Capitulo 10

983 117 23
                                    

Donghae estaba de pie dentro del quiosco a la orilla del lago, el agua de éste apenas y se movía por el viento, había unas cuantas hojas secas sobre la superficie y los árboles alrededor estaban pasando de un verde pardo a un anaranjado llameante. Estaba tan absorto en sus ideas que cuando sintió dos manos en su abdomen brincó del susto.

—Para alguien a quien quieren secuestrar no estas muy alerta.- Dijo Hyukjae con burla a su oído a la vez que acariciaba su abultado vientre, apenas tenía tres meses y habían atacado el palacio en seis ocasiones. Si no le hubieran dado la libertad a los esclavos y reclutar a todo aquel que quisiera subir de rango probablemente ya hubieran tomado su hogar.

—Estaba distraído.- Se excusó en un tono que denotaba molesta dejándose recostar en el cuerpo tras el. Su embarazo ya se notaba, llevaba la túnica roja con el dragón dorado a la altura de su estómago. Mentiría sino dijera que está nervioso e inquieto pero aún así trata de mantenerse en calma por el bebé.

—Le atribuiría tus cambios de humor al bebé pero siempre has sido así. Porque en la mañana estabas bastante cooperativo con las piernas abiertas.- Susurra mordiéndole el lóbulo.

—¡Cállate!- Ordena el omega con las mejillas rojas. —Podrían oírte y se supone que no debemos tener relaciones durante el tiempo que éste en cinta.- Le recuerda el más joven sin apartar la mirada de las aguas cristalinas frente a él.

—Eso solo son supersticiones y no tiene nada que ver.- Habla con resolución mis acaricia el vientre de arriba a abajo.

—Hyukjae, gracias por ser más amable conmigo.- Donghae lleva sus manos sobre las del alfa.

—Es por el bebé, deja que nazca y voy a reprenderte como es debido.- Gruñe en su oído dándole escalofríos.

—Eres imposible.- Responde el más joven negando con la cabeza.

El otro solo ríe sin apartar las manos de su vientre, ese bebé ha calmado las cosas entre ambos.

Donghae estaba siendo más abierto ante la sed de sangre del alfa y el otro al diálogo, estaban encontrando un punto medio, un balance entre sus temperamentos. Además se debía agregar que el joven omega tenía una ventaja sobre su esposo, que era nada más y nada menos que el sexo. No es que fuera una tortura el también lo disfrutaba de maravilla.

A Hyukjae le gustaba que fuera cariñoso, podía persuadirlo con toques suaves, palabras dulces y las piernas alrededor de su cadera. El moreno no tenía concubinas así que el único que le bajaba el temperamento era Donghae.

—Ya quiero tenerlo en mis brazos.- Susurra el moreno.

—Aún falta, aunque ya están preparando la sala de parto como si fuese a nacer mañana.- El castaño menea la cabeza ante la apresurada idea de sus criadas.

—No nacerá aquí.- Si voz es firme y habla como si no fuese una novedad. Antes de que pueda decir algo él continúa. —En aproximadamente dos meses nos van a invadir y se me hace mucho tiempo, ni tardan en reunir más seguidores prometiendo oro y riquezas. Debemos actuar como si todo estuviera bien pero nos iremos pronto, tengo algo planeado.- Explica Hyukjae con calma y casi murmurando.

—Y yo estoy dentro de eso.- Indaga Donghae.

—El bebé lo está, y como lo llevas dentro de ti pues no hay más remedio que llevarte.- Dice con resolución y la voz divertida.

El omega sabe que está jugando pero las hormonas del embarazo lo están volviendo loco así que ante las palabras del mayor empieza a llorar.

Solo escucha al otro murmurar "No, no, no" Antes de girarlo un poco para poder abrazarlo y besar sus cabellos mientras le dice palabras dulces. Sabe que no fue en serio pero sigue llorando, las lágrimas caen por sus mejillas de manera descontrolada contra el pecho del alfa.

—Te cuidare a ti y al bebé sin importar que y lo sabes. Eres mi omega, mi pareja y el padre de mi hijo, siempre velaré por tu seguridad. Aunque seas un chantajista de primera.- El alfa le da un beso en la frente y el solo llora desconsolado.

Mientras los reyes están en los brazos del otro, siendo cada vez un poco más unidos, tratando de llevar la paz entre ambos y el amor florezca con lentitud la reina madre supervisa el plan de su hijo en ley para escapar.

Nadie sabe que está haciendo y porque lo hace, son pequeños trabajos aquí y otros pequeños allá los cuales se vuelven confusos y sin razón para quienes lo realizan. El alfa fue quien cabo y cubrió su salida, ella supervisó que nada estuviera fuera de su lugar o pareciera una sospecha. Los caballos habían empezado a ser ensillados todos los días, los paladines eran pulcros a todas horas y los carruajes de comida iban y venían junto a las telas del rey.

Nadie podría saber por donde escaparían o quién seguir, los campesinos eran los únicos de fiar, se les daba dinero por su silencio respecto a lo que hacían y sus nombres no eran registrados en ninguna actividad para que no pudiesen culparlos. Los campesinos serían leales a su rey porque en sus tres meses de mandato había solucionado la mitad de los problemas de hambruna.

Las cosechas estaban dando frutos, literal y figurativamente, los esclavos que se convirtieron en sus soldados tenían más fuerza para pelear por Donghae, no solo era su rey sino también su salida a la libertad.

Todo marchaba bien, sólo debía rezar para que uno de sus funcionarios no fuera un traidor o las cosas se complicarían, cuando fuera el momento su hijo tenía que obedecer a Hyukjae al pie de la letra, en cada orden e indicación y eso le preocupaba.

Los tres se irían de diferente forma, se deberían separar y dispersar, tenían que seguir todo tal y como se planeó o no saldrían vivos de ahí, Donghae era piadoso y tenía un corazón noble cuando le tocara su momento de irse en soledad le atemorizaba que se distrajera. No lo matarían pero al bebé si.

Cerró los ojos mientras se dirigía al santuario a pedir por los tres, los cuatro si incluía al bebé no nato. Todo sería rápido, tan rápido.

High King [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora