Un gran obsequio

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Capítulo #12

La pareja parecía no dejar ir esa sonrisa que tenían desde días atrás cuando se festejo su gran boda, el mayor se escapaba de los deberes como rey para estar junto a su pequeño esposo y disfrutar su tiempo de pareja, por otro lado el menor escapaba de varias visitas que tenía que hacer para juntarse con el mayor.

-Cariño debo irme, necesito arreglar unos papeles- decía el azabache mientras besaba el cuello del menor.
-Pero no hemos terminado- el menor genial mientras acariciaba el cabello del mayor.
-Terminaremos esto más tarde y será mejor- se levantaba de entre las piernas del menor.
-Esperare por ti todo el día- sonriendo se levantaba el menor -no tardes tanto-

Así las tardes de todos los días pasaban, parecía que la vida de todos había mejorado. Los hermanos menores del ahora rey se encargaban de los asuntos del palacio y los padres de la ahora reina se habían mudado al reino con su pequeño negocio que prosperaba en este nuevo lugar.

El joven azulino era aún más feliz que antes, pues el amor cambia todo hasta su figura con ese bebé que crecía en su interior y cada semana más aumentaba su pequeño tamaño que ahora se notaba mucho más pues tenían ya más de cuatro meses.

-Sebi, cariño yo aún te gusto ¿verdad?- decía desanimado el menor.
-Claro que me gustas, y más con esa barriguita hermosa donde está nuestro bebé- ponía al menor sobre sus piernas acariciando su abultado vientre.
-Esta bien, sabes ya se mueve un poco más, lo hace mucho cuando estas cerca-
-Apuesto que se parecerá a ti- decía besando la mejilla del menor.
-Yo pienso que será igual a ti, tendrá tu cabello, tu mirada, tu sonrisa- ilusionado decía el menor acariciando las manos de su esposo -será perfecto como tu-
-Sabes... A pesar de como paso todo esto, pienso que todo esto es maravilloso, eres tan cálido y eso es asombroso-
-Ya casi es el momento de tenerlo, que duerma con nosotros, tener que cuidarlo, esto es emocionante y perfecto- volteando abrazaba al azabache y escondía su rostro en el pecho de este.
-Lose solo falta casi un mes y siempre pareces estar más feliz-
-Te dejaré trabajar un momento más, tenemos que visitar a mis padres mañana, recuerda que acaba de nacer mi hermano menor-
-Es verdad, había olvidado que teníamos que ir-
-Eres un tonto ¿Cómo olvidas algo tan importante para tu esposo?-
-Solo bromeaba, llevo bien la cuenta de lo que hago-

-Mamá, ya llegamos- anunciaba el menor entrando a la ahora casa de sus padres.
-Hola cariño, te ves tan adorable asi- decía su madre abrazando a su hijo.
-Les trajimos un pequeño obsequio para el bebé- decía el azabache.
-Sabes no necesitamos ese tipo de detalles viniendo de ti-
-Yo lo elegí papá- dijo el azulino.
-En ese caso parece que no puedo rechazarlo-
-Tu padre me odia- susurraba el mayor para el menor.
-Cariño eso lo dijo desde que nos casamos- una pequeña risa se le escuchaba al menor.
-Sebastian porque no ayudas a mi gruñon esposo a colocar el regalo en la habitación,mientras Ciel y yo preparamos el almuerzo-
-Como ordene- decía el azabache siguiendo a su suegro.
-Espero sepa armar una cuna su majestad-
-De hecho yo he preparado la habitación de mi hijo el cual esta esperando el suyo-
-Solo eres un pequeño bastardo-
-También lo quiero-

Los hombres mayores hacían la tarea encargada, cuando de un momento a otro se escuchó un plato caer y la silla recorrer el suelo, alarmando al azabache que por instinto sabía que algo pasaba con su esposo llegando a la cocina se dio cuenta que estaba en lo cierto.

-Sebi, cariño el bebé se adelanto, ven por favor- estirando su mano para que la tomará el mayor
-Demos llevarte con un doctor- dijo entrelazando sus dedos
-No llegaré amor, por favor quédate a mi lado, tendremos al bebé con ayuda de mi madre- agitado decía el menor, mientras apretaba la mano de su esposo.
-Llevalo a nuestra habitación será más cómodo- decía Vincent mientras sacaba agua caliente y corría de un lado a otro, mientras Sebastian llevaba a Ciel.
-Eres un hombre maravilloso- decía la mujer a su esposo mientras iba detrás de su hijo -ahora está todo listo hijo, vamos a traer a este bebé-

El mayor de quedaba a su lado tomando su mano que era apretada cada cierto tiempo mientras la madre de su amado hacia la tarea más laboriosa, minutos más tarde cuando las contracciones se detuvieron se escuchaba el pequeño llanto de un bebé el cual le era entregado a la pareja.

-Sebastian es idéntico a ti- dijo el azulino quien sostenía al pequeño y descubría su rostro.
-Lo hiciste muy bien cariño- besaba devotamente la frente del menor.

Los padres del joven veían la conmovedora escena, cuando uno de ellos escucho un alboroto fuera así que ambos salieron.

-¿Cómo esta el bebé?- dijo la madre de Sebastian dando a entender que todo el reino ya lo sabía pues todos estaban reunidos fuera.
-Es un varón saludable-

Al unísono todos celebraban al pequeño príncipe que había llegado hace unos momentos, mientras los reyes aún dentro sonreían con la llegada de su primogénito quien como rasgo distintivo tenía un lunar debajo del ojo izquierdo tal como su abuelo.


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Tarde pero aquí está, espero les guste y apoyen esta historia, también visiten las demás y siganme.
Los amo.

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