Pequeño

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Capítulo #17


Así el joven príncipe crecería lejos de sus padres, en la casa de sus abuelos se crió junto a su joven tía.

El pequeño tuvo una vida normal, no como lo esperado pues a pesar de que los años pasaron el hechizo también estaba en el, impidiéndole crecer como los demás niños. Sin importar nada fue la adoración de ambas familias, así cada vez que lo veian recordaban a sus hijos y hermanos que se encontraban lejos temerosos de lo que pasará.

El niño crecía apenas para aparentar casi ocho años cuando su abuelo enfermó gravemente teniendo como tiempo después el destino de la muerte, muchas personas lo lamentaron porque a pesar de ser un humilde comerciante era el padre de uno de los miembros reales más queridos , murió con el deseo de ver al menos por última vez a su adorado hijo que podría estar sufriendo.

La abuela del príncipe siguió con su crianza para hacerlo un buen caballero, iba rara vez al nuevo pequeño palacio donde gobernaba el hermano mayor Brad y su esposa Mey-Rin, ya que la reina a pesar de tener aún buena salud decidió dejar a cargo a alguien nuevo, el joven vagaba por los pasillos y jugaba con las mascotas al igual que cuidaba de ellos.

-Abuela, cuentame de nuevo como son mis padres- decía el menor a Rachel.
-Tu padre Sebastian es valiente, temerario y demasiado encantador, no por nada Ciel esta con el, no se rinde fácil pues a tu hermano mayor lo estuvo buscando día tras noche, a mi parecer es un alfa dominante que puede ser peligroso. Ciel es un omega precioso, de buenos modales,  un corazón precioso y muy grande. Lo siento mi niño ya no puedo recordar muchas cosas-
-No te preocupes abuela, cuentame el día que nació mi hermano si lo recuerdas-
-Su llegada fue muy repentina, tu padre y abuelo estaban demasiado nerviosos, todo paso tan rápido, de un momento a otro mientras ayudaba a tu madre recuerdo que se escucho un pequeño llanto, fue un varón idéntico a tu padre y tenía el mismo lunar que tu abuelo, recuerdo lo celoso que se puso pero lamentablemente no tuvo un final feliz-
-¿Donde estan ellos abuela? -
-Ellos están dentro de un castillo que esta más aya de lo que ves del bosque, era un reino hermoso-
-¿Por qué no están aquí?-
-Porque si viniera todo podría ser caótico para el pueblo tendríamos que irnos de nuevo por el frio-
-Deben sentirse muy solos abuela-

Así tiempo después ambas mujeres mayores habían fallecido, el niño era cuidado por su tía a quien  ahora llamaba mamá y su esposo, no volvió más al pequeño castillo en su lugar se ocupaba de ir a las afueras del bosque donde la nieve ya podía verse acumulada intentaba ver lo más adentro posible pero siempre parecía haber tormentas.

Actualida

-Hemos llegado mi señor- decía aquel ciervo dejando bajar al menor.
-Si que da miedo, los muros son enormes y están congelados al igual que la reja, nunca... -

No tuvo oportunidad de terminar cuando vio una pequeña niña correr frente al portón deteniéndose frente a el.

-¿Quien eres?- decía curiosa la pequeña peliazul.
-Soy el príncipe de aquí-
-Emma vuelve, no puedes ir tan lejos- llegaba corriendo el azulino, quedándose quieto ante el azabache menor -¿Azael?- estiró sus manos entre la reja hacia el rostro del menor, quien se acerco al contacto.
-Madre- lloraba entre sus manos al sentir ese cálido tacto.
-Azael, nunca pense que llegaría a verte otra vez, espera un momento-

El azulino se separó de la reja tomando la mano de la pequeña, comenzando a jalar las cadenas intentaba mover aquella estructura que los separaba, sin éxito alguno segundos después fue ayudado por su esposo logrando así su objetivo, ambos extendieron sus brazos hacia el joven que corrió presuroso a su encuentro.

La familia incluyendo a la pequeña Emma que no entendía que pasaba al fin se había reunido.

-Pensé que a ti también te perdería, pensé que también no volverías- decía el azulino entre el llanto mientras acariciaba el cabello de su hijo quien se encontraba en su pecho abrazandolo.
-Pensamos que nunca te contarían de nosotros como se los pedimos- al fin hablaba el azabache quien sorprendió al menor.
-Mi abuela Rachel me contaba sobre ustedes y aveces mis tíos-
-Sabía que no lo cumplirían- reía el azabache.
-Cariño hoy íbamos a dejarle flores a tu hermano mayor nose si tu quisieras acompañarnos al fin podrian conocerse-
-Me encantaría-

Sebastian había abrazado por el cuello a su hijo mientras Ciel tomaba la mano de su pequeña quien llevaba las flores, llegando al lugar.

-Aquí es donde está, vamos Emma deja las flores-

Así después de unos segundos en silencio la pareja salía del lugar tal cual llegaron.

-¿Te quedarás Azael?- decía el azabache mayor.
-Claro que si padre-

Parecía que la pareja estaba tan feliz que ni siquiera se habían dado cuenta que la nieve empezaba a irse tal y como llegó, asi al fin dándole paso a la primavera que hace años no se presentaba.



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Esto aún no termina.
Trataré de subir uno entre semana porque al fin llegó la felicidad y eso a mi también me hace muy feliz.
Espero les aya gustado y la apoyen con su estrellita y comentando que les pareció.
Nos leemos la próxima.
Los amo.

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