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_Por favor, podría calmarse. — Dijo un joven a la joven pelirroja que no dejaba de moverse y hacer sonidos con la boca.

_Usted siga durmiendo. — Respondió sacando el chupete de la boca, que hace pocos minutos había sacado de su bolsillo.

_Ya niña, deja dormir a las personas. — Habló la pelinegra que estaba a un lado suyo y aún con los ojos cerrados pudo percibir la pequeña discusión que se armo.

_Pero yo no e hecho nada. — Se quejo Sam.

_Bienvenidos a Seúl, muchas gracias por su preferencia. — Habló una joven tras el comunicador.

_¡Llegamos!.

Las dos chicas se levantaron de su asiento, una con flojera y la otra dando pequeños saltitos de la emoción.

_Waa~ es hermoso.

_Ah, el clima sigue siendo horrible.

Ambas se fueron en busca de sus maletas.

_Jennie.

_¿Que quieres?.

_Quiero pintarme el cabello.

_Hazlo cuando estés sola ¿de acuerdo?.

_No~, yo no conozco muy bien este lugar. Me voy a perder.

_Al menos sabes hablar inglés, eso te salvará. Bueno ahí viene mi maleta, adiós y espero no volverte a ver.

_¡Oh! Ahí también viene mi maleta.

_Mierda. — Susurro para si misma la pelinegra.

_Te queda el color natural de tu cabello, no lo dañes.

_Pero mira a tu alrededor, algunas chicas lo tienes de diferentes colores ¡y se les ve hermoso, yo también quiero!.

_Tu lo tienes rojizo y es natural, es horrible decolorarse, te maltrata el cabello.

_Para eso existe un tratamiento, duh. Quiero ponerme castaño, anda siempre e querido tener el cabello castaño.

_Joder, esta bien. Pero después cada una por su lado ¿entendiste?.

_Sip, aparte quiero ver la cara de mi amigo cuando me vea así.

_Por lo que escucho hablas mucho de tu amigo.

Ambas empezaron a caminar junto a sus maletas a tomar un taxi.

_Si~, él no es muy cariñoso conmigo, pero el me engrie mucho.

_¿Acaso te gusta?. — Preguntó la pelinegra y al ver el sonrojo que apareció en las mejillas de su acompañante lo confirmó.

_Me gusta como amigo. — Murmuró Sam acomodandose un mechón sus cabellos.

_Si, claro.

_¿Y como es tu amigo?. — La pelinegra antes de responder paro un taxi y empezó a meter su maleta, también la de Sam. Ambas ingresaron al automóvil.

_A la peluqueria "Mercury". — El taxista asintió y empezó a ponerse en marcha.

_Él en ese entonces no era tan cariñoso, pero me protegía como si fuera su propia hermana.

_¿En ese entonces?, ¿Acaso no se han vuelto a ver?.

_No, un día él simplemente desapareció. Yo quiero reunirme con él.

_Ugh que tonta, mejor vamos con tu amigo. Después yo...

_No, tu también te vas a encontrar con tu amigo y por lo que veo quieres sorprenderlo ¿No es así?.

_Si, pero...

_No hay peros, aparte estoy un poco nerviosa. No lo e visto en 10 años.

_Wao~.

_Llegamos señoritas. — Aviso el conductor.

Ambas bajaron y pagaron e ingresaron a la peluqueria.

Alli estuvieron como 3 horas.

Ambas salieron del lugar, una de castaña y la otra con un nuevo peinado.

_Te queda el castaño, quien lo diría.

Jennie no puede creer que este en busca de su mejor amigo con una completa extraña que conoció en Canadá.

_Ahora ¡Vamos por tu amigo!. — Dijo la ahora castaña.

_Segun la secretaria de Canadá, en este lugar está él.

_¡Oh! Yo también voy para allá ¡Esto si que es una coincidencia! ¡Capaz nuestros amigos también son amigos!.

_Yo pienso que me estas siguiendo.

_No, que dices. En serio yo también iba por allí.

_Si tú lo dices.

Ambas nuevamente tomaron un taxi y con todo el peso de sus maletas se fueron al lugar que la pelinegra indicó al conductor.

Cuando ambas llegaron dejaron en recepción encargadas sus maletas.

_Disculpe. — Jennie habló.

_¿Acaso en este lugar trabaja alguien de nombre Kim Namjoon?.— Preguntó la pelinegra. Ambas, como la recepcionista y como Sam, quedaron sorprendidas.

_Si, el señor Kim es el nuevo presidente.

_¡Kim Namjoon!. — Grito Sam a Jennie, ella asintió confundida. —¡Joder, esto sí que da miedo!.

_¿De qué hablas?.

_¡Oh, señor Kim!. — Llamo la recepcionista alzando su mano y viendo en dirección contraria a las dos chicas.

Ambas voltearon y lo vieron caminando junto a alguien a su lado.

Sam al reconocerlo corrió hasta él y lo abrazo. Jennie se quedó muda y no sólo ella sino también la otra joven que estaba a su lado.

_¿Sam?.

_¿Quién más, tonto?.

_¿Jennie?. — La mencionada asintió con una sonrisa.

Pero la vision de la pelinegra se plantó en la joven que acompañaba a su mejor amigo y al reconocerla casi se le cae la quijada.

_¿Tú?.

_Hola Jennie, a pasado un buen tiempo. — Saludo seria.



¡Gracias por leer! 🌼🌼

¿Podemos ser felices?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora