Trainer Adam

Capítulo 26.

Capítulo final de Trainer Adam. Dios, siento una mezcla de nostalgia y felicidad en este momento... Esta historia se merecía un buen final y espero que todos puedan disfrutarlo. Muchas gracias por el apoyo y la paciencia que me han demostrado, y no se pierdan el epílogo en el capítulo 27! Es el cierre de oro que había soñado 😊

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-Ustedes dos, ¡apúrense! ¡Debemos salir cuanto antes del estadio!- gritó Pepper a sus amigos, que corrían tras ella en busca de una salida. Claro que no solo los humanos habían emprendido la huida: numerosos pokémon iban entre ellos con diversos grados de nerviosismo, y entre ellos iban Crepa y los demás pokémon de Adam, que habían acudido a alentar a su entrenador desde las gradas. Crepa y su hijo Draco iban montados en Neil, que abría la marcha del grupo dando toques con su cola a los rezagados para que se apartaran del camino.

-Tranquilo, Neil- lo alentó Pepper abriendo una pesada puerta de emergencia.- Todos podremos llegar a la calle, y encontraremos a Adam. Te lo prometo.

-¡Cielos, esa cosa es gigantesca!- exclamó Brian al observar por una ventana al colosal pokémon dinamax. Sus amigos y pokémon se apiñaron alrededor de él para ver también.

-¡Oh, no!- gritó Wensleydale, blanco del susto.- ¡Es el pokémon legendario Giratina! El pokémon del caos... ¡Estamos fritos!

-¡Diablos, contrólate, amigo! Vamos, la salida es por...

Giratina rugió tan fuerte que los amigos y la gente que corría por ese pasillo se estremecieron, y tardaron unos cuantos segundos en recuperarse. Cuando lo hicieron otro grito los interrumpió, pero esta vez de Pepper. Como la joven nunca se asustaba, sus amigos corrieron junto a ella enseguida.

-¿Pepper, qué pasa, por qué gritaste? ¿Estás lastimada?

-¡No soy yo, es Adam! ¡Miren!- dijo señalando a la distancia: Adam y Warlock, montando ambos en Terry el Charizard, sobrevolaban a Giratina y trataban de distraerlo y alejarlo del estadio. Crepa se estremeció.

-¡Nuestro entrenador está enfrentándose a ese gigante, y mis papás están con él! ¡Oh, Neil... tengo miedo! ¡Podrían salir heridos!

El grupo se alejó de las ventanas y continuó su huida por el pasillo de emergencia, ahora con la intención de llegar hasta Adam y ayudarlo. No era justo que solo él y Warlock se enfrentaran a Giratina, dado que los líderes de gimnasio y el mismo campeón habían priorizado evacuar el estadio. Ellos tenían que poner de su parte. Con esa motivación encima, no advirtieron que los seguía otro pokémon. El mismo pokémon blanco, grande y con un arco dorado que había jugado con los pokémon de Adam en el Área Silvestre.

(...)

-¡Por todos los cielos, eso estuvo cerca!- susurró Warlock con el pelo chamuscado, después de que Giratina disparara un rayo en su dirección que por suerte habían logrado esquivar.- Solo el calor de sus ataques es tremendo.

-Lo sé, y lo siento, Warlock. Debes bajar y buscar refugio. No fue justo de mi parte arrastrarse a esto...

-¿Arrastrarme, pero qué dices? No me arrastraste a nada. Yo quiero ayudarte, ¿o acaso pensabas que iba a dejarte solo?

Terry el Charizard aterrizó y ambos jóvenes miraron a Giratina, quien seguía disparando rayos a diestra y siniestra. Habían intentado dialogar con él, suponiendo que un pokémon de ese nivel tenía inteligencia suficiente para entender lenguaje humano. Pero o bien no entendía su idioma o estaba demasiado perturbado por su transformación dinamax como para razonar, porque no había oído ni una sola de sus palabras. Solo había reaccionado con violencia. Adam miró detrás suyo.