En un pequeño pueblo alejado en las montañas se contaba la historia que en su bosque color blanco vivía un animal hermoso que cuando lo encontrarás te podría contar la historia de amor más hermosa o más triste que hayas oído.
Los personajes no son...
Después de esa ajetreada tarde donde al fin la pareja real pudo tener entre sus brazos a su pequeño bebé, decidieron que era mejor quedarse en aquella pequeña casa de sus padres unos días, pues el recien nacido aún era delicado para el frío de aquel lugar.
-Mira Sebi como juega con mi mano- emocionado el menor no paraba de mencionar lo que hacia su pequeño -mi padre se pondrá furioso al ver que es idéntico a ti y tiene el mismo lunar que él- -Ni lo menciones me matara en ese instante- sonriendo y dejando que su hijo tomara con sus pequeñas manos sus dedos. -O tal vez se ponga feliz de que lo haya heredado- el bebé empezaba a llorar, extendiendo sus manos para jalar la ropa de la ahora madre. -Parece que tiene hambre- decía el azabache. -Pero como le daré de comer- acomodando a su hijo decía el azulino. -Solo levanta tu ropa, acercalo a tu pecho y deja que el tome todo lo que quiera-
Haciendo caso a su esposo el menor seguía sus instrucciones, cargando cuidadosamente al bebé que con sus manitas acariciaba la piel del pecho de su madre y se aferraba a este como si no se saciara.
-Duele un poco, creo que ya no tengo más para darte- cabizbajo decía el azulino. -Solo cambialo de ya sabes de pecho- -Suena raro si lo dices así- obedeciendo lo cambiaba. -Me hubiera gustado más si hubiera sido idéntico a ti- -A mi me gusta más así- se escuchaba la voz de la madre de Ciel quien tocó la puerta tres veces -pasen- cubriéndose dejó que los tres adultos entrarán. -Vine de inmediato cuando me enteré que mi nieto había nacido- decía la entusiasmada azabache. -Madre no tienes que decir lo que se ve a kilómetros- haciendo una mala cara.
Así la pareja pasó lo que quedaba del día en compañía de los padres de ambos hasta que llegó la noche y cada quien se disponía a dormir.
Los padres primerizos eran aconsejados por la madre del azulino que les daba indicaciones de como dormir al bebé y como acostarlo, así después de largos minutos ambos se acostaron a los costados del pequeño, Ciel acariciaba su cabello con devoción sin querer despertarlo mientras que Sebastian admiraba aquella escena que nunca había imaginado, ahora dormirian como una verdadera familia.
Por otro lado se veía a los jóvenes padres de Ciel charlar en la Sala frente una chimenea.
-No estés celoso Vincent, Ciel siempre será nuestro hijo y mira otro lado ahora eres abuelo de un bebé muy lindo- animada acariciaba las manos de su esposo. -No estoy celoso, solo pensaba en lo rápido que pasó todo esto, apenas hace más de medio año vivíamos en otro lugar y era nuestro cachorrito- -Ya lo vez estas celoso, pero recuerda que tenemos un hijo más por el cual preocuparnos- -Lose, lo peor es que creo que empiezo a aceptar a Sebastian en la familia- -Eso me alegra, no sabes que tensión se sentía cada que nos visitaban, el te respeta y que le hayas amenazado de muerte el día que se casaron no ayudaba en mucho- -Solo no quiero que Ciel salga lastimado nunca, tanto tu como yo sabemos lo problemático que puede llegar a ser un alfa- -Vincent hemos convivido con Sebastian estos meses y sabes que nunca podrá ser como los demás, es tan devoto a nuestro hijo y a su familia, tu mismo viste como se portaba hoy con el bebé y como apoya a Ciel al que realmente nunca le enseñamos sobre como debería cuidar a un bebé cuando lo tuviera- -No me reproches ahora, nunca pensamos que lo tendría tan pronto, y ya lo que dices eso me tranquiliza que alguien así este con el- -Ya veras que siempre será feliz a su lado-
Así todos daban paso a un nuevo amanecer, donde se escuchaban dos llantos de bebés, uno ya era calmado por sus padres mientras que los nuevos padres averiguaban la razón del porque lloraba.
-Tal vez tiene sucio el pañal- decía el mayor atinando al motivo del llanto. -Cambialo entonces- con la nariz tapada decía el menor. -Pero tienes que ver como hacerlo- entre risas el mayor comenzaba a limpiar a su hijo que imitaba las risas y carcajadas de su padre. -Se parece en todo a ti, mira que lindo es- emocionado jugaba con las manos de su hijo. -Sera un buen niño- embelezado decía. -Y tu un gran padre- besaba la mejilla del mayor ante la mirada atenta del pequeño. -Debemos darle un nombre- -Ya lo había pensado se llamará Astrel- -¿Cuanto tiempo pensaste en nombres y no me preguntaste? - -Desde que supe que este bebito hermoso vendría- -Te amo, eres asombroso, nos diste a nuestro pequeño Astrel y pensaste en todo momento en el- -También te amo-
Así se regalaban un cálido beso que fue interrumpido por la pequeña risa del bebé.
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Holaaaa, espero les haya gustado y gracias por comentar nombres para el hermoso bebé que no duden serán ocupados más adelante. Apoyen esta historia y visiten las otras. Los amo. ♥
