La lluvia caía encima de él y las gotas paseaban por su cara, su cresta estaba desarmada y su pelo caía en su frente. Estaba apoyado en el barandal de aquella gran mansión, pensando en todo lo que hizo solo por amor: abandonó a su mejor amigo, al que había sido una figura paterna para él y traicionó a todos sus compañeros de trabajo por amor.
¿Se arrepentía? ¡claro que no!, ese amor lo hacía muy feliz y llegó a traicionar a todo su alrededor para poder estar junto a él. Aunque había días como este en el cual su cabeza le jugaba en contra y comenzaba a pensar en cosas como ¿que estaría haciendo ahora Gustabo? ¿que pasaría si no les hubiera traicionado? ¿como se deberían sentir los demás respecto a eso?. Miles de preguntas las cuales lo destrozaban internamente y lo hacían llorar por varios horas, como era en este caso.
─Horacio, vamos dentro que te vas a resfriar. ─la voz de su amor, y de su salvación en estos momentos de tristeza se escuchó detrás de él.
Al darse vuelta lo vio allí parado, con un paraguas mientras lo miraba con una sonrisa para intentar animarle. Gringo era su amor, por el cual dejó todo para poder estar juntos y ser felices, y cada vez que lo veía su cabeza bloqueaba todos los pensamientos malos y recordaba que con él todo estaba bien. La traición hacia sus seres queridos no le dolía, su infancia horrible no le afectaba y los recuerdos de cuando nadie lo aceptaba por como era desaparecían, ya que con su amor todo estaba bien. Él lo aceptaba como era, le daba cariño y nunca lo manipularia como habían hecho algunos.
─¿Te quedarás mirándome todo el día?. ─una sonrisa se formó en los labios de Horacio.
Se acercó a su novio, quedando debajo del paraguas y lo abrazó, y por más que el chico estaba empapado Gringo aceptó el húmedo abrazo rodeando el cuerpo del contrario con sus brazos. Al separarse, el de rastas dejó un beso en la frente de Horacio y ambos caminaron dentro.
─No vuelvas a salir fuera mientras llueve por más triste que te sientas, en unas horas estarás resfriado y te sentirás mal. ─habló Gringo, cuando ambos se encontraban dentro.
─¿Pero tu me cuidarás, no?. ─lo miraba a los ojos con una leve sonrisa.
─Claro, eso no lo dudes. ─le volvió a dedicar otro beso, pero esta vez en sus labios─ ahora ve a darte una ducha, te prepararé un chocolate caliente y te lo llevaré.
Horacio sonrió, un leve brillo apareció en sus ojos y dio varios saltitos, como si de un niño pequeño se tratase, haciendo sonreír a su pareja. Se alejó de la sala para ir a darse una ducha, ponerse ropa cómoda y así acostarse.
Mientras tanto Gringo se encargó de hacerle su chocolate caliente, también agarró unas galletas y puso todo en una bandeja. Ellos dos se encontraban solos en la gran mansión, ya que los otros integrantes de la mafia estaban en la ciudad, específicamente en el taller.
Caminó hacia la habitación que compartían con la bandeja en manos, abrió la puerta para poder ver a un Horacio tapado hasta la cabeza y acurrucado entre las mantas.
─Aquí tienes, pequeño. ─al escuchar aquel apodo, Horacio sonrió. Su pareja no solía ser muy cursi, pero cuando lo era hacia que su corazón se derrita del cariño que le generaba.
Le daba igual haber traicionado a los demás, ya que no los necesitaba teniendo al amor de su vida con él.
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Holaa otakos!.
Doble capítulo en una noche, siqsi. Necesitaba escribir algo Gringacio porque en este momento es mi otp, aunque todavía no abandono el barco Volkacio porque soy una 🤡.
Voten, comenten y stan Dimitar.
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𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ⨾ SpainRP ✓
Fanfiction𝗢𝗡𝗘-𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ♡𓂃 ִֶָ ִֶָ [ 𖠾 Pedidos cerrados. ] ❨ Publicación ⨾ 10/07/20 ❩. ₊˚.༄