Lo que nunca sucederá

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Yoongi

Dormir con Namjoon es como despertar en los brazos de un ángel. Bueno, es diría la mayor parte de las personas tras dormir con la persona que amas, pero no es mentira, porque de verdad se siente así.

Me duele mi zona baja. Aunque no me sentía como para mantenerme todo el día en cama y menos en una silla de ruedas, es un dolor soportable que de a poco desaparecerá. Alcé la vista encontrándome con su rostro relajado. Ese imbécil sigue durmiendo. Empecé a tocar la punta de mi nariz con mi dedo.

- Déjame... -gruñó por lo bajo. Sacudió su mano frente su rostro y se acomodó.

- Namjoon -murmuré. Nuevamente gruñó-. Despierta.

- Cinco minutos más -contestó.

- No, despierta ahora.

No respondió. Fruncí mis labios y me acerqué más a su cuerpo. Empecé a hostigar su mejilla, conllevando que su rostro adquiriese expresiones que me causaban bastante gracia.

- Basta -dijo.

- No hasta que abras tus ojos y me des claros signos de que estas despierto -contesté.

Namjoon se giró, quedando arriba y a mí sin el calor de sus brazos.

Okey, hasta aquí llegó.

Me senté en su estómago y coloqué mis manos en su pecho, empujándolo contra la cama con todas mis fuerzas.

- ¡Yoongi, ya! ¡Tú ganas! -contestó Namjoon con dificultad.

Cuando mee abrió su ojo derecho por un momento y me sonrió con malicia. De un momento a otro terminé bajo su cuerpo.

- Joder -maldecí.

Namjoon se acomodó en mi hombro y volvió a dormir.

- Eres una molestia -le dije.

- Gracias -murmuró.

Me rendí. Empecé a acariciar su cabello y observar el techo din otra preocupación en mente. Solo éramos él y yo en nuestro mundo

Entonces, escuché el ruido de un auto estacionarse frente a mi casa.

- ¡Vamos, vamos! -dijeron con emoción.

Abrí mis ojos sorprendido. Sentí como mi corazón comenzaba una carrera consigo mismo.

Son mis padres.

- ¡Namjoon! ¡Rápido, tiene que irte! -le susurré alarmado.

- ¿Qué? ¿Por qué...? -murmuró incorporándose nuevamente.

- ¡Mis padres están aquí!

Nunca había vista a Namjoon tan agitado. Recogió su ropa e intentó vestirse.

No nos quedaba mucho tiempo, mis padres ya estaban dentro de la casa.

- ¡Ve al armario! ¡Escóndete ahí! -empujé a Namjoon y lo oculté-. Ni se te ocurra decir alguna palabra.

Bien. Escruté mi habitación en busca de algún desorden: todo normal. Por último, observé mi reflejo; en pijama y con el cabello hecho un lío. Nada que hacer.

Me recosté en mi cama e intenté disimular que seguía dormido. La puerta se abrió y dos personas cruzaron el umbral hasta llegar a mi lado.

- Yoongi.

Una mano se apoyó en mi hombro y me sacudió con dulzura. Abrí un ojo y parpadeé. Las sonrisas de mis padres fueron lo que se adueñaron de mi campo de visión, del mismo modo, una alegría enorme me estaba consumiendo en mi pecho como un niño en navidad.

Todo por nosotros ♡Namgi♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora