No te meresco

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Aquel encuentro, los brazos cálidos aún rodeándolo con calidez, ese beso suave en medio de la nieve es sin duda lo más hermoso que le paso. Ikki no podia estar mas agradecido, su sueño se hizo realidad, un sueño imposible, si existía un futuro, había una luz al final de aquel oscuro dolor que por tantos años fue consumido.

Sin embargo, aquella figura poco a poco se estaba desvaneciendo, con desesperación trato de abrazarla más fuerte, pero era inútil, y sin poder hacer nada se le fue de las manos nuevamente su amada. 

-no... no por favor... no te vayas- le suplico  tratando de aferrarse a Esmeralda

Rodeado ahora de solo esa oscuridad, nuevamente ese abismo de sufrimiento volvió a devorarlo, lanzó un grito ahogado lleno de odio y furia. Mas unas risas empezaron a sonar en aquel mundo, burlándose de él maldiciendo y gritando que no se merecía la dicha de tan bello ser.

Furioso se levanto dando golpes a diestra y siniestra usando su técnica Alas del fuego del Fénix, las sombras empezaron a tomar forma, enemigos pasados que él les arrebató la vida, todos estaban ahí rodeándolo, y riendo de él, sin afectarles ningún ataque del caballero.

-crees que tienes derecho a ser feliz- una sombra grito

-mientras nosotros nos pudrimos en el infierno-

-malditos desgraciados- grito envuelto en su cosmos, totalmente sacado de sus cabales, destruiría a todos a su paso, aquellas lagrimas parecían quemar no solo su cuerpo su alma también... se estaba volviendo loco.

Entre esa oscura multitud una figura sobresaliente se acerca

-crees que tienes derecho estar con mi hija- aquel hombre jamas lo habia olvidado

-cállate- grito -maldito la trataban como basura, fue tu mano quien la mató- segado por el odio fue a su ataque con el puño envuelto en fuego

-fue tu culpa, siempre lo será- detuvo el ataque de su alumno, acercando su horrible rostro enmascarado sobre el peliazul -si tu me hubieras matado antes, ella jamas hubiera muerto, incluso si hubieras recibido el golpe que di, ella estaría vivido y tu estarías bajo tierra-

Ante tales palabras, su cuerpo se sintió pesado, cayendo de rodillas, llorando cargando con aquella culpa que siempre lo carcomía, lo sabía, era su culpa siempre lo fue. A lo lejos, escucha los gritos de agonía de Esmeralda, cuando levanta la vista para ubicar, aquellas sombras le muestran cómo el alma traslucida bondadosa de ella era quemada por un ardiente fuego, en su carrera de ayudarla es sujetado por aquellos seres, los gritos de dolor de la joven se hacían mas fuertes, pidiendo que la salve, pero le era imposible se estaba hundiendo en la misma oscuridad. Con angustia gritó su nombre por la locura que estaba sufriendo. 

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Sus ojos azules se abren en medio de la noche, su respiración agitada tratando de controlar su aliento, su corazón palpitando velozmente con un gran dolor, se sentó en el borde de la cama, llevando sus manos en su rostro, tratando de controlar sus emociones, unas cuantas lágrimas se escaparon de sus ojos, nunca podría librarse de aquellas imágenes, de ese dolor que lo estaba volviendo loco... sabía muy dentro suyo sabía que siempre fue su culpa... había tenido el mas dulce sueño, se sentía incluso real... hasta que esa pesadilla nuevamente lo sumergió en su infierno.

Amarte por mil años masDonde viven las historias. Descúbrelo ahora