La Vida A Veces Cambia.

33 8 0
                                    

William y Elena estaban recostados en su cama. Cubiertos con mantas blancas adornadas con bordes dorados y detalles en espiral en las esquinas y líneas en las orillas.
William abrazaba a Elena quien apoyaba su cabeza en el pecho de el.

Con solo una velas encendida a un lado de ellos.
Ellos pensaban en lo que había pasado hace un momento.

El hecho de que Adam se haya escapado de Ana para irse fuera de los muros los puso a pensar.
Adam siempre ha sido muy obediente pues el sabe que toda palabra debe ser por una razón.

- ¿Y bien? - Pregunto William muy pensativo - ¿Cómo vamos a lidiar con ese muchacho?

-¿A qué te refieres con eso?

- El parece realmente decidido. De otra manera no lo hubiera hecho.

Elena de repente se levanta y lo mira fijamente a los ojos.

- No estarás diciendo que le dejemos hacer eso, ¿verdad?

- No, no lo digo... Bueno, como dije: parece realmente motivado. Quien sabe que tiene ese libro que lo haya hecho hacer eso. Deberíamos leerlo.

- William...

Elena sujeta el brazo izquierdo de William recordándole lo que perdió.

- Tu sabes cuánto hemos batallado. ¿Realmente quieres eso para tu hijo?

- Nuestro hijo no haría nada que no quisiera. Hemos sido muy claros con lo que le hemos enseñado. Es muy inteligente y sincero consigo mismo.

- Tu más que nadie sabes de los peligros. Y que le pase algo similar a nosotros. — Elena suena preocupada.

— Oye, el no hará los errores que nosotros hicimos. No será igual que nosotros.

— Quizás, pero mírate, ya ni siquiera estás con tu famila y perdiste tu brazo por eso. Yo tuve suerte de no salir herida...

- Oye, oye, oye. Tengo que detenerte. Eso último de la suerte; es mentira. No existe la suerte en el combate real. Todo depende de la habilidad adquirida, y eso se puede enseñar.

-¿Quieres decir que nosotros le vamos a enseñar? — Elena alza la ceja.

- Si. ¿Porque no? Es entusiasta, determinado, inteligente y puede hacerse fuerte, y además hoy demostró tener valor. Cuando le gritábamos a Ana y la amenazamos con correrla en lugar de seguir atrás en silencio se acerco a nosotros y nos dijo que el aceptaría el castigo de Ana. Se armó de mucho valor para hacer eso.

- Bueno, es cierto, pero aún así no puedo evitar preocuparme.

- Estará bien. Hay tres cosas que un aventurero necesita: técnica, mente, y espíritu. Ya tiene el espíritu. Su mente, bueno, aún le falta pues sigue siendo joven, pero está dispuesto a mejorar. Y la técnica es algo que podemos darle.

- William, yo... no sé que pensar. ¿Que haría si se mete en un problema más grande?

- Para eso es el entrenamiento. Si le enseñamos a pelear bien el puede lograr grandes cosas.

- Bueno... Sería el nuevo gran Bennett de la familia y no estaría arruinado como nosotros si le guiamos.

Elena muestra una pequeña sonrisa al pensar que su hijo podría estar entre los mejores aventureros.

- Sería igual que tu. - Habla William haciendo que Elena sonría aún más. - Sabes, el tiene esa misma emoción que tú tenías cuando eras más joven. Creo que heredó eso de ti.

-¿Tu crees?

- Claro. Porque es obvio que heredó lo guapo de mi, tenía que parecerse en algo a ti.

Nuevo Mundo: Mi Querida Amiga (Primera Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora