El Ciervo

El inicio

Capítulo #2

-Dime por favor sobre mis verdaderos padres- dijo el pequeño niño casi rogando por esa verdad.
-En ese pequeño retrato que usted ve esta su madre un omega- el niño se acercó a ese retrato donde se veía un joven de cabello negro azulado y unos hermosos ojos al igual que su radiante sonrisa.
-¿Donde está?¿Y mi padre quien es?-
-Su padre era gobernante de un hermoso reino que esta más a dentro del bosque, un alfa de gran carácter y amoroso esposo-
-¿Por qué no están aquí? ¿que pasó con ellos?- preguntó más insistente.
-meses antes de que usted naciera se desató una pequeña lucha por los territorios de su padre ya que le habían quitado a uno de sus mejores obsequios, así le pareció a el pero será mejor si le digo desde que sus padres se conocieron- el niño más tranquilo se sento a escuchar tal relato.

***†años atras†***

-Esta noche es más tormentosa y fría que otras, espero mis padres estén bien- dijo un omega de mirada azulina cuando escucharon la puerta abrirse. -Papá!! Mamá! - se dirigió hacia ellos para ayudarles a cambiar sus abrigos.
-Mañana será un gran día mi pequeño, deberías estar descansando- decía su madre con alegría .
-Ya no soy pequeño mamá tengo 16 años- al decir eso sus labios formaron una gran sonrisa.
-Tienes razón y por ello tendrás que cuidar la casa por unos días, tu padre y yo saldremos por unos días, ya sabes la rutina- dijo su padre.

Con esa pequeña conversación se disponían a dormir pues por la mañana tendría que despedir a sus padres. Y así transcurrió la noche dando pase al amanecer.

-No olvides que si sucede algo vayas con Madame ella se ocupará de ti- decia su madre.
-Mamá nunca ha pasado nada y menos ahora- gritaba mientras veía a sus padres irse, agitando la mano como señal de despedida y con una sonrisa.

Así con el día avanzando el joven se dispuso a ir al pueblo por comida y ya en su pequeña casa a cuidar de su caballos color negro, al igual que hacerse cargo de lo habitual. Habiendo llegado rápido la noche donde se escuchaban caballos acelerados a lo lejos y un disparo que lo alertó, saliendo de su casa vio a los dos grandes animales pasar corriendo sin los jinetes y sin pensarlo siguió el rastro que habían dejado para así descubrir a dos hombres uno con un orificio en la cabeza y el otro con una gran capa cubriendo su cuerpo y una herida en el costado.

-Aun respira- dijo el azulinoazulino, casi arrastrando al gran hombre azabache para llevarlo a su casa. Ya dentro lo subió a su cama y empezó a limpiar la herida de el azabache.

-¿Quien eres?- se le escucho susurrar al alfa.
-Mi nombre es Ciel, te encontré herido así que te traje para curar tus heridas- decía mientras secaba la frente del azabache.
-Eres un ángel- sonreía para el menor.
-Al parecer ya estas mejor así que te dejaré dormir- dijo saliendo del cuarto.
-Mi nombre es Sebastian mucho gusto- grito para que el menor lo escuchara.
-Tonto- susurrando se iba a otra habitación.

Y así se dispuso a pasar la noche ambos aún pensando en los ojos del otro y sonriendo por esa pequeña charla, sin saber que el día siguiente podría ser peor para ambos.

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