Capítulo 21: La esperanza es lo último que muere

1.4K 153 30
                                    

Sentada, ______ miraba por la ventana de la sala.

Tenía sobre ella una manta beige muy suave y grande.

Había pasado la noche en el sillón de la sala de Hank, justo enfrente de una ventana al exterior.

El dolor se había apasiguado mas no desaparecido.
Su mano y su pie aún estaban rojos.

Eran cerca de las 5am. Ella veía la nieve caer constantemente, cubriendo las calles solitarias, pintando los tejados de las casas y el cielo nublado dando luz mañanera al día que comenzaba.

Sus oídos estaban siendo ocupados por unos audifonos que había tomado de la mesa.

Escuchaba la musica que un suave piano le ofrecía.

Jamás en su vida había tenido la mente tan enredada y confundida.

Cada pensamiento se sentía como un puzzle imposible de resolver.

Desear volver en el tiempo ya ni siquiera tenía sentido para ella.
Su vida había dado un giro completo en muy poco tiempo, pero el mareo duraba mucho más.

En su mirada perdida podía verse la confusión, la soldedad, la tristeza, el miedo, y la ira a la vez.

Su salud se había restaurado medianamente bien.
No le dolía al respirar tanto como ayer.
Tampoco sentía su piel quemar de frío por dentro.
Su corazón volvió a latir con normalidad, tal vez.

Ya solo quedaban el obvio desgaste muscular que le recordaba constantemente aquel episodio traumático de morir electrocutada.

La definición de su sentir era: Cansada Mentalmente.

Jamás había experimentado tanto en tan poco tiempo.
Pasó de la duda a la adrenalina, y luego de la risa al miedo.
Del miedo de vuelta a la adrenalina y finalmente al trauma.

Unos pasos suaves se acercaron a ella, por lo que giró su vista y retiró los audifonos.

Connor la miró sonriendo amablemente y se sentó a su lado. Solo tenía una playera de algodón gris y su pantalón de siempre.

–¿Qué hace despierta tan temprano, Doctora?–

______ sonrió.
–Ayer me tuteabas y hoy de nuevo vuelves a tu habitual lenguaje apropiado–

Connor ladea la cabeza mirando a otro lado.
–Ayer fue un día muy extraño– confiesa.
–Todo fue tan... impactante para mi programa, que tal vez estoy averiado–

_______ no respondió, solo jaló la cobija a su pecho y se enrolló un poco.

Connor la miró mientras ella regresaba su vista a la ventana.

–¿Te confieso algo?– habla el castaño tuteándola otra vez.
Ella lo miró.
–Desde que evadí mis instrucciones me siento diferente... pero jamás había experimentado el dolor, hasta que tu corazón dejó de latir– se toca el pecho.
–Usted es la experta, dígame, ¿soy divergente?–

______ le mantuvo la mirada unos segundos.
Alzó una de sus manos para sacarla de la cobija y acomodar unos mechones que caían por la frente de Connor.

El otro apretó la mandíbula sin moverse.
Su LED pasó a amarillo.

–Nadie más que tú puede decirte lo que eres, Connor– responde.
–Es algo que se tiene muy claro... que te libera de todo–

Connor suspiró.
–Desde que le di la espalda a mis creadores y a mi misión, siento la necesidad de sustituir mis instrucciones yo mismo– confiesa.
–Es decir... decidir solo qué hacer–

Like a Human | Connor RK800 x Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora