Capítulo 75

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-¿no me odias?- escucho su voz mientras se mueve un poco para mirarme.

-¿Por qué debería odiarte?¿Por protegernos?- pregunto mientras acomodo algunos mechones de su cabello detrás de sus orejas- muñeca, lo único que has hecho ha sido protegernos y eso sin duda alguna lo único que hace es que te admire y me enamore más de ti- beso su frente- no te odio, nunca podría odiarte- la atraigo de nuevo a mis brazos.

-nunca quise lastimarte- habla de nuevo- nunca quise terminar contigo, nunca he pensado que eres malo para mi o que has sido un error- continúa y sonrío- nunca quise decir nada de eso.

-lo sé- respondo.

-cuando dijiste que me amabas- comienza- ¿Lo decías en serio?- sus ojos azules me miran mientras espera una respuesta.

Sonrío tiernamente en su dirección. 

-¿tu qué crees?- peino su cabello- ¿cómo podría no enamorarme de ti?

-yo también te amo- responde, joder, se sentía tan bien escuchar esas palabras salir de su boca, las había esperado por un tiempo y por fin las escucha de ella.

-lo sé- respondo de nuevo- tu canción me lo dijo todo- recuerdo.

-¿Hay algo que no sepas?- pregunta divertida.

-no sé cuánto me amas- elevo una ceja mirándola.

-te amo mucho más de lo que tú podrías amarme a mi- responde y sin duda su respuesta me hace sonreír.

-nadie te amará más de lo que yo te amo- respondo mientras beso su coronilla.

Miro a Camille quien duerme sobre mi pecho, se había quedado dormida mientras  hablábamos, me muevo un poco para alcanzar la cobija y cubrirla pero en el momento que me muevo junto a ella se despierta alterada y con la respiración agitada.

-¿pasa algo?- pregunto y ella me mira para después mirar todo a nuestro alrededor, sus ojos azules miran toda la habitación como si buscará a alguien o algo, parece asegurarse de que no hay nadie y vuelve a mirarme mientras asiente.

Se pone de pie y camina hasta su closet, sólo miro sus movimientos, saca una pijama y la deja sobre la cama.

-¿quieres ver algo que hice?- pregunta en mi dirección y asiento, sonríe un poco y saca una chamarra de mezclilla mientras le da la vuelta dejando ver una luna detrás de esta.

-¿la pintaste tú?- pregunto y asiente orgullosa.

-tú tienes el sol y yo tengo la luna- responde y sonrío. Agradezco el que no haya actuado por impulso y haya tirado sus regalos, aún continuaban en mi habitación.

Vuelve a guardarla y después me mira de nuevo.

-¿te quedas conmigo?- pregunta.

-¿quieres que me quede?- pregunto también y ella sonríe.

-por supuesto Jacko- responde.

-entonces me quedaré- respondo y vuelve a su closet mientras saca un pantalón de pijama y me lo lanza, antes de nuestro rompimiento habíamos comprado pijamas en conjunto- ¿solo me darás el pantalón?- pregunto juguetón y sonríe.

-Sí- responde moviendo sus cejas- te quiero sin camisa.

Río y ella hace lo mismo mientras me lanza la camisa también.

-ya he visto todo de ti- responde- pero si te sientes intimidado por mi respetaré tu privacidad- ríe.

Me pongo de pie y comienzo a cambiarme, en cambio ella toma la pijama y entra al baño, nunca antes había hecho eso, siempre solía cambiarse frente a mi sin pena alguna, termino y solo la espero pero ella parece tardar más de la cuenta. Preocupado camino hasta la puerta del baño y doy algunos toques pero no responde, me acerco más a la puerta y escucho un sollozo dentro de este, sin pensarlo dos veces entro abriendo la puerta, ella está frente al espejo sin camisa, mira su cuerpo y las lágrimas inundan sus ojos mientras caen por sus mejillas, sus ojos coinciden con los míos.

Mi dulce perdición [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora