Capítulo 8: Juntas otra vez

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Todo estaba muy oscuro, Raquel no encontraba nada para golpearlos o hacer alguna otra cosa. Si llamaba a la policía sería una perdida de tiempo ya que para cuando llegaran ellos ya habrían terminado con la mujer. Miró con desesperación al suelo hasta encontrar una piedra, era algo grande.

Con cautela se acercó a uno de ellos que parecía vigilar si alguien se acercaba. Su plan no resultó nada bien, cuando ella estaba apunto de darle con la piedra él logró apartarse y la cogió para tirarla al piso, el otro hombre que tenía a Alicia contra la pared desvió la mirada hacia su compañero, Alicia aprovecho su descuido y lo empujó haciendo que él cayera al suelo, lo pateo las veces que pudo, una de esas patadas le dio en la cara provocando que quedara inconciente. Raquel aún seguía en el suelo con ese hombre encima, él no se había dado cuenta de que su compañero habia caído, la pelirroja vio la escena aterrada y con un impulso cogió la piedra con la que antes la castaña trato de pegarle a uno de ellos, se acercó a él y le dio en la nuca, cayó en Raquel y esta lo aparto de encima.

-Joder- Murmuró. Uno de ellos comenzó a moverse y a quejarse de dolor, Raquel asustada cogió a Alicia de la mano y salieron corriendo del lugar.

-Raquel espera, espera- Llevaban corriendo unos minutos, la respiración de Alicia estaba muy agitada. Se sentó en el suelo tratando de tranquilizarse.

-Tu bolso- Raquel sabía lo que le pasaba, cuando tenían 12 años Alicia tuvo su primer ataque de asma por una pelea en el colegio- Alicia, ¿El inhalador?-  Preguntó alarmada al no encontrarlo en el bolso de la pelirroja.

Raquel empezó a tocar el cuerpo de Alicia en busca del objeto, lo saco de uno de los bolsillos del pantalón y la ayudo a inhalarlo.

-Ya está- las dos consiguieron tranquilizar sus respiraciones.

-Gracias- Agradeció Alicia, Raquel cogió las manos de ella y la miró con una sonrisa.

-No hay de qué- Se levantaron del suelo para encaminarse a la casa de la castaña.

...

La señora Mariví se encontraba mirando la televisión en la sala, escuchó la puerta abrirse y se imaginó que era su hija asi que no le puso mucha atención, su cara de confusión se hizo presente al ver a Alicia.

-Eeeh, ¿Para donde tan campante?

-Buenas noches señora- Le extendió la mano pero la señora lo ignoró totalmente.

-Mamá no empieces- La guió hasta su cuarto y se encerraron. Alicia tenía una leve cortada en el cuello, pues, el que la tenía contra la pared le amenazaba con degollarla si no se quedaba quieta, no controló su fuerza y terminó por hacerle una pequeña cortada- ¿el botiquín?- Preguntó cuando salió de la habitación.

-Esa es Alicia ¿verdad?

-Mamá, ¿El botiquín?

-Es Alicia ¿Si o no?- Se acercó a su hija.

-Si.

-Me la sacas de aquí- Raquel la miró indignada.

-¿Perdona?

-Yo no quiero lesbianas en mi casa, Raquel- La mencionada soltó una risita sarcástica.

-Ya que, busco el botiquín yo- Se dirigió al baño de su madre y buscó pero no encontró nada y ella tampoco tenía uno- ¿Donde está?- Regresó a la sala.

-Aquí no hay eso-Se cruzó de brazos y se sentó.

-Por Dios...- Entró a su habitación y Alicia seguía sentada en la cama con expresión neutra.

-¿Esta todo bien?- Raquel la vio tan tranquila, como si nada hubiese pasado.

-Tengo que ir a la farmacia por algodon, alcohol y curitas- Dijo buscando algo de dinero en el cajon, Alicia se percató de algo en ese cajón, la castaña lo cerró rápidamente y salió- Por favor nada de insultarla- Le dijo a su madre antes de salir.

Alicia abrió el cajón encontrandose una foto de sí misma, por su cara y estatura tenía unos 14 años cuando fue tomada. Sacó la foto del cajón y la miró mejor, sonrió al recordar el dia en que se la había tomado.

-¿Tienes novio o hijos...?- La voz de Máriví la sacó de sus pensamientos.

-Eh, no, no tengo novio ni hijos...- Respondió con una sonrisa incomoda.

-Osea que sigues siendo lesbiana- Su sonrisa desapareció.

-No tengo por que contarle mi vida privada, señora- Dijo ya molesta- Mejor deje de ser tan chismosa y vuelva a su novela- Giró su vista a ls foto.

-Tan grosera... No me equivoqué al alejar a mi hija de una mujer como usted- Salió de la habitación dando un portazo.

-Vieja pringada- Susurró. Pasaron unos minutos más y Raquel ya estaba de vuelta.

-Vamos a curar la herida- Se sentó al lado de la pelirroja y sacó el alcohol y un pedacito de algodon, lo mojó y comenzó a limpiar la sangre esparcida por el cuello de la mujer.

-Raquel... Dicen que los borrachos siempre dicen la verdad...

-La herida no está muy abierta, no habrá que coger puntos- La ignoró.

-¿Quieres saber que paso después de que te fuiste?- Se alejó un poco la mirarla.

-Alicia yo pienso que es mejor dejar las cosas como...- Fue interrumpida

-¿Así Alejadas? ¿Sin poder hablar, sin poder vernos cuando es lo que mas anhelamos? O dime por que te apareciste en el prostíbulo hoy- Raquel se acercó y volvió a la herida.

-No sé, la verdad es que no estaba pensando en lo que hacía.

-Ya, entonces no tenemos nada de que hablar- Un silencio incómodo se formó. Raquel terminó con la herida.

-Listo- Le avisó Raquel.

-Gracias- Se levantó y cogió su bolso para irse pero Raquel no la dejó.

-Quedate, está muy tarde- Se levantó de la cama sin soltar la mano de Alicia.

-No quiero incomodar, tu madre me odia y aparte yo tengo casa.

-Pero tú no dormirás con ella, dormiras conmigo- Alicia lo pensó y decidió quedarse.
Raquel no podía dejar pasar la oportunidad de hablar con ella y aclarlo todo.

PROSTITUTA - RALICIA [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora