La verdad

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30 días Después...

Amelia se quitó el estetoscopio y lo colgó en su cuello antes de escribir sobre su tabla con hojas.

Estaba en una habitación cuyo suelo, paredes y techo eran blancos.

Habían dos puertas y una ventana grande con las cortinas abriertas.

Detrás de ella estaba la primera puerta, era de cristal opaco y se dirigía al pasillo del hospital en donde estaban.

En la pared de la derecha, había una puerta de madera que conectaba con un pequeño baño.

Y en la pared de enfrente, estaba la ventana, donde podían verse las edificaciones de Detroit.

Había una camilla frente a Amelia, con la paciente a la que cuidaba, con varios tuvos y sensores que la medían constantemente, demostrando su estado estable de salud, mientras dormía.

La puerta de cristal opaco se abrió haciendo a Amelia girar su vista. Era una enfermera humana de cabello rubio, bien recogido y metido en su gorro blanco.
Sonrió amistosamente.
-Hay un nuevo paquete para la paciente- señala con una dulce voz.

Amelia rió al ver a la chica entrar con un ramo de rosas blancas y lilas.
-A este paso tendremos un jardín en vez de un cuarto-

-Tiene muchos amigos que esperan que vuelva a abrir los ojos- explica Amelia viendo cómo se integraban las nuevas flores al resto de regalos anteriores, como más flores, globos, mensajes, algúno que otro peluche etc.

-Bueno, espero lo haga pronto-

Amelia dejó su pluma y hojas en la pequeña mesa y se dirigió a la salida junto a la enfermera.
-¿Ya comiste? Te invito algo-

-Ah... gracias doctora- responde la rubia con timidez.

La puerta se cerró cuando salieron, dejando aquella habitación en completo silencio.

La sábana blanca de la camilla se levantaba formando la silueta de los pies y piernas de la paciente.
Llevaba puesto una bata de hospital color azul cian.
Su cabello rojo se esparcía al rededor de su cabeza.
Su rostro era adornado por bellos labios rosados, y chapitas coloradas debajo de unas pecas poco perceptibles.
De pronto abrió los ojos, dejando ver un azul rey en su iris, y unas pestañas rojizas.

Su nariz aspiró todo el aire que fué capaz de jalar hasta llenar sus pulmones y luego su boca tosió.

La luz era intensa para ella, frunció el ceño al notar que su visión escaneaba la habitación completa con líneas horizontales y vertilaces color verde, que desaparecieron luego de recopilar la información.

Iniciando sistema...

Aquellas palabras eran extrañamente familiares.
Sintió poco a poco que sus sentidos despertaban.
Escuchó el sonido leve de la ventilación.
Sintió la tela fina cubriendo su cuerpo.
Olió el dulce aroma de las flores que tenía a su lado derecho.
Parpadeó varias veces.

Todos los sistemas operando.
Cargando Memoria.

Muchas imágenes, una sobre la otra comenzaron a verse para ella, cada vez más rápido.

Elijah, Chloe, Markus, North, la USB, Connor, Simon, la familia de Kara, Amelia y Elías, La presidenta Warren, Persecución, Jericho, La misión, el viaje de vuelta, la torre CyberLife, Amanda, rA9 y la victoria final.

Cerró los ojos con fuerza, sintiendose agobiada por recordar tantos momentos en tan poco tiempo.
Sacudió un poco su cabeza y se sentó llevando sus manos a la cabeza.

Hasta entonces notó todos los cables que tenía en ella.

Se fue quitando uno a uno del brazo, pecho y cabeza. Solo los arranco, por lo que las máquinas comenzaron a lanzar una alarma roja al no medir ningúna actividad.

Gruñó incómoda y luego abrió los ojos.

Memoria restaurada.

Las puertas se abrieron de golpe sobresaltandola.
Al lugar entró Amelia con un rostro asustado, que cambió a uno de sorpresa al verla.

-Oh por dios- corrió a ella y tomó su cara para ver sus ojos y prácticamente la manoseó de aquí a allá para ver su estaba bien.
-_______, ¿Cómo te sientes?-

Ella apartó las manos de Amelia cuando se hartó de ella y miró al rededor.
-¿Dónde estoy?... ¿Que pasó?-

Amelia solo la miró con pena.
-Será mejor llamar a los demás-

Continuará...


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Like a Human | Connor RK800 x Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora