Capítulo #11
Tres días y cuatro noches habían pasado después de haber elegido todo para la boda y haber encargado a los empleados del palacio iniciar con los preparativos de la gran boda que celebraría todo el pequeño reino junto a los padres de la adorable "novia".
-¿Por qué?- decia el menor al sentir como estaba siendo apretado el vestido.
-Al parecer ha crecido un poco estos dias-
-Pero si solo fueron tres días, tal vez no lo haces con fuerza-
-Me da miedo lastimarte Ciel- decia en un suspiro el rubio jovencito omega.
-No pasará nada ni siquiera siento si lo aprietas-Dicha conversación era amena y al fin lograban colocar el vestido tal y como era, claro con ayuda de las demás pues el rubio no dejaba de sentir cierto pavor al ajustarlo. Por otro lado se veía al mayor dando vueltas por el salón principal del palacio solo esperando la hora para unir su vida con la de aquel pequeño joven.
Todo adornado de blanco y azul tal como la reina lo había ordenado, un altar gigante con flores que se pidieron únicamente para esa ocasión en color azul y rosado pálido, todas las velas de los candelabros encendidas, todos aguardando la llegada del menor que sería casi en una hora, unos tratando de tranquilizar al ahora su majestad y otros revisando que cada detalle incluyendo lo más mínimo estuviera en su lugar.
Lejos de aquel ajetreado lugar se veía una emocionada mujer que intentaba llevar casi arrastrando a su esposo a la boda de su hijo, mientras un carruaje los esperaba fuera.
-No insistiré más, por mi puedes quedarte entonces, no pienso seguir rogando para que vayas-
-Solo felicitalos de mi parte, al final creo que me equivoqué y no podría verlos a la cara- decía un frustrado Vincent.
-Lo haría más feliz si tu se lo dijeras en persona-Sentenciando aquello la mujer salía de su hogar y subía al carruaje que la llevaría al tan esperado suceso.
Todo en su lugar, y se escuchaba la marcha nupcial, la puerta se abría en par y dejaba ver a un pequeño joven con un gran vestido blanco temblando de nervios mientras su madre dejaba que la tomara del brazo, sabía cual difícil era ese momento y más porque no dejaba de ver al hombre con el cual uniría su vida.
-Cuidalo mucho es mi tesoro- decía la mujer para entregar la mano de su hijo al azabache el cual lo llevaba hacia el altar.
Ambos temblaban pero uno debía darle fortaleza al otro y eso era difícil pues apesar de tener el velo entre ellos podía ver aquellos ojos azules que lo cautivaron desde el primer instante. Tiempo después se escuchó lo que el mayor más ansiaba.
-Ahora puede besar al novio-
Dicho esto el mayor levantó el velo del menor dejando ver que al parecer había más belleza hoy en su rostro junto a un leve sonrojo que aumento al sentir sus labios unirse con los del otro. El salón estalló en aplauso y gritos de alegría por la joven pareja que ahora serían sus gobernantes, daban paso a la música y la pareja de recién casados se sentaban en el trono para ver la alegría que todos compartían por esta unión.
-Nunca creí que el día en que pasará esto tantas personas se alegrarian y compartirían conmigo- ilusión se notaba en las palabras del joven omega.
-Por un momento pense que perdería ante los nervios- riendo decía el mayor.
-Me temblaban horrible las rodillas, aunque me hubiera gustado ver a mi padre aquí-Como si de un hechizo se tratará los guardias entraron anunciando la llegada del padre de Ciel, con el aliento algo agitado entraba pero no por eso teniendo una mala apariencia, al parecer había puesto empeño por asistir presentable, su esposa se le acercaba para darle un poco de agua mientras el azabache a la defensiba se levantaba del trono siendo sostenido por el azulino.
-Ciel, hijo mio- extendía sus brazos para que su pequeño lo abrazara y así fue, tomando su largo vestido el menor corría y se lanzaba a los brazos de su padre siendo seguido por su ahora esposo -se feliz y nunca dejes que nadie te lastime aún que lo haga en nombre del amor-
-Sabía que vendría- la sonrisa burlona del azabache se perfilaba en sus labios al decir aquello.
-Solo espero no tener que hacer rodar tu cabeza porque le hagas algo a mi querido hijo Ciel-Su sonrisa era cambiada por una aun más nerviosa, pues puede que haya aceptado el matrimonio, pero no a el como su esposo, parecía que haría cualquier cosa por tener siempre una sonrisa en el rostro de su pequeño hijo. Después de la interrupción, la música sonaba para la pareja en su primer baile dado por entendido que la celebración había terminado.
La joven pareja subía a su habitación, el menor con los nervios a flor de piel había planeado sorprender a su esposo con un pequeño atuendo para su noche de bodas pues le habían metido en la cabeza que era para que fueran felices por siempre, el no dudaba de eso pero valía la pena intentarlo o tal vez era una excusa para ver la mirada lasciva de su esposo sobre el.
-Iré a prepararme al baño no vayas a espiar es una sorpresa- tímidamente decía el menor.
-Mi querido esposo me tiene una sorpresa esta noche que más podría pedir-Tras esa insinúacion el menor dejó escapar una leve risa y fue al baño para cambiarse el gran y ostentoso vestido por un disfraz que podría dejar poco a la imaginación.
-Cierra los ojos-
-Muy bien- dicho esto cerraba los ojos y escuchaba atento los pequeños pasos dados por su pareja.
-Listo puedes abrirlos-El mayor obedecía al menor y cuando logró enfocar bien lo que tenía al frente, no logró ni articular una palabra. El azulino tenía puesto unos zapatos bajos que no aumentaban nada a su altura, sus piernas no eran cubiertas por nada, pantaloncillos que apenas dejaban algo a la imaginación, su torso semi desnudo el cual solo tenía algo cubriendo los botones del menor, dando un toque sutil habia un collar con un cascabel y unas pequeñas orejas de gato todo en color negro.
†***†***†***† †***†***†***
Gracias por seguir esta
historia espero seguir actualizando
seguido, no olviden
votar y comentar
si quieren mi lemon barato.
También visiten mis otras historias y siganme.
Gracias.
Los amo.
♥
ESTÁS LEYENDO
El Ciervo
FanfictionEn un pequeño pueblo alejado en las montañas se contaba la historia que en su bosque color blanco vivía un animal hermoso que cuando lo encontrarás te podría contar la historia de amor más hermosa o más triste que hayas oído. Los personajes no son...