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CALUM HOOD SOSTENÍA EL VASO medio vacío entre sus manos mientras escuchaba la anécdota que estaba contando alguno de sus amigos.
Él estaba allí, en ese bar de Tokio, pero su cabeza no. En su mente seguían las palabras que Freya Graves había dicho hacía unos minutos.
Michael tiene a Hope, Ashton tiene a Merida y Luke me tiene a mí. ¡Eres el único que está soltero!
No le molestaba en absoluto estar soltero. Era feliz así, aunque todos sus amigos tuvieran pareja. O al menos, intentaba convencerse de eso.
Su cabeza viajó un poco más hacia atrás, a Australia, y se acordó de ella. Su primer amor y su primera ruptura.
Ella se llamaba Kate.
Tenía el pelo rojo como el desierto australiano y unos ojos azules hipnotizantes. Sus mejillas y el puente de su nariz estaban salpicados con pecas y su sonrisa podía iluminar todo el país. Kate era la que se encargaba de curar todas las penas de Calum. Tan sólo su presencia hacía que el estado de ánimo del moreno cambiara.
A la vista de todos, eran la pareja perfecta y parecía que iban a estar juntos toda la vida, algo así como Ashton y Merida. Pero había una gran diferencia entre ellos y Calum y Kate.
Merida podía dejar ir a Ashton, sin embargo, Kate le impedía avanzar al joven bajista.
－¿Vas a irte, de verdad?－preguntó la pelirroja.
El chico había llegado emocionado a casa de su novia, después de haber recibido la noticia de que se iba de tour con la banda Hot Chelle Rae, aunque la reacción de la chica no fue la que él esperaba.
－¿Vas a dejarlo todo por un estúpido sueño?
Un estúpido sueño.
Esas tres palabras fueron las que hicieron mella en el corazón de Calum. No podía creer lo que escuchaba. El moreno estaba dispuesto a enfrentarse a cualquier cosa por hacer feliz a Kate, pero cuando finalmente él conseguía algo que llevaba anhelando tanto tiempo, la joven no le dio importancia.
Lo despreció.
Recordaba las palabras que la pelirroja le había dicho cuando se fue dos meses el último verano a un campamento de animadoras.
Todo esto lo hago únicamente por ti, siempre me animas a conseguir lo que quiero y eso estoy haciendo.
¿Por qué Kate no era capaz de darse cuenta de lo importante que era esa oportunidad para él? ¿Por qué no podía ser como Merida? La chica se había lanzado a los brazos de Ashton tan pronto como escuchó la noticia, repitiéndole una y otra vez lo orgullosa que estaba de él.
De todos ellos.
Y ahí es cuando Calum se dio cuenta. Una persona que no se alegraba por lo que conseguías, no era una persona que te quería realmente, así que decidió terminar esa relación que parecía infinita.
Sus amigos le repetían una y otra vez que Kate no era una chica que realmente valiera la pena, y Merida le decía constantemente que le arrancaría los pelos si se le pasara por la cabeza hacerle daño al moreno.
Ahora, acordándose de todo en ese bar de Tokio, se daba cuenta de que llevaba demasiado tiempo dormido. Los demonios de su pasado insistían en quedarse juntos a él, trayendo de vuelta todos esos recuerdos dolorosos.
－¿Cal, te encuentras bien?－la pregunta de Hope Evans hizo que el bajista reaccionara.－Parece como si hubieras visto a un fantasma.
Él sacudió la cabeza.－No es nada, sólo... No es nada, da igual.
－¿Seguro?－cuestionó Ashton Irwin.－No parece que no sea nada.
－Estoy un poco mareado. Ya sabéis, la bebida y tal.－se excusó, poniéndose de pie.－Voy al baño un momento, enseguida vuelvo.
Abandonó la mesa y se fue hacia los servicios. Se apoyó en uno de los lavabos y se miró en el espejo, preguntándose a sí mismo si de verdad valía la pena seguir martirizándose con los recuerdos de su pasado.
Calum lavó su cara con agua fría y tocó el bolsillo de su chaqueta, notando su cajetilla de tabaco. Salió a las calles de Tokio y la brisa lo recibió. Después de sacar un cigarro del paquete y encenderlo, se apoyó en una de las paredes. Dio una calada y echó el humo por la boca.
Las puertas del local donde estaban sus amigos se abrieron de par en par, y una chica morena salió agitada. El australiano frunció el ceño al verla.
La chica se puso a caminar de un lado a otro, mientras pasaba los dedos por su larga melena, y murmuraba algo que no se podía entender. El moreno decidió acercarse a ella.
－Oye, ¿te encuentras bien?－preguntó, tocando su hombro.
Ella se giró bruscamente, con los ojos abiertos de par en par.－Sí, no es nada. El estúpido de mi agente intenta que firme un estúpido papel para empezar una relación falsa con un actor que no conozco. Le he tirado un vaso de tequila encima y ha enfurecido. ¿Me das una calada?
Las comisuras de Calum se torcieron hacia arriba y le ofreció el cigarrillo. Ella dio una calada y se lo devolvió, mientras echaba el humo.
－Soy June, por cierto. June Watson.
－Yo soy...
－Calum Hood, ya lo sé.－lo cortó.－He visto a un montón de chicas persiguiéndoos hasta aquí y gritando vuestros nombres.
－Oh.－murmuró él.－Pues un placer conocerte, June.
－El placer es mío, Calum.
Las puertas del bar se abrieron de nuevo y ambos se giraron. Un hombre de mediana edad gritó ¡June! y ella sonrió. Se quitó los tacones que llevaba y los cogió con una mano. Con la otra, marcó un número de teléfono.
－Nos volveremos a ver, Calum.
Dicho eso, echó a correr descalza y se perdió en las calles llenas de coches de Tokio, dejando a Calum pasmado por lo que acababa de pasar.
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Me ha costado pero aquí está. ¡Calm ha empezado oficialmente! WOOHOO.
Bueno, este capítulo ha sido corto pero ya han aparecido Calum y June, aunque June solo haya aparecido unos segundos. Además, esto ocurre después de Woke Up In Japan, en Youngblood.
¡Espero que os haya gustado muchísimo! Nos vemos mañana en No Shame, que es mi favorita de todas. ¡Love u!
