Capítulo 17

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Llegué a casa y mis padres estaban en la mesa mientras leían algunos papeles.

-llegue- avise mientras comenzaba a caminar hasta ellos.

-está bien cariño- mi madre habla mientras dejo un beso en su mejilla.

Estaba a punto de subir a mi habitación pero me detengo en el inicio de las escaleras y volteo hacia ellos de nuevo.

-he hecho algo esta noche- hablo y sus miradas llegan hasta mi.

-¿qué has hecho?- pregunta mi padre mientras me mira con el ceño fruncido.

Antes de responder me quedo en silencio unos segundos y ellos continúan mirándome esperando una respuesta de mi parte.

-he besado a una chica- respondo y mi madre abre los ojos con sorpresa mientras que mi padre se guarda una carcajada.

-¿es eso lo que has hecho?- pregunta mi madre mientras carraspea.

-está bien que beses chicas- mi padre habla y se gana una mirada fulminante de mi madre- siempre y cuando sean claros los dos- se adelanta.

-no he besado a cualquier chica- respondo y ellos vuelven a mirarme curiosos.

-creo que tarde o temprano lo harías, ya lo veíamos venir- habla mi madre y ahora soy yo quien frunce el ceño.

-¿qué?¿de qué hablan?- pregunto y ellos se miran cómplices.

-Vanessa es tu mejor amiga y aunque lo nieguen sabemos que hay atracción entre ustedes.

¿qué? Mierda, no, ¿Vanessa y yo? Jamás.

-madre, por Dios, no- hago una mueca mientras niego- Vanessa es como una hermana más para mi- comienzo- créanme que jamás en mi vida podría verla de otra manera.

-entonces- mi padre habla de nuevo- ¿a qué chica has besado?

Ambos esperan curiosos de nuevo mi respuesta.

Trago saliva y hablo por fin.

-he besado a Camille Lombrad- respondo y veo como mis padres abren los ojos de par en par- buenas noches.

Comienzo a subir las escaleras antes de que puedan decir algo. Llego a mi habitación y una vez que cierro la puerta suelto el aire que presionaba mi estómago.

Los Lombrad eran los mejores amigos de mis padres y sabía que mañana tendrían un buen sermón que decirme sobre el haber besado a aquella chica rubia.

Sin más me doy una ducha rápida y después de colocarme un pantalón de pijama entro a la cama.

Hablo un poco con Aaron sobre el estado de Brooke y después de dejar mi celular caigo rendido.

-buenos días- saludo a mi familia mientras tomo asiento en mi lugar, mis padres no responden y sólo me miran.

Comenzamos a desayunar y una vez terminamos voy junto a Julie a la cocina, nos tocaba limpiar y lavar.

-mis padres están cabreados contigo, ¿por qué?- pregunta mi melliza mientras seca y yo lavo.

-porque anoche les dije que había besado a Camille Lombrad- ella deja caer el vaso en sus manos haciendo que este se rompa en varios pedazos, ambos miramos hasta aquellos pedazos de vidrio.

-¿por qué lo has dejado caer?- pregunto mientras seco mis manos y comienzo a recoger los trozos.

-¿besaste a Camille?- pregunta y una sonrisa comienza a crecer en su rostro.

-Julie- advierto mientras tiro todo y tomó la escoba para terminar de limpiar su desastre.

-eso es magnífico- sobre su hombro coloca el trapo que tenía en sus manos y comienza a caminar de un lado a otro- quiero decir, te agarraste los pantalones y por fin pudiste hacer aquello que morias por hacer desde hace un tiempo.

La miro mientras vuelvo a retomar mi rutina.

-ven aquí y vuelve a hacer lo que te toca- ordeno y se acerca de nuevo.

-¿cómo fue?- la miro con una ceja elevada.

-¿cómo qué cómo?- pregunto.

-¿fue de lengua, piquito, beso sin meter nada más, beso con agarrón de nalga, beso romántico, beso salvaje?- pregunta mientras la miro negando.

-no voy a responder eso- hablo.

-¿por qué no?- pregunta.

-porque eso no debe de importarte- vuelvo a hablar.

Bufa.

-como digas- habla- ahora- se sienta en la barra mientras me mira- ¿te arrepientes de besarla?

Me quedo pensando unos segundos. ¿me arrepentía? Había algo de culpa dentro de mi aunque al mismo tiempo sabía que quería besarla.

-sabes que puedes ser sincero conmigo- ella suelta mientras deja un vaso en la alacena- no te juzgaré.

-es injusto- respondo- yo siempre te cuento todo lo que pasa en mi vida y tú nunca me hablas sobre la tuya- cambio el tema, ella borra la sonrisa en su rostro y vuelve a los trastes.

-No hay nada que decir sobre mi vida- responde- no hay nada interesante.

No digo nada más y ella se mantiene en silencio también, no entendía el porqué había cambiado tan rápido su humor.

-Julie- comienzo- sabes que puedes hablar conmigo, eres mi mitad, eres y siempre serás mi persona- ella me mira- puedes confiar en mi para lo que sea, lo sabes, ¿verdad?- ella asiente- ¿qué es lo que pasa?

Ella me mira y guarda silencio, pasan algunos segundos y justo cuando va a hablar la voz de mi madre se escucha.

-Julie, déjanos solos con Jack, por favor cariño- mis padres entran a la cocina, mi melliza asiente mientras deja las cosas sobre la barra y sale de aquí. Seco mis manos y me volteo completamente hacia ellos.

No digo nada y solo espero a que ellos comiencen a hablar.

-besaste a la hija de nuestros mejores amigos- comienza mi madre- y eso nos ha tomado de sorpresa.

-Jack- es ahora mi padre quien habla- no queremos tener problemas con ellos solo por el hecho de que tú y Camille, ya sabes.

Asiento.

-acabamos de recuperarlos y no queremos que una disputa entre nuestros hijos nos haga alejarnos.

Asiento de nuevo.

-así que Jack- mi madre habla mientras se acerca un poco- sé que no eres el chico que juega con los sentimientos de los demás pero sea lo que sea que tengas en mente con Camille, sólo por favor, piénsalo dos veces, no queremos que ninguno de los dos salga lastimado.

Entiendo, ellos se preocupaban por ambos, me ponía en su lugar, no era bueno para Camille, ella sin duda merecía algo mejor que yo, merecía más, para comenzar, no tenía ni de coña una sola oportunidad con ella.

-no deben de preocuparse- hablo tomando mi chaqueta- no volverá a pasar.

Capítulo nuevo.

Espero que les guste.

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Nos leemos pronto.

-Neftali.

Mi dulce perdición [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora