(ALERTA. ESTE CAPITULO TIENE ESCENA LEMON, APTA PARA MAYORES, CONTENIDO ADULTO, NO QUIERO RECLAMOS, YA AVISE, DISFRUTEN LA LECTURA)
Los caballeros habían sentido el cosmos furioso de su compañero, junto con otro que se fue extinguiendo hasta apagarse por completo. Apuraron el paso llegando justo en el momento que vieron al Fénix a punto de ejecutar a una joven. Saori no tardó en gritar que se detenga junto con los demás presentes, pero el peliazul no escucho.
Aquel momento se congeló para ambos, Ikki detuvo su golpe apenas a unos milímetros de la piel de la joven, ella en ningún momento se movió para detenerlo aceptando así su cruel destino.
Sin poder realizar su cometido, su cuerpo tembló, de angustia sabiendo que nunca podría atacarla incluso sabiendo que era falsa.
-matame- susurro el hombre -acaba con esto- le pidió
Ante esas palabras Esmeralda abrió los ojos, contemplando el rostro sombrío del Fénix; este acontecimiento hizo que ella muy lentamente tratara de tomar su mano, junto con un suave y dulce susurro
-mírame- le dijo nuevamente, pero este no alzó la vista, incluso reaccionó violentamente al tacto, logrando que la tomara del cuello
-que mas quieres de mi?- le escupió con odio, sin embargo ella no se asustó, a pesar de que el aire se le escapaba lentamente y la presión de su cuello era cada segundo más fuerte, sintió como lentamente es levantada apenas unos centímetros del suelo.
Se mantuvo sumamente tranquila con su mirada verde llena de amor en los profundos ojos de océano, los cuales estos desbordaba no solo ira sino una profunda tristeza.
Por fin sus miradas se encontraron, las pequeñas manos de la joven viajaron son sutileza al rostro furioso de Ikki; él, ante la suave caricia recibida su semblante cambio por uno de horror, cayendo por fin en la realidad y de que ella es real, acompañado de un susurro dulce que fue tan poderoso para despertarlo de aquel dolor
-te amo- su voz apenas salio en un hilo
La soltó lentamente, llevando su mano derecha a su rostro sin poder creer el acto tan despreciable que estaba por cometer... con sus propias manos.... hacia la persona que mas ama; los sollozos no se hicieron esperar.
Esmeralda no lo pensó, y con seguridad se acercó a Ikki para envolverlo con sus brazos, como un angel acurrucando a un niño, sin importarle la incómoda armadura, trato de que su calidez llegara a él.
Y en ese simple acto de afecto, el caballero se derrumbó por completo dando rienda suelta a todo su dolor, su cuerpo actuó solo, con desconfianza correspondió a ese gesto, que su alma gritaba por poder sentir.
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Amarte por mil años mas
RomansaLos recuerdos son el tesoro mas hermoso que podemos llegar a tener. Ikki y Esmeralda