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NADIE ESPERABA REALMENTE QUE pudiera haber una relación entre Calum Hood y June Watson, por dos razones. La razón de los fans de ambos era que vivían en distintos lugares y las relaciones a distancia nunca eran buenas. La de sus amigos era un poco distinta.
Ellos creían que nunca tendrían una relación por el simple hecho de que ninguno de los dos parecía listo para comprometerse. June y Calum se dedicaban a beber toda la noche, irse juntos a casa y a la mañana siguiente, irse cada uno por su lado, como si fueran dos amigos de toda la vida y no hubiera ningún rollo raro entre ellos.
El problema era que la chica se estaba enamorando del australiano, y no sabía con seguridad si él sentía lo mismo. Además, tenía miedo de confesarle sus sentimientos por si su relación extraña acababa.
Una de tantas noches, la pareja llegó a casa del bajista entre besos y caricias. Estaban a punto de llegar al dormitorio, cuando la morena se separó de su acompañante.
－No puedo hacer esto.－murmuró en voz alta.
El joven frunció el ceño con preocupación.－¿Qué pasa, J? ¿Estás bien?
La cantante negó con la cabeza antes de desaparecer por el pasillo de la casa y llegar al salón, sentándose en el sofá con los codos en las rodillas y su cabeza entre las manos, negando sin parar.
Su mente estaba borrosa. Había bebido muchísimo y llevaba unas semanas tomando Xanax. Calum le había preguntado por qué lo hacía, y ella sólo le respondió que eso calmaba su ansiedad, pero sus dosis no indicaban lo mismo.
June no sabía por qué ingería esas sustancias tan tóxicas, pero le hacían sentir bien, y la joven llevaba sin sentirse bien mucho tiempo. Conoció al moreno, y sin embargo, no dejó las pastillas, arruinándola poco a poco.
El bajista corrió hasta su salón, donde Duke estaba descansando junto al televisor, y se arrodilló delante de la cantante.
－June, mírame.－ella no hacía caso, y negaba sin parar.－J, cariño, por favor. Necesito saber que estás bien.
Finalmente, la morena levantó la cabeza. Sus ojos estaban inyectados en sangre, y no sabía si era por las lágrimas, el alcohol o el Xanax. La máscara de pestañas teñía su cara, y usó su mano para limpiarla.
－¿Estás bien?
No, claro que no estoy bien, quería contestarle, me he enamorado de ti y no quiero decírtelo por si esto sólo es un juego. Te quiero, pero creo que tú no me quieres de la misma forma.
－No, no mucho.
－¿Quieres contarme lo que pasa?－preguntó Calum, tomando su mano.
June cogió aire y exhaló lentamente.－Estoy harta de todo. Harta de estar triste, de beber sin parar y drogarme para sentirme mejor conmigo misma. Estoy harta de que no me quieras de la misma forma en la que yo te quiero. Estoy cansada de que nos acostemos y que después me vaya, sintiéndome como una mierda. De que discutamos por la mañana por culpa de una resaca estúpida. Estoy cansada.
El gesto del australiano se endureció un poco después de oír las palabras de la joven.
－Yo también estoy harto, ¿sabes?－dijo él. La morena ladeó la cabeza.－Estoy harto de todo ese Xanax, June. Harto de que me vaya por la puerta y de que tú no seas capaz de decirme quédate un poco más. No quiero mentirte, pero tampoco quiero renunciar a ti. Tal vez no lo creas, pero tú también me haces daño. ¿Crees que no me doy cuenta de que entras en el baño para tirar las pastillas?
－Eso no es lo que tú...
－No te atrevas a terminar esa frase, June.－habló con dureza.－Sí que es lo que creo. Al principio no sabía si te quería o te odiaba, porque, maldita sea, eres una persona maravillosa, llena de vida, y sin embargo desperdicias tu vida. Y sí que te quiero de la misma forma en la que tú me quieres, pero nunca me has dado la oportunidad de decírtelo porque te vas con mucha prisa por las mañanas.
Después de esas palabras, Calum se puso de pie y desapareció de nuevo por el pasillo. June limpió las lágrimas y lo siguió. Vio la luz del baño encendida y al chico lavando su cara, apoyado en el lavabo. No quería acabar la noche así, quería acabarla en los brazos del bajista, con su camiseta puesta.
Llamó suavemente y él se giró, con el mismo semblante serio con el que se había ido de la sala de estar.
－Lo siento.－murmuró la joven.－Por no darme cuenta de todo, y por hacerte daño. Si quieres me iré. Buenas noches.
Dio la vuelta sobre sí misma y empezó a caminar por el pasillo. Calum la alcanzó y tomó su muñeca. Al girarse, vio que su gesto ahora era más suave, con un poco de tristeza.
－Yo también lo siento, J. Siento haberte dicho todas esas cosas horribles y... Bueno, siento todo lo de antes.－susurró.－Y no quiero que te vayas.
La cantante no pudo contener las lágrimas y se echó a llorar de nuevo, abrazando al joven, quien dejó besos tiernos en su cabeza mientras acariciaba su espalda.
－¿Qué te parece que veamos una película y después te quedas a dormir?－preguntó él.
－¿Podemos simplemente dormir?－pidió la morena.－No tengo fuerzas para nada más.
Él asintió. Fueron al dormitorio y se cambiaron. June se puso la camiseta de Calum y entró en la cama. Cuando el australiano se acostó a su lado, la chica lo abrazó rápidamente.
－¿Puedo quedarme mañana a desayunar?
－Por supuesto que puedes.
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NO ESTABA MUERTO, ESTABA DE PARRANDA.
Siento muchísimo no haber publicado nada en 92374029 años, pero estoy pasando por una supercrisis de inspiración y os juro que no puedo más. Enfin.
¡Nuevo capítulo! También siento que esto sea un truño pero he hecho lo que he podido. Que sepáis que Calum y June son de mis parejas favoritas (que feo que diga esto, xdios) y perdonadme si los hago sufrir.
BUENO, NO SÉ SI OS HABÉIS ENTERADO. He empezado un fic nuevo de Ashton Irwin, titulado Sweet Creature, y el otro día subí el prólogo, por si os queréis pasar, wINK WONK.
ESO ES TODO, espero que mañana nos leamos si me viene la inspiración. ¡Os quiero!
