Capítulo 9.

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El huevo perdido (segunda parte)

Crowley y Zira volvieron a toda prisa al campamento, Zira sosteniendo contra su pecho al huevo rosado que encontrara abandonado. Adam quedó atónito al ver a sus pokémon volver con aquella sorpresa, y con paciencia logró desentrañar los detalles de cómo y dónde lo habían encontrado.

-Entonces, ¿no vieron un nido cerca? ¿Ningún pokémon salvaje lo reclamó?

Aziraphale negó vigorosamente. Crowley lo corroboró y envolvió protectoramente a su novio, que lucía bastante alterado.

-No tengo ni idea de qué tipo de pokémon es este huevo, pero por lo que dicen estaba abandonado... que terrible... si lo dejamos aquí solo podría correr mucho peligro, pobrecito.- Adam observó la forma maternal con que Zira abrazaba el huevo, y la forma caballerosa con que a su vez la serpiente rodeaba a Zira, y entendió bastante bien lo que estaban haciendo. Crowley y Zira llevaban un tiempo siendo inseparables, quizás estaban de novios, a juzgar por la forma cariñosa en que se trataban. Zira había pasado días cuidando con todo esmero al hijo de Polución, demostrando gran capacidad y fuertes deseos de criar sus propios huevos. Enternecido, Adam concluyó que su querido compañero y el altivo Seviper querían cuidar a aquel huevito juntos, como si fueran sus padres. No podía ignorar unos sentimientos tan puros.
-Zira... ¿quieres cuidarlo tú hasta que nazca? 

-¡¡Sí!!- exclamó el adorable Slurpuff esbozando una sonrisa gigante.

-Si tú y Crowley prometen que van a ser responsables con él, pueden quedárselo. Estamos muy lejos de la ciudad y no podemos ir a un centro pokémon, así que dependerá de ustedes mantenerlo a salvo. ¿Hecho?

-¡Hecho!- siseó Crowley igual de feliz que su esponjoso novio y volteando a verlo a él y al huevo, al que olfateó con la lengua lleno de cariño.- No sé que es lo que seas, pero serás nuestro niño y te cuidaremos con mucho amor. Lo prometo.

Trainer AdamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora