Nala se movía alegre ante la presencia de Carol, pero Daryl la apartó de sus pies y, cuando vio que ellos estaban muy ocupados, Nala decidió sentarse en su manta observando a la pareja.

Cuando consiguen llegar al sofá la ropa ha desaparecido de sus cuerpos, y, tras una larga sesión de besos furtivos, caricias y lametones, Carol se monta a horcajadas encima de él. Daryl dejó que Carol se dejará guiar por sus instintos, mientras se mueve de arriba abajo cada vez más y más rápido. Adoraba verla moverse libremente encima de él y sus movimientos lo vuelven loco. Él aprovechó para tocar, besar y lamer sus hermosos pechos.

Daryl cambia de posición, la deja tumbada contra su espalda, pone sus piernas contra sus hombros y se adentra en ella moviéndose con rapidez. Daryl observa con detenimiento sus ojos cristalinos que se han oscurecido por la pasión. Su boca abierta gimiendo cada vez que él se adentra en lo más profundo de su ser, sus senos moviéndose al ritmo de las embestidas, y su hermoso cabello pelirrojo desordenado esparcido por el sofá. Recorre la mirada por su rostro hasta sus pechos, y de nuevo, a sus ojos.

No puede evitar perderse en ellos, fijamente, viendo cómo se oscurecen. Puede que Carol intente alejarse emocionalmente de él, pero sus ojos no pueden mentirle. Sus gemidos y sus maldiciones se hacen más y más fuertes. Sabe que está a punto de llegar al clímax y acelera más sus movimientos. Quiere sentirle gritar de placer. No sabe porque pero ella le vuelve loco. Y entonces la siente estremecerse, su cuerpo tiembla debajo suyo, jadeante y sudoroso. Daryl se dejó caer contra su cuerpo, mientras le da un sentido beso, dando por finalizada esa sesión de lujuria.

Y de nuevo, todo se tornó en incomodidad. Daryl salió de su interior, y Carol se excusó para ir al baño, desnuda se agachó para agarrar la ropa esparcida por todo el suelo. Daryl la vio desaparecer hacia el interior del cuarto de baño, mientras él se acomodó contra el mueble. Aún sentía su corazón desbocado por la actividad reciente pero otra vez, esa sensación de vacío le invadió.

Al volver la mujer ya estaba vestida, y se acercó a Nala, quien rápidamente se aproximó a ella para que le hiciera carantoñas. Carol levantó la mirada para ver a Daryl con el torso desnudo y subiéndose la bragueta de sus vaqueros. Comparten una tímida y avergonzada sonrisa, y Carol vuelve a mirar a la perrita.

Daryl siente otra vez esa incomoda sensación de vacío tras esos momentos de lujuria y, entonces, carraspea intentando buscar las palabras adecuadas que los saque de esa incomodidad.