Capítulo 37

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Narra Camila

Cuando llegamos al salón había una larga mesa, esto cada vez parecía más la mansión de Drácula. Ana encabezaba la mesa. Reconocí dos caras nuevas, sentado junto a la señora Julia, situada al lado izquierdo de su hija, había un señor unos años menor que ella, su pelo negro conservaba aún bastante color y vitalidad, sus manos eran grandes y parecían haber trabajado bastante a lo largo de sus vidas; Sus ojos azules miraban en todas direcciones, parecía tener bastante hambre. Seguidamente estaba Lucía, sonriente como siempre. Luego enfrente, al lado derecho de Julia estaba Marcos, seguido de Lauren quien me daba una mirada tranquilizadora y finalmente a mi lado un chico nuevo, el cual supuse sería hermano de Lucía, pues parecía tener sólo un par de años más.

-A los que aún no la conocen, -comenzó a hablar Lauren. -ella es Camila, mi novia. Ellos son Richard, -señaló al anciano, quien inclinó su cabeza a modo de saludo. -antiguo jardinero de la casa y del pueblo en general, ahora vive con nosotros, es como de la familia, es increíble lo descuidados que están los jardines ahora... y Alexander, -el chico levantó su mano y saludó alegremente. No parece haber nada inusual, pensé aliviada. -hermano de Lucía.

-Es un placer tenerte aquí, Camila, a todos nos has causado una buena impresión. -dijo Ana levantando su copa, todos hicimos lo mismo.

-Pero la próxima vez trae más polvos, Peter. -añadió Julia.

-CONEJOS PELUDOOOOOOOS. -gritó Ana.

-BUENO, no he preparado toda esta comida en vano, ¡a comer! -sentenció Marcos. 

A decir verdad todo tenía una pinta maravillosa, desde el pollo hasta los pequeños canapés horneados. Pronto olvidé donde me encontraba y mi estómago empezó a actuar por sí solo.

-¿Está bien...? -oí susurrar a Marcos. Yo seguía comiendo.

-Jaja, sí, sí... -contestó Lauren incómoda. -Camz, -me susurró. -controla que la comida no se la van a llevar a ningún lado. -entonces reaccioné, y aún con la boca llena como un hámster subí la cabeza, que hasta ahora había estado en dirección al plato en todo momento, y sonreí elevando las comisuras de mis labios.

-¿Cuáles son tus aficciones, Camila? -round 1. Ahí vienen, cojan las espadas.

-Bueno, me apasiona la música. El arte en general. Quiero triunfar en la música pero también me haría ilusión escribir un best seller, o incluso un poema que llegue a la gente de verdad. ¿Entiende?

-Fabuloso. -sonrió Marcos.

-Y cuando seas una estrella Lauren podría hacer tus sesiones fotográficas. -comentó Ana.

-Nada me haría mas ilusión. -dije tomando la mano de Lauren bajo la mesa. -Porque ella va a ser una importante fotógrafa.

-Sí, bueno... -sonrió con algo de tristeza. -primero necesito una universidad. Y para ello antes necesito dinero.

-¿No hay becas? -preguntó Richard. Su voz era más aguda de lo que me esperaba.

-Unos años sí, otros no, ya que la fotografía no es tan solicitada como otras carreras. Por desgracia los próximos años no la habrá, y me gradúo éste. -agachó la cabeza.

-No arruinemos la cena con estos temas... -propuse.

-Cierto, ¿qué opinas de los animales? -preguntó Julia. La primera vez que veo a esta señora hablar normal.

-¿Me... gustan? -dudé.

-En esta somos amantes de los animales. -añadió Ana. -Una vez Alex tuvo una hermosa pitón, le cogimos mucho cariño.

-¿La... la serpiente?

-LIMÓN ÁCIDO, AGUARRÁAAAAAAAS. -gritó Lucía. ¿Significaba eso que no le gustaba?

-Y Óscar, ¿recordáis a Óscar? -preguntó sonriente a los demás, quienes asintieron, a excepción de Lauren quien cerraba los ojos suspirando. -Oh, Camila, era un topo que destrozaba incluso las escaleras. -mi cara se puso algo pálida. Lo decía tan natural todo.

-Sí, todos maravillosas criaturas, tía Ana. Comamos. -el hambre para mí se había evaporado. Alex tomó su vaso y lo llevó a su boca, pero justo antes de llegar lo volvió a colocar sobre la mesa, y volvió a repetir la misma acción dos veces más. Sospechoso.

-¿Dónde os conocisteis? -Marcos.

-Vamos al mismo instituto. -contesté.

-¿Conoces ya a sus padres, querida? -preguntó Ana a Lauren, quien rápidamente lanzó una mirada acusadora a su tía.

-Eso es un tema delicado, tía.

-No, tranquila. -acaricié su muslo. -Mis padres murieron, Ana, junto con mi hermana. Hará dos años. -hubo un silencio algo incómodo. -Lauren me ha ayudado enormemente a superarlo, de no ser por ella seguramente ahora mismo estaría bajo la lluvia que cae ahí fuera. -rodeé su cuello con una mano, acercándola a mí y dándole un tierno beso.

-Aquí estamos para lo que necesites. -añadió Ana, y todos asintieron sonriendo dulcemente. 

-BARBIE MALIBÚ. -gritó brevemente Lucía. Por lo que entendí que también podía contar con su apoyo. Finalmente acabaría tomándoles cariño. 

Entonces Alex volvió a repetir la acción del vaso y mi paciencia colmó.

-HIJO MÍO, BEBE COMO LAS PERSONAS NORMALES, LLÉVATE EL VASO A LA BOCA, ÁBRELA Y ECHA EL LÍQUIDO DEN... -Lauren se levantó, tiró de mi mano y nos dirigió hacia la escalera. 

-Una velada magnífica familia pero tenemos sueño, mucho mucho sueño. -dijo casi sin que pudiera entendérsele y nos llevó hasta la habitación. Una vez dentro se apoyó en la puerta descansando y me miró. -Tics nerviosos.

Cold as nobody (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora