La tortura de la duda

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Las semanas y meses pasaron, el invierno llegó y con él la época navideña. Toda la ciudad vestida de blanco y adornos brillantes.

Ikki, como de costumbre, se encontraba de mal humor, sentía cierto repudio por esta festividad. Pero su hermano siempre le rogaba reunirse para esta época y a regañadientes aceptaba, se quedaba esos días en la mansión; aunque no ayudaba en poner ni un solo adorno en toda la casa ni en el árbol central; por lo general se encontraba siempre encerrado en su habitación o entrenando en el gran gimnasio de la fundación Kido.


Esmeralda, tenia doble turno en el trabajo, en esta temporada de frío el lugar se abarrotaba de gente. Ella disfruta mucho esta época del año, había conocido la nieve, pero le hubiera gustado compartir esos momento con su amado caballero. En momentos como este, anhelaba encontrarlo, mientras contempla las calles iluminadas y coloridas por tan bonita festividad, una vez segura en la calidez de su hogar, recibe una llamada de cierta amiga.

-hola?-

-hola Esmeralda, soy Adalia- recibió desde el otro lado del teléfono iluminado de alegría a la rubia

-hola Adalia! como estas?-

-muy bien, estoy pronto por terminar y regresar a casa-

-eso es bueno, me alegro- comento con cierto tono desanimado

-pero hay otro motivo por el cual te llamo y es sobre tu chico perdido-

-de Ikki?- la sonrisa no podía ser mas grande al enterarse

-si, no es mucho pero almenos es un contacto-

-no importa, te agradesco la ayuda, para mi es mas que suficiente-

-bien, al parecer hay cierta relación con los caballeros de bronce y la fundación Kido, sino me falla bien la memoria, hace unos años se organizo en Japón un torneo, donde estos caballeros participaron. La encargada ahora es la nieta de Mitsumasa Kido, creo que de ahi puedes partir de donde buscar. Si puedes lograr una reunión con la heredera y te de un numero o direccion para encontrar a tu chico perdido-

-muchisimas gracias Adalia, jamas podre pagarte lo que has echo-

-no te preocupes, pero si me lo debes, tuve que seducir un supuesto caballero dorado, no fue difícil, fue agradable al principio, pero despues note que tiene cierta actitud altanera-

-jajajaja no me imagino lo que habrás sufrido- camino hasta su cama y se acostó totalmente ilusionada

-no sabes, su personalidad puede ser cansador pero en la cama es un Dios-

-no quiero saber las cosas que hiciste- se empezo a reir la ojiverde

-que hice? por dios no; mas bien las cosas que él me hizo, jajajja-

Entre risas, y anécdotas ambas mujeres hablaron un poco mas de cómo la estaban pasando. Esa noche Esmeralda durmió con la esperanza a flor de piel, buscaría ahora la presidenta de la fundación Kido, por fin, una señal, un punto estable de partida.

-Ikki, falta poco, solo esperame-


El día llego, después de una semana larga de trabajo, y haciendo horas extras, para que le den un dia libre, en un dia habil. Se vistió con una de sus mejores ropas para al menos ir bien presentable ante alguien tan importante.

 Se vistió con una de sus mejores ropas para al menos ir bien presentable ante alguien tan importante

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Amarte por mil años masDonde viven las historias. Descúbrelo ahora