El cielo despejado totalmente, con una fría brisa movía la copa de los arboles, aun asi, el sol resplandecía con el comienzo de un nuevo dia, mas brillante que nunca. Su calor se fue extendiendo hasta el cuarto de cierta joven rubia. Aquellos cálidos rayos le acariciaban dulcemente el rostro, ella un poco molesta comenzó a despertar, pero no queria, asi que como de costumbre se dio la vuelta tapándose para seguir durmiendo un rato más, estaba muy cómoda y calentita, pero algo le llamó la atención, fue una una leve risa, confundida se destapó la cabeza mostrando solo sus hermosos ojos verdes... y lo que jamas penso fue tener a su caballero perdido mirándola con tanta ternura... de golpe se olvido como respirar.
-buenos días- susurró divertido el peliazul totalmente despierto y mirándola con diversión
Esmeralda totalmente con los cinco sentidos despiertos, se dio cuenta de la situación recordando todo... totalmente avergonzada se tapó nuevamente.
-bueno...buenos días-
-hey, no te escondas, o ya no quieres verme-
Mostrando de nuevo su rostro con la pena escrita en todos lados
-no... no es que no quiera... verte-
-solo bromeaba- su mano viajó a acomodar un mechón dorado que caía sobre su rostro -solo déjame verte un poco mas- aquel joven sonrió con dulzura, y Esmeralda no sabía como corresponder, como podía decir eso de manera tan natural, y ella... se moría de la vergüenza -descansaste bien?-
-si- contestó Esmeralda con cierta timidez
El ambiente fue interrumpido por un tono de llamada del teléfono de la chica, la cual sorprendida noto 6 llamadas perdidas todas de su jefa con varios mensajes de voz, con el semblante preocupado escuchó el último mensaje.
-Esmeralda, donde demonios estas! hace más de una hora que debiste haber llegado-
Ikki al escuchar eso noto el semblante preocupado, sintiéndose culpable por no despertar a la rubia, ya que desde hace rato estaba despierto y había escuchado desde el principio la primera llamada, pero no pensó que seria algo grave, creyó que solo eran mensajes de amistades.
-perdóname, debí despertarte-
-no es tu culpa Ikki- lo tranquiliso mientras se levantaba con rapidez olvidando por completo los escrúpulos, lo que ahora más le preocupaba era llegar realmente rápido, sabía cómo era su jefa con estas cosas, mientras buscaba su uniforme con una mano, con la otra le mandó enseguida un mensaje a Alyssa.
Ikki al ver el estado de la chica, como se apresuraba en cambiarse, peinarse; le dio cierta gracia, sonrió al verla correr de un lado a otro, se veía realmente hermosa. Tambien se levanto un poco mas tranquilo para así acompañarla hasta su trabajo.
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Amarte por mil años mas
RomanceLos recuerdos son el tesoro mas hermoso que podemos llegar a tener. Ikki y Esmeralda