"YO LO SUPE ANTES"

"YO LO SUPE ANTES"
Por: Limna Soto

(Mi corta historia parte de algunas escenas del Manga, Ánime y Novela, Candy Candy La Historia Definitiva. Los personajes no me pertenecen, y la historia es solo producto de mi imaginación.)

Y es que... si ella viera lo que yo veo, no dudaría en hacer un punto y aparte en la historia de su vida.

Si ella observara lo que yo, entendería que el universo está conspirando a favor de ella, para llevarla a la magnífica felicidad que tanto ha buscado.

Todos los días, infalible e invariablemente, soy testigo de un inmenso y hermoso amor que reviste a dos personas que aún no se dan cuenta de que son almas que se complementan a la perfección. Igualmente veo muchas contrariedades en los silenciosos momentos en que él, sentado en el sofá, se queda como perdido en sus pensamientos. Como indagando en su memoria aún ausente, -o bueno, eso es lo que ella cree-. Como cuestionando la posibilidad de sus sentimientos. Como descifrando qué podría deparar el futuro a ambos, si él reconociera lo que siente.

Pero luego lo veo sonreír. Así, como muy apenas, como que incrédulo. Voltea sigilosamente a ver el par de tazas que ella compró para ambos; la mesa que ambos comparten desde hace varios meses y que suele arreglar con flores para que ella disfrute sus alimentos; la ventana por la que holgazanamente ella tira el agua del florero... y mueve su cabeza de un lado a otro, ante la inminente realidad que le azota desde hace semanas: está perdida y locamente enamorado de ella, como si fuera un adolescente! Y no puede dejar de pensarla! Ahora, le escucho decirse la pregunta de siempre: "será posible que ella sienta una pizca de lo mismo?"

En defensa de ella, debo decir que a juzgar por sus seguro 10 años menos, es inquieta, y muy despistada por naturaleza. La oigo hablar siempre, y repetir y repetir lo mismo a él, quien pacientemente escucha.

Definitivamente... soy privilegiado.

Me he dado cuenta yo, aún mucho antes que el y que ella, por supuesto.

Es una convivencia sin tapujos la que presencio. No hay reservas ni actuaciones ni conveniencias... todo es y fluye tan natural, sincera y espontáneamente que pareciera que este par se pertenecen desde ayeres inimaginables.

Hoy es domingo, y ellos han regresado... los veo distintos. Él nervioso; y ella, como... "apenada"? Acaso está como "ruborizada"?

Caray! Qué pasó aquí? De qué me perdí?

— Albert... mmm, este, voy a tomar té. ¿Gustas un poco también?

— Si, por favor.

Torpemente, toma la tetera para hervir el agua. Tira un poco y se regaña a sí misma.

Él se acerca para ayudarle a limpiar, y una vez que termina, le dice:

— Candy... no era mi intención intranquilizarte. Nada tiene que cambiar entre nosotros. De hecho, te suplico que no cambie...

— Bueno, es que yo... tú... el sándwich... tus palabras en el picnic... tu sinceridad al decírmelas... yo, simplemente no sé cómo interpretar lo que quisiste decir. Vaya, creí que ya compartíamos todo; y no obstante siento que ahora es distinto. Cómo decirlo... me sorprendió, y a la vez... — dice mientras se sienta en una silla y pone sus codos en la mesa y las manos en su barbilla — a la vez me gustó que lo dijeras. Pero...

— Pero quizá debí ser más específico, quieres decir? -ahora él se acerca, y arrastra una silla para quedar a su lado y sentarse- Necesitas saber porqué, si ya compartíamos todo, porque ahora te lo propongo?